Análisis de la película “IMÁGENES”

Carolina Ríos
Psicopatología y personalidad 2020–1
17 min readNov 19, 2018

Andrade, E.-Islas, Karen.-Lopez, S.-Molina,A.-Olivera M.-Quintanar,X.-Ríos,C.

MARCO TEÓRICO PSICOSIS

DEFINICIÓN

Feuchtersleben introdujo el término psicosis en 1845 con el fin de separar los trastornos neuropsiquiátricos (neurosis) de los trastornos psiquiátricos (psicosis). Sin embargo, este término aún carece de definición exacta, pues los distintos autores e investigadores provenientes de líneas de pensamiento diferentes enfatizan distintos aspectos. Es por ello que los límites en su definición son muy amplios y los criterios de diagnóstico muy cambiantes. (Ban, y Ucha Udabe, 1995; citado en UBA)

De acuerdo con Jaspers (1913), “la psicosis es el resultado del proceso de una enfermedad que se apodera del individuo en cuanto totalidad, sin importar si es un trastorno hereditario que comienza en determinado momento de la vida o un trastorno no hereditario que comienza a serlo por una lesión exógena. Para aspirar al rango de psicosis, el proceso patológico debía tener fuerza suficiente para anular el desarrollo normal y la conducta manifestada ser tan diferente como para no confundirse con una reacción exagerada ante la experiencia cotidiana”, (Ban y Ucha Udabe, 1995,citado en UBA). Ante ello EPPIC (2000) menciona que la psicosis son todos aquellos trastornos de la mente caracterizados por una cierta pérdida de contacto con la realidad.
Por su parte, Kaplan, Sadock y Grebb (1994, citado en UBA) destacan tres parámetros importantes para delimitar las psicosis, esto son: la incapacidad para distinguir la realidad de la fantasía, la evaluación de la realidad deteriorada y la creación de una nueva realidad.

ETIOLOGÍA

  • Psicoanálisis

Freud la atribuye, entre otras, a una falla en la represión primaria (por su ausencia o insuficiencia) como responsable de la psicosis, por lo cual debe reprimir lo real (forclusión) o deformarlo.

A partir de 1920, con la elaboración de la segunda tópica, la cual distingue tres instancias psíquicas -el Ello, el Yo y el Superyo-, Freud considera a la psicosis como la pérdida de la realidad inducida por el fracaso del Yo en el conflicto que lo opone al mundo exterior, formando una pseudorealidad que dé satisfacción a los deseos del Ello. Asimismo, el término de la realidad es retomado en 1938, con el gran último avance teórico de Freud: la escisión del Yo.

La psicosis es entonces iniciada por una realidad vuelta intolerable o por un esfuerzo masivo de las pulsiones traduciéndose, por una falta de investidura -nunca total- de donde nace el concepto de separación psíquica; sin embargo, esta separación psíquica no parece ser patognomónica de la psicosis, es decir, que sea aquel síntoma que aparece únicamente en el marco de la psicosis.

También se registra en la psicosis insuficiencia en las identificaciones primarias y secundarias, relacionada con la presencia de una madre que no metaboliza las ansiedades esquizoparanoides del bebé, por el contrario, le devuelve a éste el mismo monto de ansiedad que él depositó en ella, dificultándole así o impidiéndole la elaboración de las mismas y produciendo en el niño un efecto paralizante o explosivo.

En la psicosis no se alcanza una adecuada inserción en la triangularidad edípica, lo que lleva implícito un no acceso del sujeto a su propia identidad y por lo tanto, el no poder conferirse densidad y profundidad a sí mismo y a los demás. Este déficit es luego rellenado con restituciones delirantes, imaginarias y fantasmales que constituyen el mundo alucinatorio.

