Bitácora del día 30/Octubre/2017: Conferencias 25 y 32 de S. Freud

Diana Ruzanni
Psicopatología y personalidad 2020–1
5 min readNov 7, 2017

Durante la sesión de hoy, los temas principales a tratar fueron las conferencias número 25 ‘’La angustia’’ y número 32 ‘’Angustia y vida pulsional’’ de Sigmund Freud. Según dichos trabajos, la angustia se puede definir como una reunión de determinadas sensaciones correspondientes al binomio placer-displacer con inervaciones de descarga y percepción; se considera como un estado afectivo básico y se menciona que es comparable a la histeria debido a que tiene la misma construcción que un ataque histérico, debemos recordar que todo afecto tiene un componente neuro motriz. Un punto que me parece importante resaltar es que las personas con neurosis consideran como su más horrible e intenso padecimiento a la propia angustia, sin embargo, también es relevante señalar que la angustia y la neurosis no van de la mano necesariamente: puede haber angustia sin padecer neurosis y puede haber neurosis sin que haya angustia como uno de sus síntomas.

Ahora, se distinguen dos tipos de angustia: la angustia realista y la angustia neurótica. La angustia realista es un estado de atención sensorial incrementada donde hay tensión motriz, que lleva a un apronte angustiado, es una reacción frente a la percepción de un peligro externo o de un daño previsto, se caracteriza por ser racional y comprensible y es un reflejo de la huida (de la que se hablara más adelante): es una exteriorización de la pulsión de autoconservación del Yo, mientras que la angustia neurótica es un estado general de angustia, que carece de fin, se prende a cualquier contenido en cualquier forma de representación y está en constante búsqueda de justificación; en esta clase de angustia, el Yo emprende un intento de huida frente al reclamo de su libido y trata el peligro interno como un peligro externo, lo que conlleva a la formación del síntoma. Recordemos que el desarrollo de la angustia ocurre desde que inicia la reacción del Yo frente al peligro y la señal que se da para que se inicie la huida.

Profundizando un poco con la angustia neurótica, se analiza en tres vertientes principales: 1.- Como un estado flotante libre, 2.- Por medio de las llamadas fobias, de las que se hablará más adelante, y 3.- La angustia en histerias y casos de neurosis graves. Respecto a a las fobias, hay dos fases que se deben reconocer en ellas: La primera es la represión y el transporte de la libido a la angustia ligada a un peligro exterior del proceso neurótico y la segunda es la edificación de precauciones y aseguramientos destinados a evitar algún contacto con ese estímulo, considerado como peligro, como algo externo a nosotros; no tienen clasificación como tal pero Freud las divide de acuerdo a su origen, percepción y posible explicación: 1.- Hacia objetos con dimensión de peligro y exagerados en su propia fuerza, 2.- Hacia lo que categorizamos como un peligro pero lo minimizamos y no lo anticipamos y 3.- Las que no se explican.

Sin embargo, así como ambas angustias se distinguen la una de la otra, también tienen elementos en común, tales como que ambas son una señal ante el peligro y las respuestas de huida y defensa. Respecto al tema de la huida o la defensa, se puede definir como una conducta adecuada frente a un peligro sobre la evaluación de las fuerzas propias comparadas con la magnitud de la amenaza que se presenta. En este punto, es importante mencionar que, si hay angustia en extremo, hay una paralización del individuo, es decir, no hay respuesta de su parte así que, por lo tanto, no hay huida ni defensa. Aquí también ingresa la angustia expectante o la expectativa angustiada, un estado de angustia general en donde la persona siempre está en espera de lo más terrible que pueda imaginar y, en cualquier momento, puede explotar frente a esa incertidumbre, este es un rasgo de neurosis. Aunque la angustia, el miedo y el temor son similares, se debe recordar que la primera es un estado afectivo y prescinde del objeto, el segundo es la mención dirigida al mismo y el tercero es el efecto no recibido por el apronte angustiado. En pocas palabras, a pesar de compartir rasgos en común, no son lo mismo.

Enfocándome más hacia la angustia, algo que debo resaltar tanto de esta clase como de todo el tema en general, es que se concretó dos cosas que son considero fundamentales tanto para el estudio de la angustia en sí como para el diagnóstico y tratamiento de cada persona en particular: 1.- La fuente del afecto de toda angustia que presentamos es nada más y nada menos que el propio acto del nacimiento, ya que ahí se produce un agrupamiento de sensaciones displacenteras, mociones de descarga y sensaciones corporales que lo convierten en modelo para los efectos de un peligro que consideramos mortal, el cual es repetido por nosotros como un estado de angustia. Y 2.- Nuestro primer estado de angustia es la separación de la madre. Ligado a los planteamientos anteriores, se afirma que todos los niños padecen lo que se denomina como angustia infantil, la cual se genera a raíz de una libido no aplicada, que genera soledad y, a su vez, añoranza, y sustituye al objeto de amor por un objeto externo o una situación en particular, esto porque todos los niños están siempre influenciados por casi toda persona, situación u objeto que está en una interacción continua con él. Esto puede llevar a una génesis de neurosis, que es la incapacidad para soportar por un largo tiempo una estasis libidinal considerable.

Casi para concluir la sesión, la Doctora mencionó que es muy importante para nosotros como Psicólogos el ‘’pensar como pensaría el paciente’’; esto nos llevará a comprender mejor el significado del síntoma que padece así como su angustia, para un mejor análisis, diagnóstico y tratamiento del mismo.

Me gustaría finalizar con algo que se ha que se ha comentado desde las primeras clases: el Yo debe contar con diversos mecanismos de defensas para responder al mundo exterior, sobre todo de lo que se puede percibir como peligroso y esto se logra gracias a que se fortalece más con cada vivencia que considera como ‘’logro’’.

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