La experiencia de frustración

Brenda Guerrero
2 min readSep 28, 2018

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4.9 Relación amor-odio, presencia-ausencia del objeto

Freud (1915), diferencia dos instancias respecto a la relación amor-odio hacia el objeto; la primera es el “yo”, que es interna, y el “no yo”, que se refiere al mundo externo. La segunda es sujeto-objeto, que tiene que ver con la regulación del placer- displacer.

A través de la representación, el yo-placer se convierte en yo-realidad, aparece el odio al objeto porque provoca displacer. El “yo” busca alejarse del objeto y escapar del mundo exterior, si el odio aumenta, puede provocar el deseo de aniquilarlo o aniquilar al yo mismo. Como lo dice Winnicott (1971), el objeto es tanto amado como odiado y “cuando el vínculo de amor con un objeto determinado se interrumpe, no es raro que lo reemplace el odio”; la experiencia de frustración hace que los objetos sean reales.

La madre también puede generar sensaciones displacenteras y crea en el niño una ficción en la que realiza el cumplimiento del placer en ausencia del objeto, por medio de la simbolización (Freud, 1915, Esparza, 2015). Entonces el aparato psíquico recurre al principio de realidad, por medio de la frustración y la representación de lo real, aunque sea displacentero (Freud, 1911, Esparza, 2015).

Centre Dial Andorra, https://ladiversiva.com/9-consejos-practicos-para-que-los-ninos-aprendan-a-tolerar-la-frustracion

Para que el niño comience a independizarse y logre la integración del yo-no yo, tendrá que percibir a la madre como objeto completo y mantener con ella un relación ambivalente, lo que significará un avance en su desarrollo (Winnicott, 1962, Esparza, 2015).

Para Green (1983), el amor-odio que se genera por el objeto, supera la vía del narcisismo, se ve fortalecida cuando el objeto investido decepcionó. Esto sobre el significado de que el objeto es real, cuando el objeto representa una amenaza para la integración del “yo”, el objeto desilusiona, volviéndose un objeto-trauma; el objeto no está accesible al sujeto, ocurre tanto por el sentimiento de lo demasiado y lo demasiado poco.

Los efectos del objeto trauma, conllevan a una desinvestidura objetal y ocurre una angustia narcisista, de ahí la importancia de que el niño tenga la capacidad de tolerar la ausencia de la madre y de que pueda representar psíquicamente al objeto, aunque esté ausente.

Referencias

  • Espinoza, J. (1973). Sufrimiento fetal. Rev. Chilena Pediatría, Vol. 44, No. 6. Recuperado de: www.scielo.cl/pdf/rcp/v44n6/art02.pdf
  • Freud, S. (1950 [1895]). Proyecto de psicología. Obras Completas, Vol. I (7ª Reimp. 2001). Buenos Aires: Amorrortu.
  • Green, A. (1983). Narcisismo de vida narcisismo de muerte (4ª Reimp. 2005). Buenos Aires: Amorrortu.
  • Winnicott, D. W. (1971). Realidad y juego (1ª Reimp. 1987). México: Gedisa.

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