Pamela Jiles: cuando difundir mentiras e insultos también es política.
Trascendió en los medios que la Comisión de Ética de la Cámara de Diputados falló en contra de la diputada Pamela Jiles luego de que se interpusiera un recurso en su contra por un altercado con el diputado UDI Ignacio Urrutia, tras unas declaraciones de este último que ofendían profundamente a los torturados y a las victimas de la dictadura.
Jiles, quien siempre expresa su opinión por Twitter, una vez se tornó la noticia de carácter nacional tomó una estrategia distinta: solo difundir mensajes de apoyo hacia ella sin referirse directamente a la situación.
Estos mensajes incluyen afirmaciones que si bien no pueden ser consideradas mentiras sí constituyen información falsa, como una publicación del usuario Eduardo Erlandsen quien expresa erróneamente que la sanción de Jiles era de $180.000, siendo que en realidad es solo de cerca de $18 mil.
Tras filtrarse el fallo por la prensa, el Partido Humanista no dudó en salir en defensa de su diputada, diciendo sin tapujos que ellos habían intentado llegar a un acuerdo con los miembros de oposición de la Comisión para que fallaran negativamente a la sanción, es decir, desplegaron su propio lobby para tener un voto amarrado antes del estudio del caso, sobre todo creyendo que los dos miembros del Frente Amplio que integran dicha comisión votarían por camaradería, ignorando el reglamento y la responsabilidad ética de la Comisión.
La diputada Pamela Jiles cuando asumió el 11 de marzo de este año el rol de diputada de la República aceptó cumplir el reglamento del congreso y la norma reglamentaria de conductas parlamentarias. Ella como diputada de la República sabe que la Comisión de Ética no falla en base a si les parece bien o mal que increpara a Urrutia en el hemiciclo, fallan considerando el reglamento y normas que ella aceptó, y que rigen para todos los diputados.
La diputada en un aparente afán de victimizarse y sacar provecho político no solo ha difundido información falsa, también ha difundido y replicado insultos para sus compañeros del Frente Amplio, Renato Garín y Vlado Mirosevic, integrantes de la Comisión de Ética, quienes respetaron la institucionalidad fallando en base al reglamento, pero promoviendo una sanción irrisoria, el 0,2% de la dieta parlamentaria de Jiles.
Definitivamente pareciera ser que para la diputada Pamela Jiles todo es cancha, y que difundir insultos e información falsa para ella es una herramienta política válida, una herramienta ética.