Caso Julio: Arrastrando con la Separación del Pasado

Esta etapa corresponde al primer año de la infancia y termina con el destete. Las dos fuentes de placer que se da en la boca son el estimulo de tacto, que se obtiene al poner cosas en la boca, y el morder. La incorporación de objetos, proporciona placer oral erótico y el morder da placer oral sádico (Hall, 1997).

Julio efectuo la relación presencial con la madre después del año y 8 meses, sin embargo, al poco cuidado que tenía su madre en la limpieza de este, no impidio que Julio sintiera placer de obtener el pecho de la madre para poder satisfacer sus necesidades fisiológicas como el hambre.

Hall (1997) menciona que “si ingerir cosas por la boca es placentero, como cuando es que el niño tiene hambre, entonces tomar o incorporar conocimiento, amor o poder cuando se siente vacio, tambien puede ser placentero” pp.117. Con ello, se puede observar que en Julio se manifiesta el hambre como adquisición de conocimientos que lo lleva a centrarse ampliamente en la escuela y ser “unh buen alumno” con buen rendimiento, ya que lo ve como cosas materiales que pueden ser comidas, principalmente porque parece que el destete se quito de manera demasiado brusca, generando la tendencia de retener para impedir la experiencia traumática de desteste.

Asimismo, se debe tener en cuenta que Julio estando con su madre, llego a establecer la plena relación de apego que se presenta alrededor de los 7–8 meses, lo que le provoco angustia por la pérdida de abastecimiento oral que se le quito, debido al abandono de la madre, o incluso como lo menciona Marcelli y De Ajuriaguerra (1996) la pérdida o separación, resulta más traumatizante a la edad crítica de los 6 meses a 4–5años, siendo aproximadamente este periodo en el que Julio es abandonado.

Hay que destacar que para la madre, Julio no era deseado, es más, es percibido como una carga, ya que no cumplió los ideales de la madre, de ser un hijo sano, desilucionandola. Quedándose con la idea de que vino al mundo como un niño defectuoso; razón por la que fue abandonado. Sin embargo, su familia, fungió como sostén sustituto a las fallas maternas, pero no es lo mismo que la aceptación y cuidado de la figura principal de amor.

Esta etapa se presenta al rededor del primer año y medio hasta los 3 años; en donde la mucosa anorrectal pasa a ser la zona erógena principal (Smirnoff, 1975). Durante esta etapa se aprende a controlar de manera voluntaria el proceso de evacuación de las materias fecales (Hall, 1997) que provocan el placer de expulsar o retener (Smirnoff, 1975).

El sentir rencor hacia su madre dada por la separación por abandono, le genera angustias que de alguna manera busca desechar, para poder liberarla. Es por ello, que en el tratamiento, el síntoma de no mostrar control de esfinteres se agudiza, presentando eneuresis y encopresis, reviviendo la perdida de su madre. Lo que indica que ama al mismo tiempo esa figura materna internalizada, encontrandose en una ambivalencia de odio-amor hacia ella, si bien, busca retener la relación afectiva que su madre le proporcionaba, tambien busca expulsarla y destruirla por abandonarlo como un objeto. Con la eneurésis, también busca calmar la angustia de castración, por medio de la agresión al padre, mostrándose a sí mismo que está vivo, ya que despierta después de que ocurren los episodios de eneurésis.

Por otro lado, se encontraba delicado de su salud, ya que acababa de pasar por la operación que necesitaba, necesitando a la madre, para que lo cuidase, sin embargo, esta no estaba presente físicamente, generándole angustia y rencor hacia ella.

En esta etapa que va de los 3 a los 6 años aproximadamente, se presenta una intensificación del anhelo sexual del niño por los padres, iniciando cambios importantes en las catexias objetales. El niño anhela la posición sexual de la madre y siente rivalidad hacia su padre, sin embargo, el niño deberá reprimir su deseo incestuoso, como resultado de la angustia de castración, una vez reprimido el deseo, el complejo de Edipo desaparece (Hall, 1997).

