¿Cómo entender la psicosis infantil? Marco teórico del caso “Manuel”

Brenda Rocha
Psicopatología y personalidad 2020–1
6 min readOct 27, 2019

El otro, el enemigo

El narcisismo termina cuando sabes que hay otro, otro que brinda displacer así como placer y es vital para la autoconservación. El bebé necesita del otro para vivir, se le ama o se le odia, se le ama porque se le necesita, además de que brinda placeres, pero se le odia debido a que representa un estado de necesidad, lo que nos regresa al anhelo de la omnipotencia.

Ver a la madre como alguien que no es uno, es el punto de partida de muchos procesos entre ellos, la fantasía, y esta ultima dará comienzo con la conciencia de otro. Un ejemplo es un pequeño que es golpeado por un adulto, representando de esa manera, mediante el castigo a un otro, el deseo de poseer el amor total de la figura parental, quien el niño regresara a un estado de narcisismo primario con una obsesión de pertenencia hacia la madre.

Por otro lado, encontramos las teorías de Klein, de acuerdo a ella se inicia una posición depresiva, debido a que en la posición anterior (Esquizo-paranoide), llegaban numerosos deseos de destrucción hacia el objeto amado, sin hacerlo realmente, no obstante, ante la angustia de este proceso, habrá una manía por reparar dicho objeto.

Para Freud, lo primero que ocurre es un estado de amor-indiferencia es decir, cuando se da cuenta de la existencia de otro, el binomio, se sustituye por el de amor-odio esta vez enfocado en el otro y eso depende de pictogramas grabados en la infancia.

Existe una ambivalencia amor-odio en los afectos hacia los otros.

Fantasía o fantaseo

Ante la falta de un ambiente que no permita el desarrollo del yo se repliega sobre sí mismo y dificulta desarrollo del self. Si esto se presenta un entorno lleno de caos, el yo no lo asumirá como parte de la omnipotencia, si no como alguna fuerza omnipotente que solo da sufrimiento, por lo que al no ser su omnipotencia no puede destruir y reconstruir los objetos en su interior por lo que iniciará con proyecciones en el exterior.

Con la imaginación, es decir el poder manipular los objetos sin dañarlos, se entrará en el fantaseo, que es una protección obsesiva por un objeto, reconstruyéndolo en su interior y así creando su realidad.

La duda del neurótico, la certeza del psicótico

Cuando el desarrollo del yo, se inicia en un ambiente de caos puede existir una dificultad para integrar sentimientos diversos sobre un mismo objeto provocando la escisión del yo dando como resultado una ambivalencia permanente.

Video comparativo entre la psicosis y la nerosis.

En una “normalidad” el hombre esta concebido para dudar, esto surge a partir de la existe sobre una misma representación, siendo una de estas dos mociones inconsciente. Esa ambivalencia puede traducirse en amor-indiferencia, en el narcisismo originario; en amor-odio, en la etapa de reconocimiento del objeto; o en pasividad-actividad, posiblemente localizable en el complejo de Edipo. De cualquier manera aparece la duda como una adquisición neurótica; la posibilidad de que las representaciones contengan mociones opuestas y que, a pesar de esto, puedan convivir.

Para esto la madre puede transmitir al hijo la posibilidad de desenvolverse como él quiera, tanto en su ejercicio de hijo como en su futuro ejercicio de padre, gracias a la represión original sobre el deseo de hijo que le permite descolocarse de una posición absoluta. Al concederle un proyecto de vida, el pequeño puede distinguir entre las diversas posibilidades que significa ser un hijo o un padre. Si el medio ambiente, los primeros cuidados, no cumplen con los requisitos señalados y se desata, en cambio, la experiencia de caos, la certeza suplantará a la duda. Este resultado puede interpretarse como la imposibilidad de modificar la realidad y el propio ser.

Volviendo al binomio amor-odio, este es el fundamento elemental de la desconfianza en sí mismo, que a su vez es síntoma principal de la neurosis obsesiva.

Si esta representación es proyectada pierde el reconocimiento de ser propia y, entonces, el reproche no puede dirigirse hacia uno, de esa manera el yo queda protegido. Ahora bien, la desconfianza hacia sí es uno de los motivos que establece la duda y que bien pudiera remitirnos a la posibilidad de ser algo más de lo que somos, o de que las cosas sean otra cosa que lo que aparentan; es decir, mediante la desconfianza las representaciones pueden cobrar un significado variable y no fijo. En cambio, si la desconfianza es proyectada a lo exterior, uno queda solo con lo fijo, y lo variable se presenta como amenaza al yo.

La desconfianza se proyecta afuera.

La psicosis desde Freud

De acuerdo a Freud, la paranoia es una forma de proteger el “yo” o dicho de otra forma, es una psicosis de defensa. En este estado, no se puede mirar hacia dentro, pues no existe un yo que aguante la labor introspectiva, es entonces que se desplazan las amenazas al yo hacia afuera.La paranoia es una fijación en el estadio libidinal del narcisismo.

Respecto al origen de la paranoia, Freud explica que ésta se debe a un estado de displacer que ocurrió antes del primer año y medio de vida y fue reprimido. Específicamente podemos hablar de un abuso sexual.

Por otro lado, es importante mencionar que las patologías de tipo psicótico también se encuentran relacionadas con el proceso de introyección, ésta es la forma en la que el yo se ama a sí mismo cuando el objeto exterior ya no está presente o se ha rechazado. La psicosis implica una segregación de los estados introyectados, éstos son de diferente intensidad y valencia, lo cual los vuelve inconciliables entre sí.

El “yo” queda escindido debido a que se han introyectado estados inconciliables entre sí.

En cuanto al aspecto sexual, Freud considera que la paranoia es una pulsión homosexual inconsciente, el narcisismo propio de la paranoia busca a uno mismo en el otro. Sin embargo, cabe aclarar que el sentir homosexual y heterosexual conviven durante toda la vida de los individuos, mas es en las regresiones al estado narcisista cuando surgen la bisexualidad u homosexualidad.

Otra de las psicosis que pueden experimentar los individuos es la esquizofrenia, ésta implica una fijación en la fase narcisista de la líbido, después, la presencia de una angustia difícil de ser procesada por el yo y un posterior extrañamiento de la realidad.

Otro concepto clave es el de “melancolía”, ésta es producida por la pérdida real o simbólica de un objeto que, como consecuencia, lleva al sujeto a reprocharse por esta pérdida. Si en el proceso de duelo podemos hablar de la pérdida de un objeto, en la melancolía encontramos más bien una pérdida del yo ya que la libido en vez de investir al objeto, retornó al yo y creó una identificación con el objeto perdido.

La melancolía representada en el arte.

Además, existe otra diferencia fundamental entre el duelo y la melancolía, pues ésta última representa una lucha inconsciente ente el amor y el odio hacia el objeto perdido, mientras que la primera, se elabora de forma consciente. Cabe señalar que la lucha que se presenta en la melancolía es en el propio yo, lo cual influye en que éste se degrade y victimice.

Bibliografía

Villanueva, J. (2018). “Manuel: matar o morir”. (Tesis de Maestría). Universidad Nacional Autónoma de México, México.

Escrito por Roberto Álvarez y Brenda Rocha.

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