LA PSICOSIS VISTA DESDE DIVERSOS AUTORES

  • J. McDougall (1982)

Si en los comienzos de nuestra vida, quien nos debe “sostener” y “aguantar” — el depositario de nuestra confianza — falla reiteradamente, nuestro desarrollo será deficitario. Pero, si esta continencia es lograda, permitirá que el bebé sea, que se sienta real, creativo, que logre su vivir en su propio cuerpo, que con el tiempo siga siendo el mismo. De no ser así, de fallar esos primeros objetos imprescindibles, de no establecerse un “sostén” confiado, esas necesidades se congelarán esperando una mejor oportunidad para hallar una respuesta en la amistad, la poesía o el analista. De no ser posible un encuentro pertinente, quedará una fisura que llevará a la mente y luego al falso self a ocupar el lugar de la persona (“ser en vez de”) con la finalidad de evitar el caos, dando lugar posteriormente en los casos más graves, incluso a la construcción defensiva de un delirio.

  • Winnicott

Para Winnicott “la enfermedad psicótica está relacionada con el fracaso ambiental en una fase precoz del desarrollo emocional del individuo… y solamente puede ser aliviada por una provisión ambiental especializada e interrelacionada con la regresión del paciente… allí será fundamental la provisión de un marco generador de confianza”. (Winnicott, 1954)

  • Reichmann

En su primer trabajo en 1939 e inspirada en las ideas de Sullivan, Frieda Fromm-Reichmann señaló que el paciente que más tarde desarrolla una esquizofrenia ha sido severamente traumatizado en un periodo temprano, en el que el lactante vive de una manera grandiosa en un mundo narcisista propio. En ese estado, siente que sus deseos se cumplen como resultado del pensamiento mágico. Esta autora considera que la experiencia traumática temprana abrevia el período de seguridad narcisista, lo cual sensibiliza frente a las frustraciones posteriores de la vida. Como consecuencia, el paciente huye de la realidad intolerable de su vida presente mediante un intento de restablecer el mundo delirante autista del lactante.

  • Lacan

Los aportes de Lacan están basados en la lingüística y el estructuralismo, principalmente en las teorías del signo de Ferdinand de Saussure. Para éste, el signo está formado por un significado y significante, donde el significante es la huella acústica o escrita de la palabra y el significado es el contenido conceptual correspondiente al significante. Sin embargo, Lacan nos dice que no existe tal correspondencia, pues nunca lo que se dice corresponde a lo que se creía decir. En este sentido el sujeto es un efecto del significante: “un significante representa un sujeto para otro significante” (Escritos I).

Así pues, Lacan plantea que el inconsciente está estructurado como un lenguaje, ante lo cual se pregunta cómo es que un sujeto se sitúa frente al universo simbólico de los significantes, es decir frente al gran Otro. Especialmente en el caso de la psicosis, el sujeto rechaza parcialmente este orden simbólico, que dejaría al sujeto por fuera del Otro, es decir del universo simbólico.

En la psicosis el inconsciente se encuentra en la superficie, es consciente, es decir que aparece en lo real. Lacan entonces nos dice que si bien el psicótico está dentro del lenguaje, está fuera del discurso. El psicótico habla, es decir, se encuentra dentro del universo del lenguaje, sin embargo, ese lenguaje no lo incluye como sujeto.

A este rechazo que el psicótico hace del orden social lo llama Forclusión, refiriéndose a la pérdida o extinción de una facultad, al rechazo y la exclusión. Así la Forclusión vendría a constituir el mecanismo por medio del cual el psicótico rechaza y excluye la simbolización. Lacan plantea entonces que la causa de la psicosis vendría a ser “un hoyo, una falta al nivel del significante”. (Seminario III, 1955).

El significante que el psicótico rechaza es el de la metáfora paterna, al cual Lacan le dio el nombre de Nombre del padre, que vendría a ser similar a la metáfora del complejo de Edipo en Freud, asimilando que es el padre quien instaura los principios y normas sociales, en una especie de contrato narcisista y violencia primaria, así como también la prohibición del incesto. Desde los conceptos Freudianos, esta prohibición es lo que promueve la organización del lazo social, por lo cual la carencia de este significante no permite la introducción del psicótico en lo social, esto pasa a relucir en el particular lenguaje en la psicosis.

Lo que fracasa en la introducción del Nombre del Padre, es que este significante no logra quitarle el lugar al deseo de la madre, por lo que viene a instalarse el delirio en el lugar del padre, de este significante fálico, por lo que no existe castración en el psicótico.

Es entonces que Lacan nos dice que lo que induce la psicosis es la Forclusión del Nombre del Padre.

