¿Una madre de devoción corriente?

Winnicott (1916) menciona que el embarazo es un periodo de preparación en el que la madre realiza un pasaje gradual de un tipo de egoísmo a otro, es decir, pasa de un egoísmo centrado en ella misma a un egoísmo centrado en el bebé. Cabe mencionar que este mismo fenómeno se puede observar en el padre.

El autor utiliza el término “madre de devoción corriente” para explicar que comúnmente la mujer entra en una fase en la que ella es el bebé y el bebé es ella. Son los recuerdos de haber sido un bebé y de haber sido cuidada los que interfieren o ayudan en su propia experiencia como madre.

Es en el momento del nacimiento cuando la madre está preparada para la experiencia de saber las necesidades del bebé, desde lo más sutil. Comenzando con el sostén, periodo crítico en el que la madre actúa espontáneamente y donde se da la base de la capacidad del bebé de sentirse real para poder enfrentarse al mundo.

Después de un tiempo, el bebé tendrá la necesidad de que la madre falle, de manera gradual, pero siempre dando los cuidados y apoyos necesarios ya que en ocasiones los niños pueden ser defraudados cuando no tienen la capacidad para evitar que su personalidad sea dañada.

De estos primeros procesos surge la importancia y el significado de ser “madre de devoción corriente” en el sentido de que es necesario que alguien brinde los cuidados necesarios en las primeras etapas de vida permitiendo el desarrollo.

Pero para que el bebé alcance sus primeros logros debe de existir un entorno facilitador suficientemente bueno que se lo permita, entre estos logros se encuentra la integración que hace referencia a que el niño se conforma en una unidad, dependiente, por lo que es necesario el apoyo del yo de la madre ya que le facilitara la organización del yo al bebé.

Otro punto importante es el comienzo de las relaciones objetales, cuando hay una buena relación entre madre e hijo aparecen objetos que son utilizados por el bebé de manera simbólica. Al haber una falla en este proceso se puede dar un fracaso en la capacidad para las relaciones objetales.

Conclusión:

Para que el niño pueda desarrollarse de una manera adecuada es relevante que exista una madre o un cuidador que le pueda dar los cuidados suficientemente buenos que necesita. Sin embargo, debe de existir un ambiente que permita que esto suceda, donde a la madre sea bien cuidada y le permita prepararse.

Es relevante que no se interfiera con los cuidados que está brindando la madre ya que como lo menciona Winnicott (1900), es ella quien con base en su propia experiencia logrará darlos. Por lo que es importante reconocer la importancia de lo que significa ser una madre de devoción corriente.

Elaborado por:

  • Chino Pérez Dulce Elizbeth
  • Torres Marin Maria Isabel

Referencia:

Winnicott, D. W. (1900). Los bebés y sus madres. México: Paidós, pp. 19–32.

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