Un caso de Violencia en la Pareja desde el psicoanálisis.

Noemi Justo
Psicopatología y personalidad 2020–1
11 min readNov 24, 2019

En la tercera sesión clínica titulada "Violencia en la pareja: Psicoanálisis y perspectiva de género" del Ciclo de conferencias "pensar la clínica psicoanalítica", que se llevó a cabo el día 22 de noviembre del año en curso en el auditorio Luis Lara Tapia de la facultad de Psicología, UNAM. La maestra Mariana Itzel Figueroa Pérez nos presentó el caso de Alicia, una mujer de 35 años que acudió a la asociación de mujeres víctimas de violencia, cuyo motivo de consulta fue que su pareja la había golpeado hace un mes, así como, por el fallecimiento de su padre.

La sesión tuvo como objetivo la discusión de este caso, con la participación de la Mtra. Figueroa, la Mtra. Ramírez, la Mtra. Fernández y la Dra. Eva Esparza.

Ponentes en la mesa de diálogo

A continuación se resume los eventos más importantes de la sesión.

La sesión comienza con un episodio que se avecina, el cual menciona Figueroa (2019) es la conmemoración del día internacional de la eliminación de la Violencia en contra de la mujer, el día 25 de noviembre, ya que en este día se dio el asesinato de las hermanas Mirabal, que en República Dominicana luchaban por erradicar la dictadura en 1960.

Algo importante que se mencionó es que existen mitos que normalizan e invisibilizan la violencia a nivel social, tales como:

Los hombres disruptivos les sienta bien tener una pareja que les haga sentar cabeza, sin embargo, en la realidad, esto es un fomento a la erotización del hombre, se valora el efecto positivo que la relación tiene sobre el hombre, ignorando el malestar y el sufrimiento de la mujer.

Las mujeres no escuchan a los que le quieren ayudar, esto no es así, la realidad es que las mujeres escuchan cuando se usa una comunicación no violenta, cuando se muestra un interés genuino, es decir, el acercamiento hacia las mujeres víctimas de violencia no debe ser desde un regaño, esto puede ser un reto sobre todo cuando es una persona cercana a nosotros la que está pasando por esta situación (familia, amigos).

Las mujeres se ciegan al amor, sin embargo, esto sucede porque existen dificultades en las mujeres para detectar señales de abuso, esto no quiere decir que las mujeres no sean insensibles al malestar que les genera esto.

No se puede hacer nada, mientras que la persona no quiere dejar al generador de violencia. Hay algo que se puede hacer ante esto y es una intervención inicial desde el núcleo familiar o de amistad, así como centrase en el macho que está generando esta relación a pesar de que la mujer aún no esté lista para alegarse.

Figueroa (2019) explora el caso de Alicia desde los cuatro Factores causales de Díaz-Benjumea (2010), los cuales son los que se ha encontrado como altamente relacionados con el enganche a las relaciones de abuso y violencia.

1) Pertenecer al género femenino.

2) Una historia de trauma en la infancia.

3) Una historia del desarrollo que no haya aportado las bases necesarias para la constitución de un apego seguro.

4) Evidencia traumática de vivir violencia en la pareja.

Cabe señalar que no todos los factores causales se pueden analizar en este caso, por ejemplo en este caso no se encuentra el factor causal de la historia del trauma en la infancia, es decir, no hay abuso sexual o algo relacionado a ello.

Véase el siguiente enlace, donde está el artículo de Díaz-Benjumea (2010) completo: http://www.aperturas.org/articulo.php?articulo=696 .

Acerca de ser mujer.

Cuando la terapeuta exploró este factor causal, Alicia expresó que su vida hace 15 años ha sido dedicarse al cuidado de sus hijos, que la relación con su pareja es la cruz que le toco, ella lo eligió y ahora tiene que aguantarse, que su valor es únicamente ser una buena madre (algo que reconoce como bueno en su persona cuando llega a consulta).

Después de varias sesiones de tratamiento, junto con la psicoterapeuta Mariana Figueroa exploran en qué otras áreas también es buena. Por otro lado, le cuestiona la normalización e invisibilización de los estereotipos de género, ante esto, Alicia menciona:

"Yo quiero a mis hijos, pero no a costa de mi misma, necesito estar bien también yo ..."

Acerca de la vivencia traumática

En este apartado, la paciente le relata a la psicoterapeuta cómo fue que conoció a su pareja, así como las vivencias que tuvo a su lado. Una de ellas fue que dado que con él asistía a manifestaciones y plantones, en una de esa ocasiones la detuvo la policía y fue apresada durante tres meses, enfatiza que su pareja iba a visitarla cada semana sin falta, que fue el único que estuvo con ella en ese momento. También le menciona que fue durante su instancia en el reclusorio donde se entera de su primer embarazo. El tema anterior fue olvidado por los miembros de la familia de Alicia durante 15 años, incluso por ella misma.