Este concepto cambiará en Lacan en el seminario XXIII, en donde se plantea que el problema de la psicosis no se encuentra tanto del lado de la castración, sino de amarre de tres registros: real, simbólico e imaginario.

DSM-IV

De acuerdo con los criterios que establece el DSM-V los síntomas que presenta una persona con psicosis son:

  • Delirios,
  • Alucinaciones,
  • Discurso desorganizado (ej. incoherencia frecuente en lo que expresa verbalmente),
  • Comportamientos psicomotores anormales y síntomas negativos.
  • Diagnóstico

Los síntomas señalados anteriormente deberán de clasificarse de acuerdo a su gravedad respecto a los últimos siete días, con el uso de una escala de 5 puntos, la cual va de 0 (ausente) a 5 (presente y grave). La duración de los episodios de dicho trastorno deberán de ser por lo menos de un día, pero menos de un mes “con un retorno final al grado de funcionamiento previo a la enfermedad” (Asociación Americana de Psiquiatría, 2014).

Es importante mencionar que la psicosis no debe de atribuirse a algún padecimiento o efectos fisiológicos de sustancias, ya sea cualquier droga o medicamento. También, deberá de especificarse si los síntomas se producen a partir o no de una situación estresante o su inicio fue después del parto (posparto).

CARACTERÍSTICAS DE LA PSICOSIS DESDE EL PSICOANÁLISIS

  • Neurosis y Psicosis: Diferencias

Freud refiere que en la psicosis se reconstruye un fragmento de la realidad, es decir, se desmiente la realidad para una consecuente reconstrucción; tal planteamiento lo respalda la formulación que hace en sus escritos sobre Neurosis y psicosis (1924) y La pérdida de la realidad en la neurosis y la psicosis (1924).

Resumiendo ambos escritos, Freud privilegia el lazo con la realidad por encima de los mecanismos defensivos y la teoría libidinal, además menciona que tanto la neurosis como la psicosis parten de la frustración, y que en ambos casos, hay ruptura con la realidad y búsqueda de satisfacciones sustitutivas. Cabe señalar que en la neurosis se conserva la relación con la realidad, creándose una suerte de realidad paralela en cuyo interior se busca la satisfacción negada por la realidad oficial; en cambio, en la psicosis el yo busca imponer una realidad fantaseada a la realidad oficial, y en ese intento, pierde paralelamente una parte de la realidad compartida, es decir, un espacio que será reemplazado por el delirio u otras construcciones del sujeto, (Zanchettin, 2018).

Otra característica que diferencia a la psicosis de la neurosis, es que el mecanismo de represión fue exitoso en la neurosis y en la psicosis no, al respecto, en su obra “La represión” (1915), nos dice:

“El estudio psicoanalítico de las neurosis de transferencia nos lleva a concluir que la represión no es un mecanismo de defensa originariamente dado, sino que, por el contrario, surge después de haberse establecido una separación entre la actividad anímica consciente y la inconsciente, por lo que la esencia de la represión consiste exclusivamente en rechazar y mantener alejados de lo consciente a determinados elementos”.

Entonces, desde una perspectiva psicoanalítica la psicosis es vista como un conflicto entre el yo y el mundo exterior, en donde la percepción carece totalmente de eficacia. Ante esto podemos decir que durante la psicosis existe una reducción del valor psíquico que se le daba al mundo interior (investidura), lo cual conducirá a que la persona cree un nuevo mundo, tanto interior como exterior, que estará al servicio del ello, pues es él quien ahora gobierna. Por lo tanto, este mundo nuevo que se construye será a partir de todas aquellas frustraciones que la realidad en su momento no le dejaba satisfacer. Cabe destacar también que la psicosis crea demasiada angustia en la persona que lo padece, justificado en el hecho de percibir que se desmorona la realidad, sin que haya poder alguno que pueda sostenerla.

En la neurosis, la persona sabe que hay una realidad oficial innegable, de la cual, intentará huir, refugiándose en un mundo de fantasía creada de ideales que satisfagan al ello; sin embargo, puede regresar a la realidad oficial, por lo que no permanece en este mundo fantasioso pues aún hay una clara distinción entre lo real y lo creado. Cosa que no ocurre en la psicosis, donde la escisión del yo es tan compleja que el yo es separado y no puede volver a reunificar lo que es o no real.

