Trastornos del comportamiento

Los problemas de conducta son muy frecuentes en la actualidad y se están convirtiendo en una fuente de preocupación para las familias, la escuela y la sociedad en general. Estos problemas son identificados cuando los niños o adolescentes, no cumplen ciertas normas y no se someten a un cierto grado de disciplina (Díaz, Jordán, Vallejo & Comeche, 2006) que les suponga no conseguir una satisfacción inmediata.

A continuación, les hablare acerca de algunos trastornos del comportamiento:

Mentira

De acuerdo a Marcelli & Ajuriaguerra (1996), los niños de 3 a 4 años, descubren la posibilidad de no decirlo todo, de contar lo que no es e incluso de inventar una historia. Para el niño, mentir es la posibilidad de adquirir gradualmente la certeza de que su mundo imaginario interno permanece en él.

Piaget (en Marcelli & Ajuriaguerra,1996) menciona que los niños menores de 6 años, no distinguen entre mentira, actividad lúdica y fabulación. Después de los 8 años, es cuando en los niños, la mentira adquirirá su dimensión intencional. La mentira aparece como la acción de alterar la verdad conscientemente.

Ferenczi relaciona a mentira con un sentimiento nuevo de <mente todopoderosa>. “Este poderío de la mente podría ponerse al servicio de la preservación del narcisismo infantil, igualmente todopoderoso, del Yo-ideal. La mentira se convierte entonces en el medio de recobrar este poder; o al menos de conservar la ilusión.” (Marcelli & Ajuriaguerra, 1996).

La mentira corresponde a la fase anal del desarrollo libidinal, en el que el niño dice <no> a todo y en la que fija límites a su propio discurso.

Se distinguen clásicamente en el niño tres tipos de mentira:

Mentira utilitaria: Es cuando se miente para poder obtener un beneficio o evitar una contradicción, puede aparecer como la conducta inmediata, un ejemplo sería cuando falsifican las calificaciones de la escuela. La actitud del niño frente a la mentira va a depender en gran parte del comportamiento del adulto, en particular el de sus padres.

Mentira compensatoria: Aspiración de una imagen que la persona cree inalcanzable o pérdida. Está ilusión es trivial y normal, por lo menos en la primera infancia, siempre y cuando ocupe un lugar razonable en la imaginación del niño.

Hasta los 6 años todo esto no tiene la menor importancia, ya que se encuentra presente entre las fantasías transicionales que ayudan al niño a elaborar su identidad narcisista.

Mitomanía:” Es la tendencia patológica más o menos voluntaria y consciente hacia la mentira y la creación de fábulas imaginarias.” (Dupré, 1905 en Marcelli & Ajuriaguerra, 1996).

El niño mitómano se encuentra frecuentemente frente a carencias extremadamente graves, por ejemplo, afectivas, necesidades básicas y en los ascendientes parentales e incertidumbre en la identificación.

Hurto

Es una de las conductas más frecuentes en el niño, y se presenta más en niños que en niñas.

Es importante tener en cuenta que, para hablar de hurto, el niño debe haber adquirido la noción de la propiedad. Para que haya una noción de mío, el niño necesita haber renunciado a su egocentrismo inicial. Además, se necesita entender el límite entre yo y el otro, el desarrollo del concepto moral del bien y de mal, con sus implicaciones socioculturales.

De acuerdo con a Marcelli & Ajuriaguerra (1996), hacia los 6–7 años es cuando se puede considerar que un niño robo, puesto que ya adquirió la clara noción de hurto.

El lugar del hurto es en un principio doméstico. Al inicio puede robar pequeñas cosas de la casa como dulces o monedas, a miembros de la familia. Poco a poco se puede ir extendiendo hacia amigos, vecinos, escuela, hasta llegar a supermercados.

Los objetos hurtados, al principio son peticiones del niño, y pasan a ser cosas más utilitarias. El uso que se le da al objeto suele ser variable, a veces es consumido o utilizado rápidamente. Otras ocasiones es escondido cuidadosamente.

