¿Qué vio Narciso cuando miró su reflejo?

Brenda Rocha
Psicopatología y personalidad 2020–1
10 min readNov 21, 2019

Introducción y objetivos

En nuestros días, estamos bastante familiarizados con el término “narcisismo”. Es común escuchar que cuando una persona se comporta de forma vanidosa, engreída o egoísta se le tacha de “narcisista”, sin embargo, habría que preguntarnos qué tan buen uso estamos haciendo de este concepto, es decir, ¿Realmente qué es el narcisismo? El propósito de esta investigación será precisamente responder a esta pregunta desde varios enfoques, como lo son el psicoanálisis, la psicología clínica y la sociología. Asimismo, se buscará ahondar en los antecedentes del término, el origen del trastorno, sus características y posibles tratamientos. Finalmente, se pretende dar inicio a una reflexión en torno a la importancia de estudiar el narcisismo en nuestros días.

La historia del “narcisismo”

La palabra “narcisismo” tiene su origen en el mito griego de Narciso escrito por Ovidio, mismo que podría resumirse de la siguiente manera:

Cuando nació Narciso su madre Liriope le preguntó al oráculo si éste llegaría viejo, a lo que el oráculo contestó que “si no se conociere” podría llegar a viejo. Pasaron los años y cuando Narciso creció, se volvió en un hermoso mancebo que era pretendido por muchos hombres y mujeres, sin embargo, él no se interesó en nadie. Una de las personas que había sido despreciada por el joven, rogó al cielo para que hubiera justicia, para que Narciso amase sin poder adueñarse de aquel a quien amase. Tiempo después, un día que él se encontraba cansado, se sentó junto a un verde follaje al lado de una fuente, agachó la mirada y tomó un poco de agua, mas al ver su reflejo sobre el agua quedó enamorado de lo que vio. El joven a partir de ese momento se olvidó de comer y dormir, se mantuvo pasmado frente al agua hasta que su cuerpo se desgastó y perdió fuerzas. Quienes amaron a Narciso, se acercaron a él con la intención de quemarlo y sepultarlo, pero cuando vieron el agua, lo que encontraron fue una flor de centro azafranado y pétalos blancos (Extracto de Ovidio, 8 d.C.).

“Eco y Narciso” cuadro de John Williams.

Muchos años más tarde, otros autores como Alfred Binet o Havelock Ellis harían uso del término “narcisismo” para referirse a las perversiones sexuales; sin embargo, el uso del concepto se empezó a difundir más extensamente a partir de las obras de Sigmund Freud, quien introdujo por primera vez el concepto en el año de 1910 para explicar la elección objetal en los homosexuales. Por otro lado, fue hasta el año de 1914 que el padre del psicoanálisis explicó con mayor extensión el concepto en el texto de Introducción del narcisismo (Kernberg, 2010).

Psicoanálisis y narcisismo

¿Cómo entiende el psicoanálisis al narcisismo? La teoría freudiana ve al narcisismo como la líbido investida sobre sí mismo. De acuerdo al médico vienés, el narcisismo surge cuando la líbido que antes estaba enfocada al exterior se centra en el yo (Kernberg, 2010). En este sentido, cabe aclarar que podemos hablar de dos tipos de narcisismo:

  • El narcisismo primario: corresponde al periodo donde el bebé depende completamente de su madre, ésta satisface sus necesidades y crea en el niño la ilusión de la omnipotencia (Winnicott, 1963). El bebé hace de sí mismo su objeto de amor libidinal (Morales, 2016). El narcisismo primario inicia con elementos motores y sensoriales que, cuando existe una madre suficientemente buena, darán paso a la integración psíquica del “yo” (Winnicott, 1981).
  • El narcisismo secundario: implica la formación del yo por la identificación con el otro (Kernberg, 2010).

Los orígenes del narcisismo

Desde el primer momento de la vida psíquica del individuo el narcisismo se encuentra presente. Esto ocurre en medio del enamoramiento de la madre y el hijo, donde ella concibe inconscientemente al bebé cómo el falo que a ella le falta; de esta manera, el bebé se vuelve su objeto de deseo (Morales, 2016).

Otro de los autores que aborda el narcisismo menciona que éste se constituye gracias a la creencia de que somos amados, los primeros objetos en la vida de una persona son los que nos proveen de un “yo auxiliar” que permite crear una estructura yoica estable en el bebé. Sin embargo, cuando los objetos decepcionan, lo único que le queda es la ilusión de omnipotencia (Green, 1983). Esta desilusión es consecuencia de una falla en los primeros cuidados del niño, cuidados que no sólo incluyen la satisfacción biológica y fisiológica sino que también la afectiva. Implican ser objeto de deseo del otro (Chamudes & Verdú, 2002).

