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El “libro de jugadas” de la Iglesia para ocultar delitos sexuales

Luego de que 301 curas fueran considerados culpables por cometer crímenes de connotación sexual a más de 1.000 víctimas en Pennsylvania, el Centro Nacional para el Análisis de Crímenes Violentos del FBI declaró que esto fue posible debido que se empleó algo parecido a un “libro de jugadas para ocultar la verdad.”

Al analizar la evidencia del caso el FBI pudo apreciar conductas reiterativas, entre ellas se encuentra las siguientes prácticas:

-Uso de eufemismos para referirse a violaciones, rotulándolas en los archivos eclesiásticos como “contacto inapropiado” o “problema de límites”.

-No generar investigaciones genuinas, muchas veces la investigación solo consistió en hacerle preguntas al cura acusado, donde se le daba veracidad a todo lo indicado por el eclesiástico.

-Cuando los curas debían ser retirados de sus comunidades por denuncias de abusos o violaciones, los oficiales eclesiásticos rotulaban el cambio bajo la razón de “licencia médica”.

-Para términos de apariencia se enviaba a los curas a una “evaluación” a una institución médica de la Iglesia, donde comúnmente se concluyó que el delincuente no era pedófilo y que podía regresar a la comunidad con los fieles.

-Si se volvía conocido que el cura era un problema este era transferido a otra parroquia, donde nadie sabía que era un abusador de niños.

- Nunca involucraban a las autoridades gubernamentales o a la policía, lo resolvían de manera interna, lo trataban como un tema personal, siempre de forma privada.

De esta forma ha sido posible que durante décadas la Iglesia Católica haya ocultado a una organización interna compuesta por violadores, abusadores sexuales de menores, cómplices y encubridores de esos delitos.