Spitz. Enfermedades psicógenas en infantes.

Por lo general, se piensa en las enfermedades infantiles sólo de origen orgánico, y fue Spitz quien demostró que también las hay de origen psíquico o psicogénicas. Para comprender el verdadero progreso que produjeron los estudios de René Spitz, tenemos que tomar en cuenta el contexto histórico de la época, ya que en ese entonces se creía que los niños no sentían porque no estabas suficientemente maduros. Por ese motivo se podía llegar a operar a bebés y niños pequeños sin anestesia.

Los aportes realizados por John Bowlby en la Teoría del Apego y su método de Observación de bebés, resultan complementarios con las teorías de Spitz.

Los trabajos de René Spitz, basados en observaciones directas, se centraron en la relación entre la madre y el hijo durante los dos primeros años de vida. Reconoció las consecuencias, para el desarrollo psíquico y somático, de las carencias afectivas sobrevenidas en ese período. De ahí, elaboró las nociones de hospitalismo, marasmo y depresión anaclítica.

Éstos términos fueron utilizados en los trabajos de René Spitz para designar el conjunto de las perturbaciones somáticas y psíquicas provocadas en los niños (durante los 18 primeros meses de la vida) por la permanencia prolongada en una institución hospitalaria. Allí se encontraban completamente privados de su madre o personas conocidas. Juntas, se engloban en el término psicógenas o psicogénicas para referirse al origen de las enfermedades.

Hospitalismo:

Spitz en 1945 crea éste término para designar un estado de alteración profunda, física y psíquica, que se instala progresivamente en los niños muy pequeños, si son abandonados o permanecen durante un lapso prolongado en una institución hospitalaria, ya que son niños criados en ausencia completa de su madre, en una institución donde los cuidados les son administrados en forma anónima sin que pueda establecerse un lazo afectivo.

Se constatan los graves trastornos que Spitz agrupó bajo el nombre de hospitalismo en:

· Retardo del desarrollo corporal

· Retardo de la habilidad manual

· Menor uso del lenguaje

· Disminución de la resistencia a las enfermedades

Esto implica una carencia afectiva total.

El hospitalismo puede derivar en un retardo del desarrollo general, una incapacidad de adaptación al ambiente y a veces, un mutismo que asemeja al autismo que puede llevar a la psicosis.

Depresión anaclítica:

Se trata de una depresión consecutiva a una privación afectiva parcial en los primeros meses de vida de un niño que había disfrutado de una relación normal con su madre, y la consiguiente deprivación de cuidados emocionales y físicos que ello conlleva. Sin embargo, puede desaparecer después de meses de reanudación del contacto con la madre.

Se conoce también como síndrome de hospitalismo, por ser el abandono del recién nacido a los cuidados de una institución la circunstancia prototípica en la que fue descrito.

El cuadro clínico se caracteriza por severos trastornos psicofisiológicos que van desde una fase inicial de llanto continuo, agitación y desesperanza, hasta una fase posterior de interrupción del llanto, permanencia con los ojos inexpresivos, indiferencia por el entorno, extrema pasividad, no reactividad a estímulos, sueño constante y adelgazamiento límite que puede llevar a la muerte.

Esta depresión evoluciona de la siguiente manera en el transcurso del desarrollo del niño.

· Primer mes. En este período, los niños se vuelven llorones, exigentes y se aferran al observador que entra en contacto con ellos.

· En el segundo mes se observa un rechazo del contacto y los niños permanecen la mayor parte del tiempo acostados en su cama boca abajo. Suelen tener alteraciones del patrón de sueño, insomnio y sufren pérdida de peso, por lo cual son susceptibles a contagiarse de diferentes enfermedades. El desarrollo motor se lentifica de manera generalizada. Hay escasa expresividad facial, prácticamente muestra una rigidez facial.

· Después del tercer mes. Ya se ha establecido la inexpresividad y la rigidez facial de manera permanente. El niño deja de llorar y solo emite lastimeros y extraños gemidos. Se acentúa el retardo motor mencionado y aparece un aletargamiento.

Si, antes de que haya transcurrido un período crítico, que se sitúa entre el final del 3° mes y el final del 5°, la madre regresa con su hijo, o se consigue encontrar un sustituto materno aceptable para el niño, la depresión puede desaparecer después de meses de reanudación del contacto.

Aún cuando la Depresión Anaclítica nos traiga reminiscencia de la depresión en adultos, el Dr. Spitz considera la estructura dinámica de la Depresión anaclítica como fundamentalmente distinta de la Depresión en el adulto.

Marasmo:

En caso de carencia afectiva total, ligada a la ausencia de todo vínculo afectivo, los trastornos pueden llegar hasta el marasmo y la muerte. Un niño con marasmo tiene una apariencia de delgadez extrema, su peso corporal puede reducirse hasta menos del 80% de su peso normal para su altura. El marasmo aparece en niños con desnutrición o con déficit emocionales en sus primeros años de vida.

Efecto de sus investigaciones:

A partir de la demostración que pudo hacer Spitz mediante sus filmaciones, el cuidado de niños institucionalizados en orfelinatos, fue cambiando drásticamente. Se fue comprendiendo que el trato a los niños, siempre por personas diferentes y desafectivizado, les producía grandes daños. En 1947, Spitz proyectó en la Academia de Medicina de Nueva York “Grief: A Peril in Infancy”. Su impacto transformó el debate sobre los cuidados a la infancia.

Referencias:

Clínica Universidad De Navarra (2015).Recuperado de: https://www.cun.es/diccionario-medico/terminos/depresion-anaclitica

Lund, L. m., (2013). René Spitz, las enfermedades psicogénicas. Recuperado de: http://www.espacioperinatal.com/rene-spitz-las-enfermedades-psicogenicas/#comments

De Moris, S. S., (2011). La Depresión Anaclítica. Recuperado de: http://psicologiaclinica2.blogspot.mx/2011/11/la-depresion-anaclitica.html

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