Capitulo 4. La integración del ego en el desarrollo del niño (resumen)

roberto alvarez
3 min readOct 5, 2019

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El termino “yo” se refiere a la personalidad humana, que en condiciones adecuadas se integra a una unidad.

El “yo” puede ser fuerte o débil, esto depende de la capacidad de la madre para satisfacer las necesidades del infante debido a que el niño aún se encuentra en una dependencia absoluta, en ese momento, la madre es reconocida como un “yo auxiliar”. La madre desde el embarazo se convierte en una madre devota es decir cuidar en todo momento, tiempo después, la madre retoma aspectos de su realidad, es decir no dedica todo su tiempo a cuidado del bebe, dicho de otro modo, se vuelve una madre satisfactoria gracias a que él bebe posee la capacidad de relacionarse con objetos subjetivos; el niño puede satisfacer el principio de realidad y con ello interactuar con objetos que “no son el” .y al hacerlo bien puede proporcionarle una breve experiencia de omnipotencia.
Sin embargo al no haber un quehacer materno suficientemente bueno, el infante es incapaz de iniciar la maduración del yo, incluso puede quedar distorsionado el desarrollo del yo.

Para lograr un buen estudio del yo es importante evitar pensar al niño como como solo un ser con instintos de supervivencia algunas necesidades que pueden ser satisfechos o frustrados si no como alguien inmaduro ya que él bebe está constantemente al borde de una angustia inconcebible, que es la clave del crecimiento normal. Por lo que es vitalmente importante la función de la madre en esta etapa temprana anterior a la separación del “no-yo” y el “yo”.

Si al bebe le falta un cuidado satisfactorio, pueden ocurrir distorsiones en la organización de “yo” y sentar las bases de las características esquizoides, así como el desarrollo de una personalidad vigilante y la organización de un aspecto falso de la personalidad.

En el desarrollo del niño existen aspectos de sostenimiento, manipulación y la presentación.

Podemos decir que la integración del yo del bebe es fundamental para que pueda establecer relaciones objetales, aquí principalmente se trata de que el niño por sí mismo se adapte al objeto con el que tiene contacto además de satisfacer las necesidades.

El ego se basa en un ego corporal, él bebe reconoce su cuerpo como un yo, reconoce que el provoca sus funciones y reconocerá sus necesidades, para esto su piel tendrá la función de separarlo de su entorno.

Podemos decir que en el desarrollo del yo, podemos relacionar unos fenómenos con 3 procesos:

  • La integración hace juego con el sostenimiento.
  • La personalización hace juego con la manipulación
  • La relación objetar hace juego con la presentación del objeto

Por otra parte también podemos decir que hay una posición contraria a la integración, lo definiría como “relajación” que: se refiere al hecho de no sentir la necesidad de’ integrarse, al darse por sentada la función materna de apoyo del yo (Winnicott 1965).

En otro término que definiremos como “desintegración” es una defensa para evitar la no integración debido al no apoyo del yo auxiliar durante la angustia inconcebible en la fase de dependencia absoluta.

La manipulación tiene de propósito que el niño sepa integrar mente y cuerpo, sin una manipulación activa y adaptativa esta tarea resulta muy difícil, incluso imposible, por lo que pueden existir distorsiones.

El inicio de las relaciones objetales es complejo. No se refiere a solo la satisfacción o frustración de las necesidades si no lo anterior es decir a todo lo que lo rodea partiendo de la satisfacción.

El proceso consiste en que él bebe cree una vaga idea acerca del origen del objeto a partir de una necesidad, la madre adaptativa le presenta el objeto y satisface la necesidad, así creando la relación al bebe de que para satisfacer la necesidad necesita justamente ese objeto.

Para saber mas:

Winnicott, Donald; (1965). El proceso de maduración del niño estudios para una teoría del desarrollo emocional; tercera edición en castellano, (1981). Editorial Laia. España. pp. 63–74

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