La neurosis obsesiva y el sentido de los síntomas: Conferencia 17 de Freud

En la clase del 17 de octubre del 2017, se analizó la lectura de “El sentido de los síntomas” de la conferencia 17 de Freud. En esta bitácora me centro en algunos puntos de la lectura.

El primer punto, Freud plantea que el síntoma tiene un significado. Para poder comprobar esta afirmación analiza la neurosis compulsiva en lugar de la histeria. Esta es menos estridente y se ve más como un asunto del enfermo. Comenta que los síntomas en este tipo de neurosis han sido desvalorizados, tomándose como cosa de la misma persona. Sin embargo, el análisis de este tipo de neurosis ha sido fundamental para el desarrollo del psicoanálisis. Ya que la neurosis compulsiva revela de manera más clara ciertos extremos de la neurosis. No es de sorprender que en futuras conferencias vistas en clase retoma a la neurosis compulsiva.

Los neuróticos compulsivos son movidos a realizar acciones que les es imposible omitir. Tienen pensamientos a los que no pueden no hacerles caso, estos pensamientos se reprimen y nunca se ejecutan, lo que se ejecuta son las llamadas acciones compulsivas, repeticiones en su mayoría inofensivas
Ahora bien, según Freud, es imposible exhortar al enfermo a que se distraiga y no piense en ese tipo de cosas. Pedir que haga algo racional en lugar de estarse con jugueteos. Sin embargo, el enfermo no puede hacer otra cosa, aunque eso le gustaría mucho. Lo único que puede hacer es desplazar, permutar, cambiar de idea, cambiar una prohibición por otra, ejecutar un ceremonial en vez de otro. La desplazabilidad es un carácter principal de su enfermedad.

Pero que sucede entonces con todas estas terapias corporales que tratan los pensamientos obsesivos, como, por ejemplo, el Mindfulness o la terapia emocional y que se ha encontrado en algunas investigaciones que funcionan. En un artículo de una psicoterapeuta emocional ella da estos 5 consejos para combatir con los pensamientos obsesivos. El primero es que el pensamiento obsesivo sea aplazado para más tarde, diciéndote a ti mismo frases como “ya lo pensare luego, lo pienso en otro momento”. El segundo, es simple, poner límite a las obsesiones diciendo “¡ya basta!”. El tercero es poner un horario a los pensamientos obsesivos. El cuarto consejo es aceptar el pensamiento obsesivo en lugar de suprimirlo, este está muy relacionado con el Mindfulness (Chadwick, Hember, Symes, Peters, Kuipers y Dagnan, 2008, citados por Márques, Romero y Ortega). El quinto y último es practicar alguna técnica de relajación. Esto parece poco práctico porque en realidad no hay una solución, solo un aplazamiento del pensamiento compulsivo, y sin tomar en cuenta las acciones compulsivas que aparecen en este tipo de neurosis. Además, aceptar el pensamiento el lugar de suprimirlo es difícil, como voy a aceptar que quiero matar a mi madre o a mi hijo, si causan algún conflicto es porque es inaceptable ya para el individuo.

Otra de las características de la neurosis obsesiva es que las representaciones, impulsos y acciones enfermizos en modo alguno se mezclan por partes iguales en cada forma y caso singular de la neurosis obsesiva. Es normal que alguno de los factores domine el cuadro y dé nombre a la enfermedad, sin embargo, eso es equivocado porque todas son neurosis obsesivas. Respecto a esto, más adelante Freud cuestiona la forma en la que la psiquiatría concibe a la neurosis compulsiva. Comenta que lo único que hace es dar nombres a las diversas obsesiones, insistiendo en que los portadores de estos síntomas son “degenerados”, es decir personas fuera de lo normal o anormales, reclama

que eso es un juicio de valor y una condena. Actualmente eso prevalece, aún sigue haciéndose un diagnostico bajo estas consideraciones psiquiátricas, por ejemplo, el CIE 10 aun clasifica en diferentes tipos de trastornos según la conducta que predominé en la obsesión, por ejemplo: Si hay un predominio de pensamientos o rumiaciones obsesivas; con un predominio de actos compulsivos (rituales obsesivos); con mezcla de pensamientos y actos obsesivos. Incluso parece ser que se ha separado los pensamientos y las acciones de todo lo que es la neurosis obsesiva para hacerlas trastornos por separado, en lugar de que formen parte del mismo cuadro. Pero porque podría pasar eso, la respuesta podría estar en el mismo texto, algunas conductas obsesivas son vistas como normales, parte de la misma personalidad del individuo o sin importancia, menciona Freud incluso la sintomatología obsesivo-compulsiva se puede encontrar en hombres que son importantes para su comunidad, o históricamente famosos. Por eso para un síntoma no solo es importante la experiencia subjetiva del individuo; también lo es la significación colectiva cultural.

La neurosis obsesiva genera que las personas sean indecisas, que cada vez tengan menos energía y una mayor restricción de la libertad; pero el carácter de estas personas es todo lo opuesto, se les ve muy enérgicas, testarudas, generalmente tienen grandes cualidades intelectuales. También tienen una conciencia moral superior y son más correctos de lo habitual. Esto es algo muy curioso, ya que este tipo de conductas son muy valoradas en nuestra sociedad; alguien muy honesto e inteligente que se esmera en hacer su trabajo perfectamente sin importarle quedarse hasta tarde, es preferido por las empresas. Esto me deja la duda de que ocurre cuando tienes un síntoma neurótico y que la misma sociedad te exige que lo tengas, en este caso un síntoma neurótico obsesivo. Tal vez, el burnout en el trabajo es una consecuencia de esta situación.

El último punto de mi bitácora es retomar lo que Freud dice sobre el sentido del síntoma: el sentido del síntoma reside en un vínculo con el vivenciar del enfermo. Esto es, que todos los síntomas que se quieren interpretar, para encontrar un sentido a esas acciones que parecen insignificantes o exageradas, están relacionados con la vida y el contexto de la persona y hallaran ese sentido en su historia, su pasado; este trabajo será más fácil entre más “personalizado” sea el síntoma. Olvidarse del sentido de los síntomas, y por lo tanto de la persona misma, podría llevarnos a caer en el error de creer que porque le hemos dejado ciertas actividades o ejercicios a nuestro consultante como pensar que evitando que piense en lo que le aqueja, poner horarios o hacer que acepte sus pensamientos, puede ayudarlo a la persona, aunque lo que en realidad hace es desplazar y hacer que ahora la persona solo piense en la hora del día que tiene para pensar su pensamiento compulsivo o que se genere una conducta compulsiva.

Bibliografía.
Organización Mundial de la Salud. CIE-10.: Trastorno obsesivo-compulsivo. Recuperado de http://www.psicomed.net/cie_10/cie10_F42.html
Reyes, A. 2017. Los pensamientos obsesivos limitan tu vida. Recuperado de https://lamenteesmaravillosa.com/los-pensamientos-obsesivos-limitan-vida
Márquez, M., Romero, R., Fernandez, T., Ortega, M. Guía para la Intervención Psicológica en el Trastorno Obsesivo-Compulsivo Recuperado de https://www.uam.es/centros/psicologia/paginas/cpa/paginas/doc/documentacion/rincon/protocolo_TOC.pdf

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