El encuentro con el mundo

El nacimiento, es el encuentro del recién nacido con el mundo, el cuál es vivido de una forma catastrófica, ya que si bien es el evento más importante de nuestras vidas, en las mujeres es un acontecimiento anhelado, pero a la vez temido, se dice que es catastrófico, debido a que el cuerpo del recién nacido pasa por una serie de cambios, de venir de un ambiente muy confortable, cálido y seguro, llega a un mundo que tiene otras condiciones y a las cuales se tendrá que acoplar y adaptar.

En nuestra cultura, muchas veces el embarazo es equiparado a enfermedad, ya que, en las frases coloquiales que manejamos ante una mujer embarazada, es el de “cuando te aliviaras”, equiparando como si estuviera enferma de algo, cuando es todo lo contrario.

Al nacer, el cuerpo del bebé se encuentra con el mundo exterior y la psique materna, junto con el afecto presente en la confluencia de estos espacios (placer o displacer), aquí es donde se activa la propia psique. Lo que la madre sienta en este encuentro, dependerá la satisfacción de tenerlo, el temor, el displacer de ser madre, el contraste de la imagen que había soñado del niño a la real, lo que ante los ojos de cualquier madre no debe ser lejano, si ello no pasa, se creará una herida narcisista en la madre que propiciará un conflicto inmediato.

Castoriadis-Aulagnier (1975), hablo de un elemento estructurante de la psique, el cual denomino “Violencia Primaria”, el cual es todo acto/discurso que se impone, los cuales están llenos de prohibiciones y regido bajo el influjo de la cultura.

Los padres tienen la función de garantizar un entorno en el cuál, el niño pueda encontrarse a sí mismo, desarrollarse y descubrir el mundo. El padre es el apoyo imprescindible para que la madre realice su función, en el discurso de ella, puede observarse su ausencia o presencia.

Ello habla de que su llegada al mundo fue placentera y satisfactoria para los padres. Lo que nos dirige que el bienestar emocional va dirigido a una relación madre-bebé afectuosa, íntima y estable.

Hasta aquí, hemos planteado un embarazo deseado y lo que conlleva a una buena estructura psíquica del niño, pero hay casos en los cuales tanto el embarazo como el nacimiento no presentan ningún placer, tales como pueden ser los casos de embarazos producto de una violación, en estos casos, y en muchos otros, el recién nacido, establecerá un pictograma de rechazo en su psique, el embarazo será declarado como un fracaso, problemático o un accidente, en estos casos, el niño no encuentra el “deseo de ser deseado”, y comienza a recibir respuestas falsas, al no encontrase el placer se registra una falla.

El trauma del nacimiento, desde los tiempos de Freud, el cual es la primera angustia de la separación de la madre, es la angustia de perder el paraíso (vientre materno), ya que como se hablo con anterioridad, el nacimiento al ser un hecho catastrófico, al perder todas sus comodidades del vientre materno. Aquí viene una serie de diferentes traumas, uno de ellos es el trauma de desamparo, lo que habla del pictograma de rechazo, antes mencionado, el trauma es irrepresentable, esto quiere decir que esta perdido en el cuerpo, no se puede representar de forma verbal, consciente, lo que hará que halla una falla en lo psicoanalítico o en el narcisismo.

El sufrimiento orgánico es un sufrimiento psíquico, ya que todo sufrimiento orgánico implica uno psíquico, pero ello sera contrarrestado por la madre, mediante su amoroso cuidado, ya que puede consolar hacer mas tolerable el sufrimiento del niño; si la madre no puede hacerlo y reacciona con indiferencia

Referencia:

Esparza, E. (2015). Los Síntomas del TDAH, sólo la punta del Iceberg. Clínica de lo Negativo. (Tesis de doctorado). Colegio Internacional de Educación Superior, México.

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