El juego como herramienta psicoterapéutica para los niños

Primero podemos empezar definiendo el juego como una actividad espontánea y libre que ejecutan los niños en la cual, el adulto puede involucrarse siempre y cuando no se rompa esa espontaneidad. Si en dado caso el adulto llegara a querer imponer reglas u organizar, esto se convierte en un game.

El juego es en sí mismo autocurativo porque los niños pueden expresarse a través de él. Hay una descarga de energía de adentro hacia afuera de manera placentera transformando su ansiedad en dicho placer. Es cierto que cuando estamos en la presencia de un juego podemos preguntarnos por la excitación física que se ve relacionada, pero Winnicott (1993) menciona que si en esta excitación se ve involucrado el cuerpo con un placer masturbatorio, el juego queda destruido ya que resulta evidente el acto.

Cabe mencionar que Winnicott postula la existencia de un espacio potencial en el que se va a llevar a cabo el juego entre la madre y el bebé en el cual, gradualmente ella se va separando y de esta forma, el niño se vuelve creativo. Esto va a variar dependiendo de las experiencias que le brinde la figura materna y cómo lo enfrenta al mundo. Es así como el juego tiene la función de un fenómeno transicional, es decir, es una experiencia acompañada por la formación de pensamientos y fantasías creando una zona intermedia permitiendo un alivio mediante la vinculación de la realidad externa e interna. También es preciso decir que esta actividad debe de tener un tiempo, no solo hablando de la duración en el momento dado, sino en relación de que poco a poco el niño va dejando de jugar con sus juguetes pues empieza a crecer y el interés se desvía a otras áreas y objetos.

De acuerdo a la Teoría del juego mencionada por Winnicott (1993), hay un proceso que se puede describir para el desarrollo y el inicio del jugar:
a) La visión que tiene el niño del objeto es subjetiva y es la madre quien se encarga de hacer real lo que se quiere encontrar.
b) El niño puede ubicarse en una especie de control mágico, una ilusión de lo que ocurre fuera de él mismo. La madre es la encargada de desilusionar al bebé dándole la capacidad de estar a solas estando en un ir y venir solo cuando se tenga la necesidad de la madre. Es muy importante la confianza que se tiene hacia la figura materna ya que se relaciona con la identidad.
c) El niño juega con base a la persona que ama y a la que le tiene confianza reflejando lo que ocurre en el juego.
d) El niño permite una superposición de juego entre él y otra persona disfrutando de la misma. Primero ocurre con la madre quien empieza a jugar con el bebé cuidando de encajar en él y poco a poco introduce su propio modo de jugar.

El juego en la psicoterapia

La psicoterapia se lleva a cabo en la superposición del juego entre el terapeuta y el niño, es donde surge la interacción y el espacio creativo. Cuando el juego no le es posible al pequeño o pequeña, el terapeuta tiene la tarea de llevar al paciente a un estado en el que sí lo sea evitando producir acatamiento o adiestramiento que genere confusión y malestar si es que se desea avanzar en la psicoterapia (Winnicott, 1993). El análisis se centra en el juego del niño en donde el terapeuta busca la comunicación del mismo ya que sabe que su lenguaje no posee un buen dominio que le permita expresar o transmitir lo que en el juego se puede encontrar. De igual manera, debemos de ser conscientes de que en el mismo juego podemos hallar aspectos aterradores por lo que tienen que haber personas responsables cerca, pero no quiere decir que tengan que involucrarse.

Para poder entender la idea del juego, se debe de estudiar en sí mismo y no a su contenido. El jugar va a desempeñar un papel fundamental en la construcción de la personalidad ya que la psicopatología se puede manifestar en la manera de jugar. Esto va relacionado con los juguetes pues deben de ser lo suficientemente buenos para que le permitan al niño desarrollar su potencial creativo. Cuando las pulsiones se desbordan y la finalidad es la destrucción en sí del juguete, se está dando una manifestación psicopatológica así como el hecho de tener los materiales o los juguetes y pese a ello, exista una ausencia del juego.

En el siguiente video, se puede mostrar un ejemplo representativo en el cual Sid, a comparación de Andy, en la película de Toy Story goza de la destrucción de los juguetes demostrando que algo ocurre con él aunque no sea el fin de dicho largometraje.

Un ejemplo de manifestación psicopatológica en el juego.

Como conclusión, se puede decir que el juego es una herramienta que nos permite abordar contenidos de diversas cargas emocionales definiendo estrategias que ayuden a los niños a un manejo adecuado de ellas. Es una parte fundamental del desarrollo humano ya que involucra diferentes capacidades y habilidades en las que se ven envueltas la fantasía, la imaginación y el conocimiento. El terapeuta debe de posicionarse dentro del juego del niño sin imponerse de ninguna manera, evitar la interpretación inmediata o alguna verbalización que pueda interrumpir la fluidez del juego.

Finalmente, a través del juego los terapeutas pueden trabajar distintos ámbitos como lo son el físico, cognitivo, social y afectivo del niño mejorando su autonomía, su autoestima y por ende su calidad de vida.

Referencias
Calvo, F. (2015). El juego en la psicoterapia infantil… mucho más que un juego. [Ilustración]. Recuperado de: http://ecopsicoterapia.blogspot.es/categoria/psicoterapia/
Winnicott, D. W. (1993). El juego. En Realidad y Juego. Barcelona: Gedisa pp. 61–77

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