Una ojeada a la teoría: Primer punto de la tesis de Morales.

Montse García
Psicopatología y personalidad 2020–1
11 min readOct 19, 2019

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En el siguiente post se ejecuta un breve resumen del primer punto de la tesis de maestría de Mireya Morales. Dicha tesis contiene un caso muy interesante que expresa lo que es la potencialidad psicótica.

Para comenzar, se debe tomar en cuenta el término de dispositivo psíquico, el cual es referido por Laplanche y Pontalis (como se citó en Morales, 2016) como un término que subraya ciertos caracteres que la teoría Freudiana le atribuye (p. 3 )

Otro termino relevante es la estructura yoica, la cual se construye a través de reservas libidinales, las cuales son proporcionadas al infante para un desarrollo adecuado de su yo .

Por otro lado, también es importante expresar que Morales considera que la realidad se estructura a través de la construcción de teorías que el yo genera y estas permite delimitar la realidad.

Es importante remarcar que el niño generara una organización del yo y que si no se da adecuadamente puede existir un retraso en la organización de éste, para ello debe existir y combinarse 3 factores, los cuales son: el deseo de hijo, dónde se incluye el narcisismo; la mirada materna; y la madre lo suficientemente buena.

El deseo de hijo, un paso al narcisismo.

Es importante mencionar que es necesario mantener en cuenta el concepto de deseo. Este concepto aparece en la teoría psicoanalítica desde Freud, pero por fin de simplicidad y para un mayor entendimiento, se eligió la definición de Green (como se citó en Morales, 2016, p. 6) quien explica el deseo como la aparición de las experiencias que puedan ser satisfactorias, las cuales dejan una huella en la memoria (recuerdo) y harán que la persona busque revivir dicha experiencia.

La libido maternal es un factor importante para un desarrollo adecuado del infante, pero se debe destacar que al referirse de libido maternal no es referente al deseo sexual o al edipo, sino que la libido maternal es aquel deseo e idealización del bebé o infante. Un claro ejemplo de la libido maternal es cuando una mujer embarazada comienza a imaginar a quién se parecerá el bebé (o infante), si tendrá características similares a las del padre o a las de ella, si será médico o ingeniero, si le gustará bailar, etc.

Es importante que exista esta libidinización por parte de la madre ya que esto dará pauta a que la madre vea a él bebé como un ser separado de ella y no como una extensión narcisista de la misma.

La libinizacion del hijo es importante para que este tenga un buen desarrollo, ya que apoyara a que la madre le de un lugar en la familia.

Partiendo del deseo y de la libidinización aparecen dos tipos de deseo en la madre: el deseo de hijo y el deseo maternal. Aunque puedan parecer similares a “simple vista”, son totalmente distintos y cada uno es relevante en el desarrollo del infante, esto se debe a que son 2 caras de la misma moneda y es de gran importancia ya que esto puede generar un favorable o desfavorable desarrollo para la formación del yo del infante.

En primera instancia el deseo maternal, es el tipo de deseo que es visto como aquel deseo que tiene la madre por volver a vivir la relación que tuvo con su madre, en otras palabras es revivir su relación maternal, sin embargo esto puede generar grandes dificultades en el infante y su relación con la madre, ya que la madre no aceptará al bebé al ser algo diferente y nuevo.

El deseo de hijo le dará el lugar que corresponde al infante.

Por otro lado el deseo de hijo es de suma relevancia para que el infante se desarrolle, ya que este se puede expresar como el deseo de la madre por tener un hijo del hombre (el padre del infante), lo que se podría considerar como un deseo genuino.

Se debe rescatar que el deseo maternal y el deseo de hijo se encuentran presentes en una madre y que siempre será preferente que el deseo de hijo sea el que sobresale en la madre, pero de ser el deseo maternal el que sobresale existirá una problemática que afecta al infante.

Una madre que no presente el deseo de hijo, no libinizara al hijo y por lo tanto no formará parte de la historia de la madre lo que dejará al infante sin un lugar en la escena familiar y con un déficit narcisista.

Otro concepto importante y que se debe rescatar debido a la relevancia dentro del tema es el destino esquizofrénico, si bien suena algo sumamente patológico se debe remarcar que no es lo que la autora de la tesis desea dar por entendido, sino que hace referencia a qué es el deseo del infante de ser deseado por la madre, ya que esto le dará entrada a la historia de ella. Pero si el infante no fuera deseado le traerá efectos posteriores, lo cual se podrá ver en su discurso y más adelante en la conducta.

