Psicoanálisis: ¿Qué significa Tópico Dinámico y Tópico Económico?

Stephanie LP
Psicopatología y personalidad 2020–1
6 min readSep 8, 2018

López Piña Stephanie Guadalupe

Antes de comenzar, considero importante aclarar el significado de ‘‘Tópica o Tópico’’, para contextualizar al lector:

Un tópico, para Freud, es equivalente a una teoría o un punto de vista que supone una diferenciación del aparato psíquico, en cierto número de sistemas dotados de características o funciones diferentes, y dispuestas en un determinado orden entre sí, lo que permite considerarlos metafóricamente como lugares psíquicos de los que es posible dar una representación espacial figurada.

Corrientemente se habla de dos tópicas freudianas, la primera en la que se establece una distinción fundamental entre inconsciente, preconsciente y consciente, y la segunda que distingue tres instancias: el ello, el yo, el superyó; aunque también encontramos el tópico dinámico y económico, además del genético, en esta ocasión me referiré exclusivamente al tópico Dinámico y Económico, con las que Freud define la Metapsicología.

Tópico Dinámico

Califica un punto de vista que considera los fenómenos psíquicos como resultantes del conflicto y de la composición de fuerzas que ejercen un determinado empuje, siendo éstas, en último término, de origen pulsional.

Frecuentemente se ha subrayado que el psicoanálisis había reemplazado la concepción llamada estática del inconsciente, por una concepción dinámica. En los textos de Freud, el adjetivo «dinámico» sirve para calificar especialmente el inconsciente, por cuanto éste ejerce una acción permanente, que obliga a que una fuerza contraria, asimismo permanente, le impida el acceso a la conciencia. Clínicamente este carácter dinámico se comprueba tanto por la resistencia hallada para acceder en el inconsciente, como por la producción repetida de derivados de lo reprimido.

Es por esto que Freud distingue dos acepciones del concepto de inconsciente: en sentido «descriptivo», inconsciente designa lo que se halla fuera del campo de la conciencia y, por tanto, engloba también lo que Freud llama preconsciente; en sentido dinámico, no designa las ideas latentes en general, sino de un modo especial aquellas ideas que poseen cierto carácter dinámico y que permanecen apartadas de la conciencia a pesar de su intensidad y actividad.

Por tanto, cuando nos referimos a la psique como una estructura abierta y dinámica, aludimos a la flexibilidad que tiene esta para equilibrar el permanente conflicto entre fuerzas internas y externas.

Tópico Económico

Califica todo lo relacionado con la hipótesis según la cual los procesos psíquicos consisten en la circulación y distribución de una energía cuantificable (energía pulsional), es decir, susceptible de aumento, de disminución y de equivalencias.

Así, Freud define la metapsicología por la síntesis de tres puntos de vista: dinámica, tópica y económica, entendiendo por esta última « la tentativa de conocer el destino de las cantidades de excitación y de lograr al menos cierta estimación relativa de su magnitud».

El enfoque económico consiste en considerar las catexis en su movilidad, sus cambios de intensidad, las oposiciones que se establecen entre ellas (concepto de contracatexis), etc.

Esta exigencia del pensamiento freudiano se debe, por una parte, a un espíritu científico y un aparato conceptual impregnados de nociones energéticas, y, por otra parte, a la experiencia clínica, que impone a Freud desde un principio cierto número de hechos que cree poder explicar únicamente utilizando un lenguaje económico. Por ejemplo: carácter irrepresible del síntoma neurótico (que a menudo se traduce en el lenguaje del paciente por expresiones como: «es más fuerte que yo»); y, a la inversa, alivio y desaparición de los trastornos cuando el sujeto logra, durante la cura, liberarse (catarsis) de los afectos «arrinconados» en él; separación, efectivamente comprobada en el síntoma y en el curso del tratamiento, de la representación y del afecto que en principio se hallaba ligado a ésta; descubrimiento de cadenas de asociaciones entre una determinada representación, que provoca muy escasa o nula reacción afectiva, y otra aparentemente anodina, pero que provoca dicha reacción: este último hecho sugiere la hipótesis de una verdadera carga afectiva que se desplaza de un elemento a otro, a lo largo de una vía de conducción.

