Iluminación cálida vs iluminación fría

El equipo de Punto LDT
Punto LDT
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3 min readNov 26, 2018
Showroom Piacere: Vieyra Arquitectos/Punto LDT

Iluminar un espacio, ya sea interior o exterior, se ha convertido en una actividad sumamente compleja. Su dificultad radica en que existen múltiples variables que contemplar antes, siquiera, de pensar en trazar un diseño de iluminación que se adecue a un espacio.

Detalles sobre la arquitectura, el uso de los objetos, el tamaño de los espacios y el efecto que causará la iluminación sobre ellos, son algunas de esas variables que dictarán la manera en la que tenemos que iluminar un espacio. Sin embargo, quizás uno de los factores más importantes a tomar en cuenta al hacerlo es si la iluminación a usar será cálida o fría. Por ello, aquí te dejamos algunas de las características más importantes de ambas opciones:

Iluminación cálida

Este es un tipo de iluminación que usualmente se emplea para producir atmósferas acogedoras y relajantes. Suele ser más decorativa que funcional, por lo que se usa, sobre todo, en espacios de descanso y relajación más que en lugares de trabajo.

Es importante considerar que la tonalidad de la luz se consigue a través de una temperatura de color; en este sentido, una iluminación cálida se consigue al usar luminarias de entre 2,700 y 3,000 grados Kelvin.

Habitaciones, estancias y salas son espacios donde la iluminación cálida puede funcionar de manera correcta y producir una atmósfera de bienestar y comodidad para quien habite esos espacios.

Iluminación fría

Como su opuesto perfecto, la iluminación fría se emplea en espacios donde el detalle es importante, donde se requiere de concentración más que de comodidad, por lo que se prefiere el carácter funcional de la iluminación.

Para conseguir una iluminación fría se debe emplear una temperatura de color de entre 5,000 y 6,500 grados Kelvin, lo que nos indica que mientras más alto sea el valor en Kelvin, más fría será la tonalidad de la luz.

Este tipo de iluminación suele emplearse en cocinas, estudios, oficinas y sitios de trabajo en general. Así, el espacio mismo fomenta la productividad y ayuda con la precisión de las labores.

En suma, no podemos decir que un tipo de iluminación es mejor que otro sin tomar en cuenta el contexto, el espacio en el cual se está pensando iluminar y la atmósfera que se espera conseguir.

Como mencionamos al comienzo, esta es solo una de las múltiples variables que hay que considerar antes de implementar un esquema de iluminación específico para un lugar en concreto cuando se buscan resultados favorables a través de la fascinante tarea que es el diseño de iluminación.

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