Para Freud (como se citó en Morales, 2016) la importancia de la existencia del deseo de hijo es imprescindible, lo destaca en la siguiente cita: “la importancia del deseo de hijo radica en que a través de él, el niño tendrá un vasto reservorio libidinal, el cual será utilizado para explorar el mundo” (p. 8)

Hasta el momento uno de los conceptos que se ha utilizado pero aún no se a definido es el de narcisismo, el cual de acuerdo a Laplanche y Pontalis (2004) se puede entender como: “la captación amorosa del sujeto…” o se puede observar también como “en el cual el yo en su totalidad … se toma como objeto de amor” (p. 229).

Representación de narciso, cuadro pintado por Caravaggio.

Sin embargo el narcisismo, también puede verse desde lo que Hornstein explica. Para él, el narcisismo es:

“ la etapa del desarrollo libidinal del sujeto integrado por algunos elementos, como: converger sobre sí las satisfacciones sin tomar cuenta las exigencias de la realidad, búsqueda de autonomía, la autosuficiencia y el intento activo de dominar.”

Sin embargo Hornstein (como se citó en Morales, 2016, p.9) expresa que el narcisismo no es simplemente limitado a el desarrollo, sino que se encuentra en distintos niveles, en los cuales se puede ver cómo: un rasgo de personalidad, una patología, un estado de desarrollo, y una instancia psíquica.

Además de estos niveles, Chamizo (Como se citó en Morales, 2016, p.9) explica y resalta la existencia de un narcisismo primario y un narcisismo secundario. El narcisismo primario es variado por el propio yo y se toma a sí mismo como objeto de amor libidinal. Podría verso en palabras de Freud como el auto-erotismo, en otras palabras como el amor por sí mismo.

Por otra parte el narcisismo secundario puede entenderse como el regreso desde una relación con un objeto que había decepcionado a un amor narcisista del yo. Esto puede ser entendido de mejor forma como todas las cargas libidinales de los otros que buscan el anhelo de lo que el niño es y este nunca para; en palabras muy simplificadas sería el amor de los objetos que nos llena.

Es importante entender que con objetos no hacemos referencia a cosas materiales, sino que podemos hacer referencia a una madre o un padre. Estos objetos son desilusionantes y esto es parte de lo que Winnicott (1971) expresa en su teoría ya que sin esta desilusión no se conocería al mundo real y el infante viviría en una creencia constante de ser omnipotente, cosa que no es cierta. Pero hay ocasiones en que el objeto no es desilusionantes, sino que es decepcionante y esto puede ser un objeto trauma.

La mirada materna: la construcción de un yo.

Una teoría importante para hablar del desarrollo del yo es la teoría del estadio del espejo, creada por Lacan, la cuál puede ser entendida y expresada de la siguiente manera: al verse al espejo, el niño se observa como un ser completo y no como uno fragmentado, no solo es esto, también permite que el infante se vea como la madre lo ve.

Representación de como se descubre el niño y se reconoce.

El hecho de mirarse al espejo y verse como un ser completo le permite al infante diferenciar su yo de cualquier otra cosa (no-yo). Winnicott (como se citó en Morales, 2016) expresa que antes del estadio del espejo “el rostro de la madre refleja lo que ve en él”, este es un antecedente y la primera pauta que tiene el infante para reconocer su existencia y reconocerse como un ser. Pero se debe rescatar que la experiencia de verse en el espejo le favorecerá al infante a que se vea y separé del no-yo, ósea, el niño se diferenciará a sí mismo de otro.

Por otro lado Dolto (como se citó en Morales, 2016), agrega una vertiente a la teoría del espejo donde se explica como que el espejo es una superficie psíquica, que le permite al niño, solo si esta acompañado por un adulto, nombrar lo que percibe, diferenciándose del otro y creando una identidad (p. 13).

El niño identificándose diferente a el Otro (madre).

Aulagnier (como se citó en Morales, 2016), expresa que para que se logre identificar el niño, primero debe identificar a un Otro, ya que lo identificara como el “equivalente a un cuerpo imaginado (yo ideal/ego especular)”. Para este autor, hay una diferencia con el psicótico, ya que el ego especular sera visto como algo terrorífico, ya que lo que vera su cuerpo real y no un cuerpo imaginado; por lo tanto lo que se refleja, cerrara cualquier posibilidad y la vía de identificación, por lo cual habrá una dificultad para relacionarse e identificarse con el Otro.

La madre lo suficientemente buena v.s. la madre indiferente: el primer paso al caos.

Morales (2016) resalta la importancia de los padres a lo largo del desarrollo del infante, para que este tenga un desarrollo lo suficientemente bueno en la formación del yo, pero es importante rescatar y remarcar con mayor precisión la importancia de la madre lo suficientemente buena.

Es importante destacar algo importante, cuando se refiere a la “madre” no es necesariamente la madre biológica, sino que es aquella persona que ejerce el cuidado y le proporciona lo que necesita. En otras palabras, no solo la madre biológica puede ejercer el papel de “madre”.