Una condición importante de la producción delirante es la forma regresiva de pensar que aparece en la psicosis: corresponde a un pensamiento arcaico, primitivo, anterior al lógico, regido por las emociones y sustentado por el deseo, en el cual el objeto y la idea del objeto son una y la misma cosa, lo que ocurra a los objetos puede sentirse como si le ocurriese al Yo (transitivismo).
En ocasiones el sistema Superyo — Ideal del Yo (que también regresiona en las psicosis) puede proyectarse al exterior y convertirse en el punto de partida de los delirios de observación y de influencia que reproducen las funciones de esta instancia intrapsíquica (pero ahora provenientes desde afuera del sujeto — por ej. el delirio del aparato de influencia).

El Superyó de los psicóticos, arcaico y regresionado a sus matrices primitivas, explica también la culpa extremadamente persecutoria que sienten los pacientes.

En cuanto al delirio, surge como un intento de reconexión libidinal, constituyendo una expresión de la función sintética del yo que intenta rearmar y recompaginar, pero dado a que está operando con elementos sumamente regresivos, lo que logra construir es un delirio. Esto es lo que dificulta la restauración del vínculo con la realidad. El movimiento restitutivo da lugar a que las representaciones verbales se recarguen.

  • Mecanismos de defensa en la psicosis

Fundamentalmente, desde el punto de vista dinámico encontramos el “splitting”, el cual es una defensa que consiste en la escisión del Yo provocada por la renegación o repudio de la realidad. Por lo tanto este sería un proceso análogo al de la represión que tiene lugar en la neurosis.

Debido al odio a los órganos de los sentidos que permiten la percepción de lo externo y de lo interno que es displacentero y angustiante, y también debido al odio a las partes de la personalidad que sirven para el contacto con la realidad, nos hallamos frente a todo lo que se proyecta y expulsa en la fantasía omnipotente de la identificación proyectiva. Cuando el sujeto logra mediante dicho mecanismo, crear la realidad fantaseada, podríamos hablar de una coraza narcisista que protege al Yo psicótico del displacer proveniente de la realidad.
Freud habla de la “verwerfung” para plantear el rechazo enérgico de la realidad: para evitar el desarrollo de un afecto penoso el psicótico cambia la imagen que tiene de la realidad, alterando su “buen juicio” acerca de ella. Cuando Freud (1924) describe las características que tiene el vínculo con la realidad en las neurosis y en las psicosis, dice que la neurosis no desmiente la realidad, se limita a no querer saber nada de ella, a diferencia de la psicosis en donde la desmiente y procura sustituirla. Como por ejemplo una madre que enloquece ante la muerte de su hijo y acuna un pedazo de madera como si fuera un bebé, altera su percepción de la realidad para poder continuar descargando un afecto de ternura en lugar de sentir una insoportable tristeza.
Como nos describe Chiozza (1996) retomando a Freud: en la psicosis lo esencial del mecanismo defensivo consiste en alterar el juicio de realidad, de modo que el desarrollo de un afecto que hubiera sido penoso queda sustituido por la descarga de otro, acorde con una realidad que ha sido deformada para satisfacer una fantasía optativa.

En la psicosis, el remodelamiento de la realidad tiene lugar en los sedimentos psíquicos de los vínculos que hasta entonces se mantuvieron con ella, o sea en las huellas mnémicas, las representaciones y los juicios que se habían obtenido de ella hasta ese momento y por los cuales era subrogada en el interior de la vida anímica. Lacan retomará la “verwerfung” como forclusión (represión de lo real). El retorno de la forclusión en las psicosis gira alrededor de la alucinación.