Durante el tratamiento la Mtra. Mariana Figueroa (2019) menciona que Alicia revela sentimientos reprimidos de su paso por el reclusorio, por ejemplo, la sensación de soledad, la vulnerabilidad intensa, y que esto genero síntomas en ella, como el enganche inconsciente a la pareja debido a una constante sensación de soledad que la llevó a colocarse en una posición pasiva y de complacencia ente él.

Acerca de las vivencias continuadas de soledad y temor a la culpa.

Aquí Alicia le menciona a la Mtra. Figueroa que una de las razones principales por las cuales no se separa de su pareja, es porque él es muy buen padre y no quisiera que sus hijos se vean limitados en la convivencia con él

La psicoterapeuta en el tratamiento exploró como fue la relación con su padre, para poder articularla con sus percepciones actuales en la paternidad con su pareja. La psicoterapeuta encuentra que efectivamente había sentimientos de abandono, angustia y soledad en la infancia que quizá la llevaron a desarrollar un estilo de apego ansioso. Ante esto, en el espacio terapéutico la psicoterapeuta ofrece un espacio de comprensión y validación así como constancia de objeto para que ella poco a poco pueda regular sus estados de ansiedad de manera autónoma. Durante el tratamiento la psicoterapeuta logró un momento de insight, una conexión de afectos inconscientes reprimidos con el dolor del abandono infantil, donde Alicia comprende el enganche tan intenso con su pareja.

Acerca de las consecuencias de la violencia vivida con la pareja actual

En diversas sesiones, menciona la psicoterapeuta que Alicia expresó las acciones de su pareja en contra de ella de una forma neutra, como si no pasara nada. Después de varias ocasiones donde Alicia cuenta toda esta situación de violencia que vivió con su pareja de forma neutra, la psicoterapeuta le cuestiona si esto también le provoca enojo, sin embargo, Alicia muestra resistencia para mostrar la emoción, ya que le menciona que más que enojo le genera tristeza, se nota apenada si esto le pudiera generar enojo. En las otras sesiones la psicoterapeuta habla con Alicia acerca del enojo, por ejemplo, la importancia de reconocerlo como un afecto lógico y de protección ante una situación injusta y violenta.

Otra cuestión abordada en el tratamiento y que está relacionado con que Alicia estuviera enganchada y ligada a su pareja, es el apoyo que tuvo la pareja hacia ella en varias ocasiones muy difíciles de su vida (cuando el padre enfermo y su instancia en el reclusorio), es decir, su pareja se presentó ante ella como un salvador, esto alimenta el narcisismo de él y por ello Alicia no puede salir del ciclo de violencia (momento de reconciliación y luna de miel).

A grandes rasgos, el tratamiento le permitió a Alicia, tener un autocuidado vinculado a la capacidad de sentir enojo, como una señal de alarma ante una injusticia o una violencia, por otro lado, como parte del autocuidado le permitió la posibilidad de sentir miedo para detectar situaciones de riesgo para protegerse.

El tratamiento desde el psicoanálisis

Al respecto Figueroa (2019) menciona que un inconveniente de tratar un caso de esta índole desde el psicoanálisis, es decir, trabajar desde la subjetividad, es que la superación de la conductas de sumisión no pueden ser consecuencia de una incitación a la paciente para que abandone la relación de pareja, sino que es necesario trabajar las angustias, fantasías, experiencias infantiles, identificaciones y los deseos que sostiene esa sumisión.

Algo interesante respecto al tratamiento, la maestra menciona que no es lineal sino que va a venir y regresar en términos de los factores individuales y sociales, así como en términos de la mejora del cambio y la repetición.

Comentarios de expertas hacia el caso.

La primera en mencionar sus comentarios fue la Mtra. Ramírez. Para introducir explicó que fue Freud el primero en hablar en sus obras acerca del género, sin embargo, no lo nombro así. Al respecto menciona:

“Freud explicó que a lo que le llamamos femineidad y masculinidad, no es algo innato, propio o inherente al hecho de nacer con ciertas características genéticas, hormonales o corporales, sino que se construye, dándole un peso importante a lo social, así como a lo psíquico”.

Continuo diciendo que al hablar de género nos sirve porque el propio concepto género permite hacer un análisis crítico, ya que revela como la historia y la construcción del crecimiento ha estado determinado por una forma de organización social en donde se ha privilegiado la voz y la experiencia de los varones por sobre la de las mujeres, ya que de acuerdo a Freud (cit. por Ramírez, 2019) género es un organizador fundamental de nuestra sociedad, uno que crea y fomenta desigualdades y ciertas formas de violencia. Por ejemplo, cuando alguien llega y dice que va ser padre, lo primero que se le pregunta es qué va ser.

Por otro lado, ante la petición de la ponente acerca de que si es prudente ponernos a reflexionar qué es lo que sucede con él que violenta, algo que observó Ramírez (2019) en el caso fue que no es nombrado, y que esto quizá pudiera causar cierta curiosidad cuando la paciente se refiere a su pareja o ex y nunca les pone nombre.