Como primera instancia para que exista un buen desarrollo debe haber una “madre lo suficientemente buena” quien, en palabras de Winnicott (1981),sera quien cubrirá las necesidades del bebé, dará un buen sostén y quien sera el responsable de que el infante interactue con el mundo exterior, ademas de prestarle un yo auxiliar y tener la responsabilidad de desilucionarlo.

En el libro Realidad y Juego (1971), Winnicott señala que:

“La madre lo bastante buena (que no tiene por qué ser la del niño) es la que lleva a cabo la adaptación activa a las necesidades de este y que la disminuye poco a poco, según la creciente capacidad del niño para hacer frente al fracaso en materia de adaptación y para tolerar los resultados de la frustración” (p.19)

La madre no solo satisfacera las pulsiones y necesidades básicas del infante, sino que también proporcionara ese cariño, en forma de besos, abrazos, caricias y un buen cuidado. Para Gutton (como se citó en Morales, 2016) sera importante destacar que no siempre se encuentra presente ese objeto que satisface, por lo que la satisfacción tendrá que aplazarse.

Por otro lado se debe tomar en cuenta la importancia del sostén que Winnicott (1981) considera dentro de su teoría y que Morales remarca en su tesis. Ya que este sostén no solo sera físico, sino que también hace referencia, en palabras de Winnicott, “a una relación tridimensional o espacial a la que se gradualmente va añadiendo el tiempo” (p. 56).

Al sostener la madre al bebe, ayuda a apaciguar sus angustias.

Algo importante que Winnicott (como se citó en Morales, 2016) señala es que “la salud mental del individuo, o el riesgo de la psicosis tienen como base este cuidado materno, que cuando es el correcto apenas se advierte y constituye una prolongación de la provisión fisiológica característica del estado prenatal” (p. 19)

Morales (2016) destaca que la presencia de la madre es importante para que se logre construir el aparato, pero se debe tener un proceso en el que se entienda con claridad la relación madre/hijo, de lo contrario podría generar efectos adversos (p. 20).

Se debe comprender que cuando hay un cuidado lo suficientemente bueno por parte de una madre lo suficientemente buena, el desarrollo del infante se vera favorecido ya que este aprenderá a manejar sus frustraciones y angustias, además tendrá la capacidad de interactuar con su medio. Además de esto el yo auxiliar que le proporciona la madre, le ayudara a que cuando forme su yo, este reforzado y con la fuerza suficiente para mantenerse lo mas estable posible.

Después de esto se espera que se comprenda mejor mejor la importancia de la madre lo suficientemente buena, ya que la ausencia de esta, de acuerdo a Morales(2016) radicaría en la indiferencia. Si se observa de acuerdo a lo que Green (como se cita en Morales 2016) se entenderá que “la indiferencia es devastadora ya que genera una sensación de perdida en el niño” (p. 21).

Para concluir el capitulo, Morales (2016) describe lo siguiente:

"Una madre suficientemente buena, lleva al hijo a la integración, pero también existe la madre que no cumple con su función y puede convertirse en lo bastante mala, donde predomina el odio, pero si es una madre indiferente, predomina la atención narcisista" (p 21)

La madre indiferente no solo es por una etapa, puede ser desde el nacimiento del bebe hasta su madurez.

Con esto nos da una una idea de la importancia y el papel que juega el buen cuidado y la madre lo suficientemente buena para el niño, además de como podría afectar al niño el no recibir este cuidado lo suficientemente bueno y tener una madre indiferente. Agregándole a lo anterior, se debe mencionar que dicha teoría nos da pie a comprender la tesis de Morales así como el abordaje del caso, por lo cual se les hace la invitación a que se adentren más en el caso de la tesis y de la teoría presentada.

Referencias

Morales C. M. (2016). Implicaciones de la falta de deseo y cuidado de cuidados parentales en la potencialidad psicótica de un adolescente . (Tesis de maestría). Recuperado de: https://lookaside.fbsbx.com/file/TESIS%20MIREYA%20MAESTR%C3%8DA.pdf?token=AWyapWblF6Y4XVE-GP8UF6iHC3tZ216eDJ8Xr7bSNek1LoqlbLZ-2r3EThI36m7xY03LmUBI93ON9Rat1wP3ULshQAtBISCrY-JO-AtaO1wCrD1H06DToygKMu_eGBEVxVOJAqC-t-xQFglsGsEvQ2-pEJzHvOcGlKN-Lle4sBb9DA

Winnicott D. (1971). Objetos transicionales y fenómenos transicionales (p. 28). En Realidad y juego. Barcelona: Gedisa

Winnicott, DW (1981) Capítulo 4: La integración del ego en el desarrollo del niño. (págs. 73–81). En El proceso de maduración en el niño. Estudios para una teoría del desarrollo emocional. Barcelona, ​​España: Laia / Barcelona.

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