Julio anhela y ama a la figura materna introyectada, sin embargo, no pudo eleborar adecuadamente el Complejo de Edipo, dado que no hubo una renuncia interna hacie ella. LLevándolo así, a que se presentara ambivalencia en ambas figuras paternas, donde mostraba amor-odio hacia su padre, el cual se dedico a él de manera completa, y odio hacia su madre, pero amor hacia la figura materna internalizada, es decir, la ama pero la odia al mismo tiempo, por lo que pareciera ser que el papá no fue lo suficiente para satisfacer las necesidades afectivas que demandaba Julio. Esto se justifica con el hecho de que a Julio le causa culpa sentir odio hacia su madre, expresandolo en una de las sesiones, como el deseo de que en un pasado quería golpear a la madre y en este presente golpear al padre, como muestra de reclamo, externandolo con el comentario “el papá tiene la culpa por no haber sabido conformar una familia con una mamá buena”.

Por otro lado, se logró identificar con el padre y con las reglas que él imponía para formar su superyó.

Julio tiene 11 años, edad que lo ubica en esta etapa, en donde las tareas evolutivas de desarrollo son la socialización y la relativa calma pulsional, permitiendo al niño enfocar su libidinización hacia actividades de aprendizaje y recreativas (Hall, 1997).

En cuanto a la socialización, Julio cumple esta tarea de manera adecuada, ya que tiene amigos y al parecer no presenta conflictos al relacionarse. En cuanto a la relativa calma pulsional, se observa que no cumple con la tarea, ya que aún sigue pasando por la enurésis y la encoprésis, como muestra de agresión hacia el padre. Por otro lado hay que destacar que se encuentra a punto de pasar a la etapa genital, de acuerdo a su edad. Se puede decir que Julio se encuentra en la fase activa de la etapa de latencia, en donde vuelven a surgir los deseos libidinales propios de la adolescencia, así como el comienzo de la inestabilidad emocional (Bee, 1978). Esta es la razón principal por la que se agudizo los síntomas, dificultando a Julio transitar a una etapa posterior, es decir, la etapa genital.

Las descargas de energía que realiza Julio, estan enfocados principalmente a la pulsión de muerte, ya que como se muestra en las sesiones a las que asistió, tiene deseos de destruir a su mamá que lo abandono y al papá que no le dio lo suficiente para conformar una familia completa. La pulsión de muerte resurge a partir de que se acerca la fecha del 10 de mayo “día de las madres”, sin embargo, como no puede destruir a los objetos externos, se destruye internamente él, ya que el conflicto de no tener “presente” a la figura materna, le genera dolor, externando ese dolor por medio del llanto. Por otro lado, busca crear vínculos que pueda dar sustitución a la figura materna que tiene internalizada, presentandose así, la contraposición de la pulsión de muerte, es decir, la pulsión de vida. Estas pulsiones se encuentran en constante lucha, porque por un lado mantiene vivo el recuerdo de lo que es la figura materna en sí mismo, pero por el otro, busca su destrucción como reclamo.

Los principales mecanismos de defensa que Julio utiliza como medio para adaptarse a su entorno son:

  • Negación: Uno de los objetos y las manifestaciones de conducta ligadas quedan excluidos de la conducta desarrollada. Puede haber una negación de la capacidad funcional del yo, una negación de la realidad externa, como si no existiese (Smirnoff, 1975). En donde Julio ignora aquello que le resulta doloroso o no aceptable, esto se observa, desde que no acepta que se hace de la pipí en la cama, asimismo, al querer buscar un sustituto de su figura materna, niega la idea del abandono de su mamá.
  • Vuelta contra sí mismo: Esto sucede cuando Julio se siente negativos impulsos como odio, hacia su figura materna y paterna, pero desplaza estos impulsos a uno es uno mismo, lo que lo empuja a sentirse en un estado depresivo.
  • Desplazamiento: Las características de un objeto se expanden a otros objetos del exterior, asociados al primero (Smirnoff, 1975). Julio canaliza su energía de no haber obtenido la satisfacción en su relación madre-hijo por la adquisición de conocimientos o incluso por otras figuras en su aprobación y aceptación, como su maestra.
  • Fijación: La fijación se refiere, mayormente, a adherencias desarrolladas en la infancia que persisten de una manera inmadura o neurótica en el adulto (Galor, 2013). Julio se estanca en la fase oral y la anal ya que internalizo a la figura materna que lo abandono y no ha podido separse de la idea de la relación materna, no permitiendole avanzar a otras etapas de manera adecuada.
  • Regresión: Regresa a una etapa previa del desarrollo que involucra una conducta que ha sido dejada atrás o superada (Galor, 2013). Principalmente tiende a regresar a la etapa anal, por los intermitentes escapes en la eneuresis y encopresis.
  • Formación Reactiva: Los instintos y sus derivados pueden ser distribuidos en pares opuestos, contrarrestando el impulso ofensivo concentrandose en el impulso opuesto (Hall, 1997). Como en el caso de Julio, siente rencor hacia su madre dado por el abandono, sin embargo, es un sentimiento que le genera culpa, porque que prefiere contrarrestarlo con la idea de que no puede odiarla, si no por el hecho de que es su madre, lo más aceptado es sentir cariño por ella.