La hipótesis económica se halla constantemente presente en la teoría freudiana, traduciéndose por un conjunto de conceptos: la idea parece ser la de un aparato (al principio calificado de neuronal, y más tarde definitivamente de psíquico), cuya función consistiría en mantener a un nivel lo más bajo posible la energía que por él circula. Este aparato realiza cierto trabajo, descrito por Freud de diversas formas:

· Transformación de la energía libre en energía ligada, también visto como aplazamiento de la descarga, o elaboración psíquica de las excitaciones, entre otras.

· Esta suma de excitación o de energía, puede circular a lo largo de cadenas asociativas, cargar una determinada representación o complejo representativo, etc.

· La energía almacenada en exceso, buscara una salida, y puede ser usada como mecanismo de defensa ante peligros psíquicos. Ejemplo de ello es el desplazamiento y la condensación.

El aparato psíquico recibe excitaciones de origen externo o interno; estas últimas (pulsiones) ejercen un empuje constante, que constituye una «exigencia de trabajo». De un modo general, todo el funcionamiento del aparato puede describirse en términos económicos como un juego de catexis, retiro de la catexis, contracatexis y sobrecatexis.

La hipótesis económica se halla en estrecha relación con los otros puntos de vista metapsicológicos: tópica* y dinámica*. En efecto, Freud define cada una de las instancias del aparato por una modalidad específica de circulación de la energía: así, dentro de su primera teoría del aparato psíquico, establece la existencia de una energía libre del sistema, una energía ligada del sistema y una energía móvil de sobrecatexis para la conciencia.

Asimismo el concepto dinámico de conflicto psíquico implica, según Freud, el tomar en consideración las relaciones entre las fuerzas presentes (fuerza de las pulsiones, del yo, del superyó).

El punto de vista económico se considera a menudo como el aspecto más hipotético de la metapsicología freudiana: ¿qué es esta energía constantemente invocada por los psicoanalistas? Sobre este punto haremos algunas observaciones:

1) Freud define el empuje de la pulsión como « la cantidad de exigencia de trabajo que impone al psiquismo» y reconoce de buen grado «que nada sabemos acerca de la naturaleza del proceso de excitación en los elementos de los sistemas psíquicos y no nos creemos autorizados a establecer ninguna hipótesis a este respecto. Siempre operamos, pues, con una gran X, que trasladamos a cada nueva fórmula».

2) Asimismo Freud sólo recurre a la hipótesis de una energía como substrato de las transformaciones que parecen deducirse de numerosos hechos de experiencia. La libido o energía de las pulsiones sexuales le interesa en la medida en que puede explicar los cambios del deseo sexual en cuanto al objeto, al fin, a la fuente de la excitación. Así, un síntoma moviliza cierta cantidad de energía, lo que tiene como contrapartida un empobrecimiento a nivel de otras actividades. Freud llegó incluso a pensar que esta magnitud cuantitativa podría, en rigor, ser objeto de medición y que quizá lo fuera en el futuro.

3) Si se intenta precisar el tipo de hechos que pretende explicar el punto de vista económico, se puede pensar que lo que Freud interpreta con el lenguaje de la Física es lo que, desde una perspectiva menos alejada de la experiencia, podría describirse como el mundo de los «valores». D. Lagache insiste en la idea, de inspiración fundamentalmente fenomenológica, según la cual el organismo estructura su ambiente e incluso su percepción de los objetos, en función de sus intereses vitales, valorizando dentro de su medio un determinado objeto, campo o diferencia perceptiva.

Conviene señalar, no obstante, que tal enfoque sólo podría recoger todo el contenido de la hipótesis económica a condición de concebir los «valores» en juego como susceptibles de intercambiarse por otros, de desplazarse, de equipararse dentro de un sistema en el que la «cantidad de valor» a disposición del sujeto sería limitada. Lo que Freud designa por economía libidinal es precisamente la circulación de valor que tiene lugar en el interior del aparato psíquico, casi siempre con un desconocimiento que impide al sujeto percibir la satisfacción sexual en el sufrimiento del síntoma.

Referencias:

· Laplanche Jean et all. Diccionario de Psicoanálisis. Paidós 1996. pp.100–105.

--

--