VIVIR EN LA FRONTERA: UN CASO DEL TRASTORNO LÍMITE DE LA PERSONALIDAD.

El trastorno límite de la personalidad se caracteriza por condiciones, variabilidad (no hay ningún rasgo que este siempre presente) y heterogeneidad. Los síntomas por lo que se manifiesta son múltiples y en ocasiones un poco confusos, sin embargo sus rasgos son un tanto específicos.

Diversas investigaciones y propuestas teóricas han intentado explicar dicho trastorno, por ejemplo se habla de un déficit de integración, en el cual los estados mentales (aquellos que son distinguibles y coherentes en cuanto a su contenido) se experimenta sin tenerse en cuenta mutuamente. La teoría del apego ha hecho una contribución importante en la descripción fenomenológica de los déficits de integración. (Semerari, 2008)

Específicamente en el caso de Pilar, se observa la ausencia de lo que Fonagy y Target (2001) denominan el concepto de mentalización, refiriéndose a la capacidad del progenitor de comprender y regular los estados mentales, es en este proceso donde el progenitor refleja en el niño tanto la comprensión de su angustia, como la propia capacidad de gestionarla, permitiéndole introyectar ambas funciones, es decir, este proceso en el caso de Pilar no se interiorizó o lo hizo de manera parcial, generándole un ambivalencia en la manera en cómo puede o no manejar ciertas frustraciones lo que la hace particularmente vulnerable.

Los intentos de autolesiones o intento de suicidio que llegó a manifestar Pilar, nos dice Semerari (2008), es la manifestación disfuncional que lleva a cabo para interrumpir estados afectivo intensos y penosos.

A pesar de ser una persona que presenta múltiples conflictos con ellas misma y el entorno que la rodea, es posible y bastante viable que dentro del proceso terapéutico se den cambios significativos, ya que cuenta con redes de apoyo, con lapsus que le permiten conectar y querer mejorar.

Referencias:

Semerari, A. (2008)Trastorno Limite de la Personalidad: Modelos y tratamiento. España: Editorial Desclee de Brouwer