“Resulta de ello un proceso cuya primera etapa llamamos cataclismo imaginario, a saber, ya nada de la relación mortal que es en sí misma la relación al otro imaginario puede ser dado en concesión. Luego, despliegue separado y puesta en juego de todo el aparato significante: disociación, fragmentación, movilización del significante en tanto palabra, palabra jaculatoria, insignificante o demasiado significante, plena de insignificancia, descomposición del discurso interior, que marca toda la estructura de la psicosis. Después del encuentro, la colisión, con el significante inasimilable, se trata de reconstituirlo, porque ese padre no puede ser simplemente un padre, un padre a secas, el anillo de recién, el padre que es el padre para todo el mundo”. (Lacan, 1955)

En el caso del retorno de lo reprimido, aquello que retorna vuelve de “adentro” porque existe una unicidad conservada; mientras que en el caso de la proyección viene de “afuera”.

  • Psicoanálisis contemporáneo

Respecto a Berdullas, Malamud & Ortiz (2010), mencionan que durante la psicosis lo que ocurre es justamente un desasimiento con la realidad (resultado, del conflicto entre el yo y la realidad) lo cual como ya se mencionó, es seguido por una etapa en la que la realidad será reconstruida.

También, mencionan a partir de Freud, que los síntomas que se presentan durante la psicosis tendrán que diferenciarse en la relación que existe entre el cuerpo y lenguaje del psicótico con el neurótico, ya que durante la psicosis la representación objetiva del lenguaje queda en un proceso primario. Además, la falta de investidura con los objetos conduce a que las palabras que se emplean en relación con el cuerpo sean distintas.

INTERPRETACIÓN DE LA PELÍCULA “IMÁGENES (1972)”

Recuperado de: https://www.google.com/search?biw=1366&bih=657&tbm=isch&sa=1&ei=09PyW_ygHM-4tQWTnL2ICQ&q=pelicula+%22IM%C3%81GENES+%281972%29%22&oq=pelicula+%22IM%C3%81GENES+%281972%29%22&gs_l=img.3...13805.14688..15297...0.0..0.85.150.2......1....1j2..gws-wiz-img.......0j0i67.csFVEU-wkOE#imgdii=vuC5GpWzU6DA6M:&imgrc=dkcrmkrE17jBoM:

Analizando la película Imágenes nos pudimos dar cuenta que el personaje principal, Cathryn, padecía psicosis, ya que “La psicosis es el desenlace análogo de una perturbación en los vínculos entre el yo y el mundo exterior“. Esto era muy notorio, pues conforme la película avanza se puede ver muy claro que el mundo exterior (la realidad) de Cathryn se altera, ya que comienza a presentar alucinaciones delirantes que le causan angustia, las cuales provienen de la construcción que se realiza a través de la pulsión del ello dando sus primeras manifestaciones.

En un principio ella comienza relatando un cuento para niños sobre un unicornio, pues es escritora de libros infantiles, sin embargo el discurso que emplea es un tanto desorganizado, ya que le es difícil hilar el relato con sentido, lo cual es característico en la psicosis. En esta transición del relato ella escucha dos voces, una la llama por su nombre y hace unas pausas cuando lo escucha, pero continúa posteriormente con llamadas telefónicas que ella misma realiza, haciendo creer al espectador que se comunica con su amiga. También en este mismo acontecimiento se puede ver la escisión del YO, el cual es un mecanismo de defensa primario. Esta escisión está ligada a la noción de objeto que está, en este caso, constituido por el Yo. En el proceso de escisión del Yo, el objeto está separado en dos entidades distintas que tienen la característica de ser totalmente independientes la una de la otra. Es muy claro el ejemplo ya descrito donde Cathryn habla con ella misma y también se puede observar en otro momento de la película, donde ella se puede ver a sí misma arriba en las colinas mientras está llegando a la cabaña, además es posible que dentro de la narración de la historia también se pueda inferir la escisión del Yo, ya que dentro del relato habla sobre un personaje que percibe dentro del él un otro, pero lo describe como a un monstruo; y en la segunda parte del relato habla de alguien que cayó a un pozo y que necesita que lo ayuden a salir pero no puede verlo y ni alcanzarlo, esto podría interpretarse como que los personajes hacen referencia a ella misma y a su estado en el que se encuentra.

De ahí, se desencadenan una serie de sucesos con 3 personajes; siendo uno, su esposo (Hugh) y los otros dos, sus amantes (Rene y Marcel). Como lo es la escena de las relaciones sexuales, en la cual Cathryn es atraída por Rene y a partir de ahí se entreteje la misma situación y diálogo con Marcel y Hugh, el cual es un claro ejemplo de las alucinaciones.

