Melanie Klein

Estudiosa de Freud, supo observar y tratar fenómenos psíquicos hasta entonces ignorados, tuvo una notoria rivalidad con Anna Freud que también había empezado a psicoanalizar a niños, pero con otras técnicas.

Esta autora retoma el odio y el amor ya que son parte de la naturaleza humana. Desde que se nace hay una reacción en el bebé, que se puede considerar hostil y define dos tipos de afectos:

Afectos amorosos (Reciprocidad, Bondad, Generosidad, Cuidado hacia el otro, Gratitud, Cariño, Protección, Nutrición)

Afectos relacionados con el odio (Voracidad, Posesividad, Celos, Rivalidad, Control, Separación, Envidia, Sobreprotección)

El bebé trae consigo la huella de una paz intrauterina que se ha visto conmocionado por el caos del parto, el parto lo coloca en una situación nueva, ante la novedad aparecen en el bebé lo impulsos destructivos y las angustias persecutorias.

En este momento el niño tiene un “Yo” muy poco integrado, maneja contenidos separados, el niño no se identifica con personas sino con objetos parciales, los primeros meses los bebés reconocen dos tipos de experiencias: Muy buenas con objetos buenos y muy malas con objetos malos, teme que la lucha entre estos dos instintos le cause daño, por lo tanto lleva a cabo un proceso de separación en el que el odio y la ansiedad se proyectan al primer objeto de relación, ósea el pecho de la madre.

Esta primera fase genera sentimientos de ansiedad, culpa y envidia, pero por otro lado también reconoce la gratitud. Klein define los términos de pecho bueno y pecho malo, la agresividad identifica el pecho malo y los sentimientos de amor se proyectan en el pecho gratificador, o sea el pecho bueno, por lo que se debe entender cuando se habla de estos términos se refiere a una buena función materna, no precisamente al objeto físico.

Para explicar como funcionan y se resuelven los instintos tempranos de vida u amor y de muerte u odio la psicoanalista introduce el concepto de posición, la cual no hace referencia a la fase evolutiva de la libido que Freud caracteriza como etapas oral, anal o genital. Más bien habla de una cierta ubicación del individuo dentro de una situación compleja, una posición se define por el predominio de un tipo de angustia específico y por los procesos defensivos para elaborar la relación con el objeto.

La autora distingue dos posiciones, la primera etapa se define como posición Esquizo-paranoide y se desarrolla durante los primeros tres a cuatro meses de vida, el bebé no reconoce a su madre como un todo sino como objetos separados, pecho bueno y pecho malo, según Klein el niño primero proyecta sus sentimientos a ese objeto externo y luego los introyecta, es decir, hace suyo el objeto externo. A partir del primer año el bebé empieza a integrar esos objetos que tienen aspectos positivos y negativos, ahora reconoce al objeto madre como un todo y siente amor y odio a ese objeto.

Esta crisis es lo que Klein denomina posición depresiva, el niño toma conciencia de sus sentimientos de ira y gratitud, pero prevalece el miedo a perder o dañar al objeto amado, estos sentimientos encontrados producen culpa y deseos de reparación, el cual es un mecanismo de gran importancia para el desarrollo del “Yo” y para su adaptación a la realidad, la reparación implica devolver al objeto de amor su integridad y suprimir todo el mal que se le ha causado o deseado. Como él bebé aprende que con su amor puede reparar y conservar a su objeto, su odio ya no es tan intenso en situaciones de privación o frustración, además también aprende a renunciar al control omnipotente de su objeto y lo acepta como realmente es ya que en la cúspide de los impulsos reparatorios se utiliza más la prueba de realidad porque observa qué efectos tienen sus fantasías sobre los objetos externos: ninguno. El éxito de la reparación supone la victoria de las pulsiones de vida sobre las pulsiones de muerte.

La reparación se basa en el reconocimiento de la realidad psíquica, vivencia de dolor y adopta una actitud adecuada que remedie en la fantasía y en la realidad, Este proceso de reparación va a ocurrir como respuesta, porque hubo una madre amorosa que brindo cuidados maternos a su hijo (Klein, 1990)

En esta posición la madre ya no es un objeto parcial omnipotente al servicio de las necesidades del niño, ahora la madre es un objeto entero fuente de frustración y de gratificaciones.

Cuando el niño asume que los objetos pueden sobrevivir a sus crisis de violencia, puede separarse de ellos, ya no necesita controlar a su o objeto amado: los padres, por lo tanto, disminuye su omnipotencia,

La superación de estos conflictos de la infancia permite alcanzar un equilibrio entre el mundo psíquico interno y el mundo externo, al crecer el individuo desarrolla la capacidad de disfrutar de las cosas y llevar relaciones gratificantes de amor con los otros, sin embargo, advierte en la adultez que las angustias infantiles pueden reaparecer.

Freud considera que mundo familiar y contexto histórico están presentes en la evolución del sujeto, Klein define a esta interpretación como causalista, por le contrario, busca establecer lazos de comprensión y no definiciones causales, las relaciones entre el mundo interno y el mundo externo son cuestiones que el analista supone pero que es difícil de establecer, propone hablar de situaciones, ósea de lo inmediato, a la que se suman las huellas de la memoria y la estructura del aparato psíquico, lo único que se puede tratar de hacer es comprender el mundo interno y sus demandas hacia el afuera, el mundo que esta afuera solo le interesa en la medida que pueda arrojar una luz a la comprensión del fenómeno psíquico.

Klein aporta dos elementos sustanciales, por un lado, los procesos evolutivos del niño, por otro lado, la concepción del juego y de lo dibujos infantiles como equivalentes a los sueños y a las asociaciones libres en el análisis de adultos.

También reformulo el complejo de Edipo en su trabajo con niños porque afirma que estos aman a sus padres y destaco la importancia de la agresividad y la destructividad.

Puso énfasis en la relación más temprana de todas, la que establece el bebé con el pecho materno, se destacó por la eficacia de la técnica que desarrollo basada en el juego y el diálogo, establecía un espacio con juguetes y otros materiales para trabajar con los chicos, así descubrió la curiosidad que despertaba esos elementos y todo lo que se podía desentrañar de los juegos, sus trabajos generaron sospechas porque insistía en hablar de manera implícita de sexo y agresión con los niños.

Para la autora curarse es integrar los objetos buenos y malos, que no se niegue la realidad psíquica y disminuir los mecanismos de escisión para relacionarse con los objetos totales y no parcelados.

Referencias

Klein, M. (1990). Amor, culpa y reparación. Obras completas, Tomo I, Barcelona. Paidós

Klein, M. (2009). Envidia y gratitud. Obras completas. Tomo 3. México. Paidós

Mancilla, B. (2018). Comprensión clínica de los conceptos básicos de la Teoría de Melanie Klein. Facultad de Psicología

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