Violencia Secundaria

Existe un fenómeno al que los niños y adolescentes forman parte, el cúal llega a ocurrir dentro y fuera de la familia, es decir en el entorno social, este fenómeno llega a afectar seriamente a los individuos desde el aspecto de la estructuración del mismo. Si llega a existir en el núcleo familiar del niño, un ambiente protector, se puede llegar a adquirir confianza y seguridad en el infante, esto propiciará que se desarrolle un autocontrol de los impulsos.

Sin embargo, esto último no siempre sucede, puesto llega a haber ocasiones en que en lugar de darse un ambiente de seguridad y confianza para el niño, ocurre lo opuesto, generando situaciones de una magnitud traumática, generando con ello, una situación de fallas en la conformación de la psique del niño. Pero llega a ocasionar más problemas, por la situación de que estás heridas llegan a inflingir daños narcisistas, las cuáles generan angustias de indefensión y desamparo.

Castoriadis-Aulagnier, nos mencionan que existen dos clases de violencia, la primaria, se puede definir como una función estructurante transmitiendo los requerimientos que existen de la cultura en la cual habita el individuo, a su vez, es una manifestación de la pulsión de vida. Mientras que la violencia secundaria, la cual está sumada a la primaria, pero constituye una manifestación de la pulsión de muerte, su función desobjetalizante, tiene como finalidad atacar el Yo, destruyendo con ello, toda función de autonomía, propiciando que el sujeto quede anulado, sin identidad y singularidad. Por lo que la violencia secundaria siempre será aún más dañina, puesto significa la imposición de lo que dicta un sujeto, sobre otro, considerado más débil, propiciando un aspecto perturbador en la estructura del psíquismo del niño.

La expropiación de la violencia, llega a mutilar no sólo el espacio psíquico del sujeto, llega a incluir el funcionamiento del cuerpo, una alternativa del sujeto para huir de la violencia que lo perturba, es recurrir al delirio en su persona, aunque, otra alternativa puede llegar a ser igualmente el deseo de autodestrucción, la cual es la expresión mayor de la pulsión de muerte.

Otros medios que el sujeto puede idear como medio de escape de la realidad que lo rodea y perturba; uno de ellos la secesión entre la realidad y el mundo de la fantasía, este último, dónde el controla su mundo; otro medio es someterse al aplastamiento de su persona, por parte de quién le genera violencia, con la consecuencia de la pérdida de su autonomía y de su cuerpo. Aunque pueda parecer que estas alternativas, son rasgos de la pulsión de muerte, llegan a ayudar al Eros, puesto llega a generar odio, ligando al sujeto con los objetos de odio.

Bibliografía.
Esparza, E. M. (2015) Los síntomas del TDAH, sólo la punta del iceberg. Clínica de lo negativo (tesis de doctorado). Universidad Nacional Autónoma de México, México D.F.

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