Desarrollo del bebé a partir de la relación madre-lactante

El texto de “La pareja madre-lactante” de Winnicott, aborda desde la perspectiva de salud y enfermedad como se van sentando las bases del niño según la identificación que tiene con su madre, así como las implicaciones que tiene que esta no le ofrezca un yo para consolidar el suyo y la carencia de funciones que conlleva el cuidado en la etapa temprana.

Para estudiar la relación madre-lactante es necesario comenzar por aquello que es propio de cada uno, ya que hay distintas formas de identificación: la que se da de la madre con el niño y la que parte de este con ella. En el caso de la mujer embarazada que tiene una identificación creciente con el niño, lo asocia con un “objeto interno” que se estableció dentro de su cuerpo y que pertenece ahí. En la fantasía inconsciente de la madre hay una disposición para que esta se despoje de sus intereses personales y centre estos únicamente en el bebé, esta actitud se denomina “preocupación primaria materna”, la cual es la capacidad de saber lo que siente el niño ya que se encuentra inmersa en esta área de experiencia.

Pareja madre-lactante

Así como la madre tiene esta “preocupación primaria materna” también pueden darse dos trastornos que afectan la relación entre la madre y el lactante, en un extremo se encuentra la madre que tiene intereses personales compulsivos y se ve incapaz de abandonarlos, en el otro extremo está aquella que se encuentra preocupada de manera permanente por el niño, convirtiéndose en algo patológico, lo adecuado seria que le preste al recién nacido su self y con el paso del tiempo cuando el niño este listo para tolerar las frustraciones del ambiente la madre recupere su interés en sí misma. En el caso de la madre normal esta supera el estado de preocupación por el bebé dependiendo del destete, sin embargo, la madre enferma no puede destetar al niño o lo hace de manera brusca.

En la labor terapéutica se observan casos de niños que llegan a consulta porque atraviesan fases en las que retroceden y vuelven a experimentar aquellas relaciones tempranas que no fueron satisfactorias, por lo que podemos identificarnos con ellos tal como la madre lo hace con su hijo, aunque sea de manera temporaria pero completa.

Hay que destacar que en el estado en el que se encuentra la madre es sumamente vulnerable, sin embargo, no siempre se percibe ya que en su mayoría hay un círculo de protección alrededor de ella organizado por su compañero, pero en el caso que estas fuerzas protectoras no funcionen la madre puede tener algunos trastornos mentales llamados puerperales.

La identificación del niño con la madre.

Para que el niño tenga un desarrollo real debe tener una madre suficientemente buena, de lo contrario el niño no es más que un conjunto de reacciones frente a los choques, donde el self del bebé no se forma, o bien, queda atrás de uno falso que se somete a los golpes del mundo o en general los evita.

Suponiendo que el niño tenga una madre suficientemente buena esta puede proporcionar apoyo al yo del niño, si la pareja madre-lactante funciona bien, su yo se desarrolla fuerte creando patrones y defensas que ostentan las huellas de las tendencias hereditarias. El niño con yo fuerte gracias al apoyo yoico de la madre se convierte en él mismo y real. En caso contrario, cuando el apoyo de la madre es débil o no existe el desarrollo del niño se condiciona reduciéndose a una serie de reacciones frente a fallas ambientales.

Los niños que tuvieron una madre suficientemente buena se afirman pronto como personas distintas a las demás, mientras que los bebés que reciben un apoyo patológico tienden a parecerse a otros en patrones de conducta (inquietos, apáticos, etc.). Cuando se realiza la terapia se puede ver como surge por primera vez un niño como individuo.

En un inicio en el mundo del bebé no hay una separación del no-yo, por lo que no existe un yo. La identificación por lo tanto es el punto de partida del niño, esto comienza cuando la madre se identifica con el bebé, puede y quiere proporcionarle apoyo en el momento en el que este lo requiere.

La función materna

En las primeras etapas del niño las funciones de la madre suficientemente buena pueden agruparse en tres categorías:

a) Sostenimiento (Holding), es la forma en la que la madre se identifica con el bebé, esto a través de como sostiene al niño, lo cual debe ser de manera adecuada ya que si hay alguna falla provoca al niño una angustia intensa, además de la sensación de desintegrarse, la sensación de caer interminablemente, el sentido de que la realidad externa no puede usarse como reaseguración y otras ansiedades que en realidad se describen como “psicóticos”

b) Manipulación, contribuye a que se desarrolle en el niño una asociación psicosomática que permite que el bebé haga una diferenciación de lo real y lo que no lo es, lo que ayuda a experimentar el funcionamiento corporal y la experiencia del ser

c) Mostración de objetos, promueve en el bebé la capacidad para relacionarse con objetos, formando así la relación con el mundo de los objetos y fenómenos

Para concluir, la relación madre-lactante es esencial que se de en las condiciones adecuadas para que el niño tenga una salud mental, así como para que se establezca como persona, como un ser diferente a los demás, para esto es necesario contar con una madre suficientemente buena que cumpla con las funciones de sostenimiento, manipulación y mostración de objetos con el fin de ofrecer un buen desarrollo al bebé, en el caso de que la madre no pase por la preocupación primaria o se vaya a algún extremo patológico y no cumpla las funciones anteriormente mencionadas creará un falso self el bebé para sobrevivir a las demandas del ambiente externo aunque busca evitar someterse al mundo en general.

Referencias:

Winnicott, D. (1984). La familia y el desarrollo del individuo. Buenos Aires: Paidos

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