¿Cómo es un narcisista?

Si nos encontramos con un individuo que ha tenido estas vivencia y por lo tanto se ha configurado psíquicamente como un narcisista ¿qué características encontraríamos en él o ella? Desde el psicoanálisis se plantea que el sujeto narcisista presenta una vulnerabilidad nociva para el yo, es una persona que presenta grandes heridas secuela de las graves carencias afectivas experimentadas al inicio de su vida. En él priman la inexistencia, la sensación de vacío: “La búsqueda regresiva a la nada” (Green, 1983, p. 38). Hay una herida de la que constantemente se huye, pues voltear a mirarla implica caer en el vacío: “La incompletud narcisista no encuentra trámite” (Villanueva, 2018, p.17).

Persona Narcisista

Además, los narcisistas son personas que buscan que los otros les otorguen un valor exagerado, a la vez que ellos infravaloran lo que los demás hacen. Por otro lado, al tener una autoestima tan frágil suelen ser muy sensibles a las críticas, las cuales los hacen sentir humillados y frustrados. La carencia de empatía es otra de sus características, pues cuando por fin pueden reconocer las necesidades o sentimientos de otros los ven como debilidades y los menosprecian (Riva, 1996).

Criterios según el DSM-V

Por otro lado, la práctica clínica, de acuerdo al Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales (DSM-V) de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA, 2013), considera que el narcisista cuenta con al menos 5 de las siguientes características:

  1. Tiene sentimientos de grandeza y prepotencia (p. ej., exagera sus logros y talentos, espera ser reconocido como superior sin contar con los correspondientes éxitos).
  2. Está absorto en fantasías de éxito, poder, brillantez, belleza o amor ideal ilimitado.
  3. Cree que es “especial” y único, y que sólo puede relacionarse con otras personas (o instituciones) especiales o de alto estatus.
  4. Tiene una necesidad excesiva de admiración.
  5. Muestra un sentimiento de privilegio (es decir, expectativas no razonables de tratamiento especialmente favorable o de cumplimiento automático de sus expectativas).
  6. Explota las relaciones interpersonales (es decir, se aprovecha de los demás para sus propios fines).
  7. Carece de empatía: no está dispuesto a reconocer o a identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás.
  8. Con frecuencia envidia a los demás o cree que éstos sienten envidia de él.
  9. Muestra comportamientos o actitudes arrogantes, de superioridad (pp. 365–366).

¿Cómo se trabaja con un narcisista desde la clínica psicoanalítica?

La propuesta de Kohut, según Porchia (2000) es que, dado que uno de los problemas con este tipo de pacientes es la vulnerabilidad yoica, es necesario fortalecer el self con fundamento en la interpretación y elaboración de transferencias narcisistas.

Por su parte, Kernsberg propone que durante el tratamiento es fundamental el análisis del “self grandioso patológico” que se presenta durante la transferencia, a la vez que el analista ayuda a la persona narcisista a comprender estos procesos transferenciales como un mecanismo de defensa. Sin embargo, también señala que no todos los pacientes pueden ser tratados de esta forma, algunos se verán más beneficiados de una psicoterapia de expresión (Bicego, et. al., 2012).

Mientras tanto, Fiorini cree que la función principal del analista es la de holding, por lo tanto, el primer paso en la terapia habrá de ser establecer un vínculo con el paciente. Posteriormente, se da pie a iniciar un proceso de discriminación, mediante el cual se pone en la estructura del lenguaje el pensamiento, dándole así un orden, después comienzan las confrontaciones para finalmente dar lugar a la interpretación (Bicego, et. al., 2012).

La propuesta sociológica

Hasta ahora, hemos recorrido lo que es el narcisismo desde la práctica del psicoanálisis y la psicología clínica, sin embargo, las propuestas más recientes para abordar este trastorno parten de la sociología. Teóricos de la modernidad plantean que nuestros tiempos se caracterizan por una búsqueda constante del placer y de la personalización, ambas completamente ligadas al materialismo consumista de esta época. El hombre de la actualidad se siente vacío, vacío que llena invirtiendo en su yo. Se crean identidades a través de lo que se tiene, lo que se consume, ya no de lo que se es (Lipovetsky, 2000).

Somos presas del consumismo.

