RESUMEN DEL TEXTO:”Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica de los sexos. Vol. 19"

La situación del complejo de Edipo es la primera estación que discernimos con seguridad del varoncito .Nos resulto fácilmente inteligible , por que en ella el niño retiene el mismo objeto al que llama en el periodo procedente , el de latencia y el de crianza había investido con su libido todavía no genital.

También que vea al padre como un rival perturbador a quien quería eliminar y sustituir se deduce a limpiamente de las constelaciones objetivas.

Se expuso que la actitud edipica del varoncito pertenece a la fase fálica y que se va al fundamento por la angustia de castración , osea, por el interés narcisista hacia los genitales.

Actitud femenina:el niño quiere sustituir a la madre para ser objeto de amor del padre.

Suponemos que el onanismo es dependiente del complejo de edipo y significa la descarga de su excitación sexual. El onanismo así como las dos actitudes del complejo de edipo se anudarán después de esa impresión subsiguientemente interpretada

Hay dos buenas razones para suponer que esta fantasía fue también a fuerza pulsional de su onanismo infantil y uno recibe la impresión de hallarse frente a un hecho elemental o susceptible del ulterior resolución de la vida sexual infantil.

La zona genital es descubierta en algún momento, no parece justificado atribuir un contenido psíquico a los primeros quehaceres del niño con ella.

Cuando el niño o la niña ven por primera vez el órgano genital de su compañero; en el caso análogo del varón cuando ve el órgano genital de una niña no lo ve y lo desmiente,solo mas tarde cuando nace el miedo a la castración aquella observación se vuelve significativa y esa antigua creencia toma vida ante el recuerdo de su compañera de juegos,mientras que para la niña ella toma conciencia de que el miembro de su compañerismo de juegos se crea un juicio y su decisión ,ha visto eso,sabe que no lo tiene,y quiere tenerlo,en este lugar se bifurca el complejo de masculinidad que si eventualmente no logra superarlo pronto pued deparar grandes dificultades al prefigurado desarrollo hacia la feminidad.

Las consecuencias psíquicas de la envidia del pene, en la medida en que ellas se agotan en la formación reactiva del complejo de masculinidad, son multiples y de vasto alcance .

Con la admisión de su herida narcisista se establece en la mujer como cicatriz por así decirlo un sentimiento de inferioridad, superado el primer intento de explicar su falta de pene como castigo personal , tras aprender la universalidad de este carácter sexual, empieza a compartir el menos precio del varón por ese sexo mutilado en un punto decisivos.

Las consecuencias de la envidia del pene parece ser el aflojamiento de los vinculos tiernos con el objeto-madre, la concatenación no se comprende muy bien , pero uno se convence de que la madre, que hecho al mundo a una niña con una dotación insuficiente es responsabilizada por esa falta de pene.

Otra de las consecuencias y quizás la mas importante en la envidia del pene , es la inferioridad del clítoris, esto se debe a que la masturbación la soporte en menor grado que el varón suele resolverse contra ella y no es capaz de utilizarla en las mismas circunstancias en que el varón habría recurrido sin vacilar a ese expediente.

Sublevación: recurre el supuesto de que un factor concurrente le vuele acerbo el placer que le dispensaría esta práctica , uno de estos podría ser la afrenta narcisista enlazada con la envidia del pene o el aviso de que nunca lo va a tener ; el conocimiento de la diferencia anatómica entre los sexos esfuerza a la niña pequeña a apartarse de la masculinidad y del onanismo masculino, y a encaminarse por nuevas vías que llevan al despliegue de la feminidad.Gracias a esto la libido de la niña se desliza a una nueva posición, ella resigna el deseo del pene para remplazarlo por el deseo de un hijo, y con este propósito toma al padre como objeto de amo,en esta nueva situación puede llegar a tener sensaciones corporales que han de apreciarse como un prematuro despertar del aparato genital femenino.

Concluye que en la niña el complejo de Edipo es una formación secundaria, en cuanto al nexo entre complejo de Edipo y complejo de castración, se deduce que mientras el complejo de Edipo del varón se va al fundamento debido al complejo de castración, el de la niña es posibilitado e introducido por este último, esta contradicción se esclarece si se reflexiona en que el complejo de castración produce en cada caso efectos inhibidores y limitadores de la masculinidad y promotores de feminidad. La diferencia entre varón y mujer corresponde al distingo entre consumada y mera amenaza de castración. Freud destaca la cantidad de consecuencias que no deja de producir el complejo de Edipo: este no es solo reprimido, zozobra formalmente bajo el choque de la amenaza de castración, sus investiduras libidinosas son resignadas, desexualizadas y en parte sublimadas; sus objetos son incorporados al yo, donde forman el núcleo del superyó. Ya que el pene debe su investidura narcisista a su significación orgánica para la supervivencia de la especie, se puede concebir la catástrofe del complejo de Edipo como un triunfo de la generación sobre el individuo.

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