El ello se encarga de descargar las cantidades de excitación, ya sean de energía o de tensión, dirigida al principio de placer, evitando el dolor (Hall, 1997), sin embargo, para que Julio mantenga el equilibrio frente a desordenes internos o externos, busca aferrarse a la figura materna. Para obtener placer y reducir la tensión, el proceso primario actúa ya que forma una representación mental del objeto, en este caso el de la figura de la madre, conservandose como huellas mnémicas en el sistema de la memoria, lo que permite a Julio traer la imagen mnémica a su presente (Hall, 1997). Ya que el proceso primario no reduce en su totalidad la tensión, se recurre al proceso secundario, el cual pertenece al yo; este proceso consiste en producir la realidad que es desarrollado por el pensamiento y la razón, en donde Julio tiene contacto con la realidad, y dado que las imágenes introyectadas no le son suficientes, busca encontrar algún sustituto que puedo fungir como esa figura materna, tal y como lo muestra al reclamarle al padre de no formar una familia completa o incluso con su maestra (guía) a la cual le pide que sea como su madre para darle el obsequio del 10 de mayo, esto sirve para descargar apropiadamente la tensión, separando la fantasía del proceso primario, con la realidad del proceso secundario (Smirnoff, 1975).

El superyó, es la rama moral de la personalidad, se presenta como consecuencia de la asimilación de las normas paternas con respecto a lo que es bueno y malo (Hall, 1997), en el caso de Julio, las reglas que internalizó fueron las del padre, el cual estuvo presente y se dedicó a él. Para el superyó, los pensamientos también son importantes, si estos salen fuera de lo moralmente aceptado, el superyó se encargará de castigar al yo, por tener malos pensamientos. Para Julio el castigo más evidente en su estructura psíquica, es la culpa por sus pensamientos de odio hacia su madre, y manteniendolo en el estado de depresión, sin embargo, esto no solo es dado por el superyó, si no, el ello también esta presente en este estado depresivo, ya que es otra manera para que este obtenga placer, como menciona Hall (1997) el ello puede manejar al superyó para obtener satisfacción, este último puede hacer sentir al yo como malo y al sentirse así, puede autodañarse física o emocionalmente, como pasa con Julio, satisfaciendo así al ello, ambos (ello y superyó) deforman la realidad en la cual el yo esta a cargo.

De acuerdo con el análisis metapsicológico, se puede concluir que Julio tiene depresión infantil que ha estado latente a lo largo de su desarrollo, dada a la separación abrupta por el abandono de la madre, esta ausencia externa se ha manifestado de manera psíquica, a la cual Julio se ha aferrado, no tanto a la madre como tal, si no se ha aferrado a la figura materna a la cual introyecto estando bebé, dandole importancia a la pérdida y separación del pasado con la madre. Esta necesidad de tener presente externamente a la madre, resurge o vuelve a desencadenarse a las semanas antes de que empiece el mes de mayo, estando evidentemente asociado al 10 de mayo, día de las madres.

  • Bee, H. (1978). El desarrollo del niño. México: Harla.
  • Ferrant (2008). La ausencia y sus afectos. Revista Uruguaya de Psicoanálisis; 107, 90–106.
  • Garlor, S. (2013). El uso de los mecanismo de defensa como herramientas de afrontamiento por veteranos israelíes deprimidos y con TEPT. Subjetividad y Procesos Cognitivos, 17 (1), 118–133.
  • Hall, C. (1997). Capítulo IV. El desarrollo de la Personalidad en Compendio de psicología freudiana. México: Paidós.
  • Marcelli D. y de Ajuriaguerra, J. (1996) Capitulo 18: La depresión del Niño en Psicopatología del niño. Barcelona: Masson.
  • Smirnoff, V. (1975). El Psicoanálisis del Niño. Planeta: Barcelona.

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