Además, lo anterior va ligado con una separación del individuo de su sociedad y su historia, ya no existe un respeto por el porvenir, por las instituciones sociales o por los valores. Se trata simplemente de vivir el aquí y el ahora, preocupándonos sólo por nosotros mismos (Lipovetsky, 2000).

La marcada individualidad narcisista de nuestra época se ve reflejada en “Una deshumanización creciente de la sociedad, violencia exacerbada, culto a la individualidad y un sentimiento de insignificancia del sujeto ante el mundo exterior” (Toro, 2004, p. 108).

Finalmente, la modernidad destaca por la fragilidad de sus vínculos, si bien se establecen varias relaciones, éstas suelen resaltar por su superficialidad, aunque pareciera que las personas se llevan muy bien entre sí, ésto no es auténtico muchas veces, pues esa aparente cordialidad en las relaciones tiene detrás la nula importancia que se le asigna a los otros (Porchia, 2000).

Conclusiones

El narcisismo es un concepto que ha ido evolucionando a lo largo de la historia y de las aportaciones que diversos autores han hecho y que, si bien puede ser entendido desde diversos puntos de vista, generalmente conlleva características que comparte desde cualquier enfoque como lo son el énfasis en que la energía del narcisista se dirige hacia sí mismo o el hecho de que en su interior, lo que reina es una sensación de vacío.

Por otro lado, considero que el estudio del narcisismo es fundamental en nuestros días, mucho más aún de lo que pudo haberlo sido en cualquier otro momento de la historia, ya que el modo de vida de nuestras sociedades actuales favorece el desarrollo de personalidades narcisistas lo cual desemboca no sólo en sufrimiento para quien padece el trastorno, sino también para todos los que están su alrededor, para la sociedad en general ¿Acaso es posible la existencia de una sociedad armoniosa formada por individuos que no reconocen al otro?

El individualismo extremo que denuncian los teóricos de la modernidad encaja perfectamente con los problemas más graves que nos aquejan actualmente, como son la violencia, los sentimientos de pérdida de sentido, de soledad, la alza en el índice de suicidios, problemas de ansiedad y depresión, entre otros. Incluso podemos extrapolar estas problemáticas a nivel más grande ¿La crisis ambiental que está viviendo el planeta existiría en un mundo donde se considera al otro?

Pareciera que el ser humano actual se ha volcado tanto sobre su “yo” que es capaz de comprar un rimel, posarlo frente al espejo y sonreír, sin ver que detrás de aquel espejo se encuentran los ojos irritados de un conejo en el que mil sustancias han sido testadas. Es capaz de matar a un animal, cortarle la cabeza y presumir con las visitas lo bien que se ve esa cabeza de ese toro ahí colgada. Es capaz de de comprar cada estación la ropa de temporada, sentirse fashion e ignorar las miles de personas que están siendo explotadas, a veces incluso niños, para generar una prenda. Es capaz de vivir “decentemente” mientras más de la mitad de la población ni siquiera puede cubrir necesidades básicas ¿Será que narciso no es el único que quedó pasmado frente a su reflejo?

¿Y si vemos más allá del espejo?

Los mitos transmiten enseñanzas, y, si recordamos el final de Narciso, éste muere contemplando su reflejo ¿Estamos esperando a que nos ocurra lo mismo? Si considero que es fundamental el estudio del narcisismo en nuestros días es precisamente porque las subjetividades que estamos creando son ese Narciso embelesado ante sí, ese Narciso al borde de la muerte. Si comprendemos cómo son las subjetividades modernas, probablemente podamos empezar a modificarlas o promover el desarrollo de otras diferentes, donde se reconozca al otro y se le valore. Donde las ninfas vayan al río y no encuentran a un narciso que murió presa de sí mismo.

Bibliografía

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Bicego, M. L., Calleri, V. S., Galainena, M. L., & Juaneu, L. (2012). Abordaje psicoanalítico de los trastornos del narcisismo: especificidades y modificaciones técnicas. Revista tesis, 2, 105–119.

Chamudes, B. A., & Verdú, J. G. M. (2002). Sobre una clínica del narcisismo absoluto: Narcisismo y deseo materno. Journal Revista de Psicoanálisis, 38, 53–74.

Green, A. (1983). Narcisismo de vida narcisismo de muerte (4ª Reimp. 2005). Buenos Aires: Amorrortu.

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Porchia, A. (2000). Acerca del narcisismo. Congreso Internacional de Psiquiatría. Buenos Aires.

Riva, A. (1996) El narcisismo y el D.S.M.IV. Psiquiatría Dinámica y Psicología Clínica, 2, 4.

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