Origen psicogenético y significado psicopatológico del hurto:

Las nociones de carencia afectiva, abandono intrafamiliar o real, divorcio de los padres. Exceso de rigidez o despreocupación educativa, son descripciones que frecuentemente se encuentran en un niño que roba.

De acuerdo con Winnicot (en Marcelli & Ajuriaguerra, 1996), <el niño que roba un objeto no quiere el objeto robado, sino a la madre sobre la que tiene derechos>. Cuando la figura materna construye un vacío al niño, éste cree poseer poder sobre ella. Dado lo anterior, el hurto es para el niño la recuperación de su propiedad.

Fuga

Se considera fuga, cuando el niño abandona el lugar donde habitualmente debe encontrarse, para deambular durante horas, días o incluso sin regresar a casa. Para considerarlo fuga, el niño debe tener la edad de 6–7, puesto que ha adquirido el significado de este.

Cuando un niño se fuga, generalmente no tiene un propósito. En un niño menor de 11 o 12 años, normalmente el objetivo de la fuga es abandonar el lugar odiado o temido para ir en busca de otro, en el que se pueda reunir con un ser querido.

En cuanto a las fugas de la escuela, se trata a menudo de niños con dificultades escolares, que se encuentran en situaciones de fracaso o que pueden tener un comportamiento psicopático.

En los adolescentes que se fugan, lo que predomina son los factores generales de la predelincuencia (psicológico, sociológico, económico).

Toxicomanías

Entre la infancia y la preadolescencia (9–10 años a 13–14 años) se caracteriza por el abuso de una serie de drogas o productos que son desviados de su utilización natural (por ejemplo, disolventes) así como por el consumo de tabaco y alcohol.

Consumo de alcohol:

Las edades de inicio del consumo son 7, 8 y 9 años. Un porcentaje de niños bebé de forma regular; el 6.4% de niños de 6–10 años de edad bebe cerveza durante las comidas y el 1.3% bebe vino (Zourbas & Rennes, 1981 en Marcelli & Ajuriaguerra, 1996).

Uno de los factores ambientales importante que se ha encontrado es que los niños viven generalmente en un ambiente psicosocial difícil.

La mayor parte de las veces, los niños tienen su primer contacto con el alcohol con su familia, durante celebraciones o ceremonias, como cumpleaños, bodas, aniversarios, etc.

Consumo de disolventes:

Los productos que normalmente utilizan, pueden ser disolventes industriales (acetona, tricoretileno), disolventes contenidos en determinados productos (cola de moqueta, barniz, pintura, decapante, etc.), gas propulsor de los aerosoles y cualquier producto que pueda provocar efectos parecidos.

La inhalación de estas sustancias puede ser al aire libre, a solas o con mayor frecuencia, en grupo de 3 o 4 niños.

Uno de los efectos que pueden tener es la euforia acompañada de una sensación de bienestar. Se puede desarrollar tolerancia, que conduce al niño a aumentar las dosis. También aparece dependencia.

Algunas complicaciones psíquicas que se pueden presentar son: alucinaciones psicodélicas, alteraciones de la experiencia temporal y sensaciones de desrealización. Asimismo, pueden presentarse conductas auto o heteroagresivas.

Me gustaría compartirles una presentación que hice, acerca de los trastornos que vienen en el DSM V, espero que les sea de gran utilidad, para tener más información y poder hacer comparación.

Les recomiendo esta película puesto que está relacionada con el tema, les dejó un pequeño corto, se llama “tenemos que hablar de Kevin”.

Por último, les comparto los links de dos publicaciones de casos que tienen que ver con estos temas, espero puedan leerlo.

Referencia:

-Asociación Psiquiátrica Americana, APA. (2014). Manual Diagnostico y Estadístico delos Trastornos Mentales, DSM-V. 5°ed. Editorial: Panamericana

-Marcelli, D. & Ajuriaguerra. J. (1996). Psicopatología del niño. 3°ed. Masson:Barcelona.

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