Para Ramírez (2019) es importante nombrarlo, esto si se parte de una premisa en la que coincide plenamente, que es que el género es relacional. Por otro lado, menciona que faltó preguntarse acerca de que es aquello que el hombre descarga mediante el acto y que no puede ser elaborado mediante la palabra, así como qué es lo que no alcanza a ser significado.

Al respecto menciona que las masculinidades cargan con un monto de malestar muy importante de anulación del sujeto por el deber ser, deber ser lo suficientemente hombre, esto de acuerdo a cada contexto y para cada sujeto.

Además de, qué es lo que resulta tan angustiante e intolerable en el violentador, al grado de que tiene que ser colocado en un objeto externo para poder controlarlo con detenimiento. Ante esto menciona la ponente que hay algo sumamente frágil en las masculinidades, y eso resulta un factor de riesgo para los que se sitúan a su alrededor, ya que la fragilidad suele cubrirse por violencia.

Kilmartin (1994 cit. en Ramírez, 2019) menciona en su libro The masculine self, que la masculinidad siempre está en cuestionamiento, nunca esta parada sobre un suelo firme, así como, que frente a este permanente miedo al no ser suficientemente hombre, los varones recurren a soluciones compensatorias para probar su masculinidad una y otra vez, como parte de estas conductas compensatorias existen múltiples conductas de riego como: ir a alta velocidad en la carretera, agarrase a golpes, la violencia y el control de la mujer como objeto.

Con todo lo anterior, la ponente menciona que lo que quiere decir, es que el odio colocado en la mujer no puede sino hablar de algo intolerable en el propio Yo de varón, que regresa desde fuera como hostil, extraño, que tiene que controlar mediante la violencia.

Algo fundamental que se sitúa en el ejercicio clínico es que la ponente Ramírez (2019) menciona que debemos cuidarnos de entender demasiado. Desde la clínica psicoanalítica, el analista no tiene que comprender ya que el exceso de comprensión lo lleva a suponer anticipadamente y asumir lo que el otro quiso decir. Para ello se debe de explorar el significante, ya que es fácil asumir lo que la persona quiso decir.

Por otro lado la socióloga Nuria Aranza Fernández menciona las áreas que faltaron por explorar en el caso acerca de literatura. Menciona que si tenemos prisa por prevenir la violencia, y analíticamente se hacen intervenciones, no se está dando lugar a la temporalidad de la elaboración y como consecuencia no se está abordando nada en realidad. Al respecto hay que saber que hay que generar las condiciones para que esto se elabore y no sea una enunciación “estéril” lo que se haga en el consultorio.

Además, Fernández (2019) menciona que respecto al concepto de género, el psicoanálisis lo empieza a pensar, pero que hasta ahora es en todo caso en términos de la diferencia sexual y lo que ello conlleva, es decir, las formas de habitar un cuerpo y una psique femenina que en términos de experiencia y de constitución se vive más expuesta y abierta respecto a la violencia. Al respecto la ponente recomienda leer dos textos muy importantes para entender más esta cuestión, que son la conferencia 33, sobre la femineidad; y otra es el texto de la sexualidad femenina de Freud.

Sobre los textos que recomienda, menciona que la femineidad y masculinidad puede estar en dos polos, no es que la mujer sea femenina y el hombre sea masculino, es decir, retoma la bisexualidad pero finalmente se van distinguiendo. Es importante pensar el género no solo respecto a la violencia de género sino que también desde la transexualidad, etc. Freud marca al respecto, que anatomía es destino, se puede pensar que con esto quiso decir que es muy distinto nacer con el órgano sexual masculino o femenino y habitar un cuerpo con todas las implicaciones que tiene. Respecto a esto la ponente menciona que el cuerpo femenino vive mucho más expuesto, sin embargo, hay que indagar más porque es así.

Por otro lado hace mención acerca de que la femineidad está marcada por la alienación, recomienda cuidar mucho los discursos de trabajo en torno a la violencia, es decir, que no se siga fomentando la alienación (algo «ajeno» a sí mismo que el sujeto ya no controla), no se debe sugerir en terapia lo que se tiene que hacer para salir de la violencia, sino más bien brindarle escucha activa.

Para concluir es importante mencionar que este tipo de conferencias nos permiten a los estudiantes conocer más acerca del abordaje que se tienen ante un problema social y cultural como es la violencia de género, que en un futuro, no tan lejano, pudiéramos abordar y que en esta ocasión fue muy enriquecedor conocer el trabajo de una profesional ya que se mencionaron puntos que hay que tener en cuenta para abordar este tipo de casos, así como la trasmisión del conocimiento de expertas en el tema.

Por último, cabe mencionar que durante la ponencia, la Mtra. Figueroa proporcionó dos recursos para las personas que tienen un caso personal o cercano de violencia, ya que como se menciona es importante intervenir desde el grupo familiar o de amistad.

Recursos

Referencia:

Figueroa, M., Ramirez, R., & Fernández, N.(2019). Violencia en la pareja: Psicoanálisis y perspectiva de género. Pensar en la clínica psicoanalítica. Conferencia llevada acabo en la facultad de Psicología UNAM, México.

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