Se cree que el detonante principal de estas alucinaciones son los celos y la creencia de que su esposo la está engañando, los cuales son provocados con la llamada telefónica que recibe, ya que esta le causa gran frustración y angustia. Cabe señalar que dentro de “la etiología común para el estallido de una psiconeurosis o de una psicosis es la frustración, el no cumplimiento de uno de aquellos deseos de la infancia, eternamente indómitos, que tan profundas raíces tienen en nuestra organización comandada filogenéticamente”, (Freud, 1923–25). En cuanto a la angustia, dentro de esta brota un deseo reprimido del yo, la infidelidad constante, la cual se manifiesta a través de las alucinaciones delirantes de ella con sus amantes, aun cuando René ya está muerto.

Recuperado de: https://www.google.com/search?biw=1366&bih=657&tbm=isch&sa=1&ei=09PyW_ygHM-4tQWTnL2ICQ&q=pelicula+%22IM%C3%81GENES+%281972%29%22&oq=pelicula+%22IM%C3%81GENES+%281972%29%22&gs_l=img.3...13805.14688..15297...0.0..0.85.150.2......1....1j2..gws-wiz-img.......0j0i67.csFVEU-wkOE#imgdii=ynFKbZrezM7XDM:&imgrc=dkcrmkrE17jBoM:

En la película encontramos otro personaje llamado Susannah, una niña de 12 años en extremo parecida a Cathryn, la cual en efecto es ella misma pero mucho más joven. Esta fue una niña que se quedaba con su abuelo tras la separación de sus padres y que la mayor parte del tiempo lo pasaba sola, retomando la escena donde se presenta la alucinación teniendo relaciones sexuales con sus dos amantes y su marido. Dentro de esta escena hay una parte en la que está con Marcel y le menciona “no me des un bebé” pero de manera contraria, cuando está con Hugh le dice “quiero un bebé”. El deseo del bebé no es precisamente el deseo de hijo, sino más bien está relacionado al deseo de maternidad, por lo tanto, si tomamos en cuenta la separación que tuvo de su madre cuando era niña por el divorcio, este deseo es visto como algo negativo, ya que responde al deseo de repetir especularmente la relación primaria con su madre buscando de alguna manera este afecto maternal perdido.

Algo más que podemos observar en la película es la huída a su antigua casa,la cual se encuentra en un valle, alejado de la gente donde no hay mucho contacto con la otredad y su realidad, retorno a la soledad característico de las personas psicóticas. Cathryn se sabe enferma, reconoce que tiene un problema que la acusa y no la deja vivir en paz; en esta lucha pulsional, donde el ello gana terreno sobre el yo, el único problema no es la idea de la infidelidad, sino la psicosis en la que está inmersa. Por lo que Cathryn ha perdido la realidad completamente y en su lugar ha pasado a construir una mucho más elaborada y rota, donde las alucinaciones delirantes de sus amantes la aquejan haciendo que sus deseos reprimidos resurjan, lo cual es intensamente angustiante. Ante esto, Cathryn encuentra la manera de lidiar con su enfermedad y se da cuenta que para terminar con las alucinaciones es necesario ponerle fin a la vida de sus amantes, paradójicamente hablando en el caso de René, que ya está muerto. Así es como Cathryn asesina a sus dos amantes, Rene y Marcel, dándose cuenta de que una vez muertos en sus alucinaciones dejan de presentarse frente a ella. Cabe mencionar que en un momento de la película, después de matar a la alucinación de Marcel, entra en un momento de realidad, donde sabe que no dio muerte al verdadero Marcel, quizá ante su deseo reprimido fallido de seguir manteniendo relaciones con él.

Finalmente, la escisión más clara del Yo se puede observar al final de la película cuando ella entabla una conversación con ella misma, cara a cara, donde se dice que para ponerle fin a su alucinación necesita matarla, atropellándola y arrojándola por la cascada, tras lograrlo y regresar a su vida en los suburbios; se reencuentra consigo misma, comprende que nunca podrá acabar con ella, pues la realidad que ha construido a raíz de la psicosis está más cimentada que nunca.

REFERENCIAS

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