Origen de la vida psíquica

Dificultades en la organización psíquica y la potencialidad psicótica

De acuerdo a Mireya Morales (2016), en su tesis plantea que el ambiente es un factor que puede ser favorecedor o convertirse en un obstáculo ya que va a depender del cuidado de los padres para el desarrollo de la persona. Un punto importante es el pecho materno que puede llegar a ser gratificador o de frustración siendo este el primer objeto parcial que lleva a la separación entre el amor y el odio.

Para evitar la posición esquizo-paranoide que se lleva en esta fase de separación, el bebé recurre a los siguientes mecanismos de defensa: escisión, proyección, introyección, negación, idealización, así como el control omnipotente. Estos le permitirán disminuir la angustia por medio de la manipulación del objeto y la expulsión de sus partes cargadas con excesivo instinto de muerte.

La escisión permite al menor diferenciar sus experiencias sensoriales y emocionales a partir de lo que él considera bueno y malo. Si esta escisión llega a ser en exceso, el sujeto dará lugar a una rigidez neurótica; por el contrario, si es menos severa, permitirá que el inconsciente se comunique con la parte consciente del sujeto. Cabe resaltar que las experiencias buenas deben de predominar sobre las malas para evitar que en los primeros meses de la infancia se dé una fijación de la psicosis que producirá una regresión a la fase donde se presentó la patología impidiendo un desarrollo adecuado.

Otro punto que puede atrofiar el buen desarrollo del niño es la importancia de la mirada de la madre ya que ésta debe de responder a las necesidades del mismo reflejando así el ideal que ella ha creado de él y para él; de no ser así, se atrofia su capacidad creadora y busca otras formas de conseguir que el ambiente le devuelva algo. Esta tolerancia en caso de sobrepasar la capacidad del bebé puede desencadenar un narcisismo patológico.

Ferrant (2008) hace hincapié a la dificultad de pensar en el o la que hace falta, por ello propone 3 tipos de falta específicos: “falta vinculada con la satisfacción pulsional, la falta vinculada con la privación de la necesidad de seguridad y la falta consecutiva a la desaparición del coparticipe en el compartir afecto” (Citado en Morales, 2016, p. 25).

El desequilibrio de la presencia del objeto (de seguridad y emocional) puede desencadenar un trauma entendido a éste como un acontecimiento de mayor intensidad que provoca la incapacidad del sujeto para responder a él adecuadamente perjudicando la organización psíquica del individuo.

No siempre la potencialidad traumática es exclusiva de un narcisismo; por ejemplo existen identificaciones edípicas que también podrían producir situaciones traumáticas cuando hay un exceso de seducción materna y una ausencia de ley paterna provocando que la pulsión sexual no reprimida ocupe el lugar del yo dando pie a la construcción de un falso self.

En la psicosis infantil el ello es externo al yo, por lo que el ello amenaza la estructura del yo hasta que se organizan las defensas de calidad psicóticas: escisión, negación y proyección en mayor intensidad.

La potencialidad psicótica

El origen de la vida psíquica y el origen del conflicto están en relación ya que al coincidir promueven la evolución del aparato psíquico que es el que lleva a cabo una constante reorganización del registro interno y externo.

El bebé nace para ocupar un lugar en la familia, si llega a haber fallas en la adquisición de un rol dentro de la misma, conducirá a una idea delirante entendiéndose esta cuando el yo funciona con discursos ilógicos o presencia de cosas sin orden causal por lo que resulta ininteligible.

Desde la primera elaboración del pensamiento delirante primario, el yo produce significaciones nuevas no aceptables para el discurso de los demás, por ende, el sujeto psicótico se ve en la necesidad de crear interpretaciones para que pueda hablar el lenguaje de los demás.

Dificultades de la organización psíquica y potencialidad psicótica: implicaciones en la adolescencia

La adolescencia es una etapa obligada que va desde el fin de la infancia hasta el inicio de la madurez, caracterizada por un sufrimiento que puede manifestarse de 3 maneras según Nacio (citado en Morales, 2016, p. 34):

  1. Por medio de una neurosis de crecimiento.
  2. Por medio de comportamientos peligrosos.
  3. Por medio de perturbaciones mentales.

La pubertad da fin al periodo de latencia y es una etapa en la que pueden reaparecer los traumas de la infancia acarreando una serie de crisis lo cual desencadenará neurosis latentes que pueden manifestarse con cierta violencia o urgencia, mecanismos de defensa psicóticas y revivir pulsiones reprimidas.

En conclusión, el cuidado suficientemente bueno por parte de los padres proporcionará de herramientas que permitirá afrontar los cambios que se sufre en la adolescencia como son físicos, psicológicos, emocionales y sociales.

Referencia
Morales, M. (2016). Implicaciones de la falta de deseo y carencia de cuidados parentales en la potencialidad psicótica de un adolescente (tesis de maestría). Universidad Nacional Autónoma de México, México.

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