26J: Esperar lo inesperado

Hugo Aguirre
Punto y coma
Published in
7 min readJun 27, 2016
Evolución del reparto de escaños en el Congreso de los Diputados. Fuente.

Si algo ha quedado claro en estas elecciones es que difícilmente uno se puede fiar de los sondeos. Estas segundas elecciones han traído unos resultados muy diferentes a los esperados, unos resultados que — por otro lado — no solucionan nada.

La confluencia de Unidos Podemos ha perdido un millón de votos, Ciudadanos medio millón, y el PP ha ganado medio millón saliendo reforzado en estas segundas elecciones. Por su parte el PSOE ha resistido en esa segunda posición que parecía haber perdido. Así que la primera incógnita es ¿dónde se ha quedado ese millón de votos evaporados de Unidos Podemos? ¿Es abstención o transfusión de votos?

Veamos algunos de los aspectos más significativos de estas elecciones que pueden ayudar a entender los resultados.

Alberto Garzón y Pablo Iglesias, de Unidos Podemos. Fuente.

Confluencia de Unidos Podemos

Se suele decir que la unión hace la fuerza y la apuesta de Unidos Podemos por una confluencia entre partidos con formas similares pero fondo distinto parecía tener un futuro prometedor. Ambas son fuerzas políticas de izquierdas pero hay grandes divergencias en sus bases. Podemos es un partido transversal con ideas cercanas a una izquierda plural mientras que Izquierda Unida es un partido cuyos integrantes están más politizados y se encuentran identitariamente definidos con ideas concretas dentro del comunismo, socialismo o anarquismo. Existe la posibilidad de que un buen número de partidarios de Podemos percibieran la unión como un viro demasiado radical. Mientras que las acusaciones sobre financiación del partido desde Venezuela han sido vistos como ataques inmorales rápidamente archivados por la justicia, la asociación con una fuerza con ramas comunistas sí tiene connotaciones reales que pudieron contrariar a ciertas bases. En paralelo, miembros de Izquierda Unida han podido ver en la confluencia una traición a principios políticos que tendrían escasa cobertura en un partido muy diverso. Tirando del refranero español, el resultado de Unidos Podemos se puede definir como «Las gallinas que entran por las que salen».

Pedro Sánchez y Albert Rivera, firmando el pacto entre PSOE y Ciudadanos del pasado febrero. Fuente.

El fracaso de los pactos

Pedro Sanchez — al que le habían colgado el cartel de cadáver político — ha sobrevivido un envite más. Tal vez calara la idea entre los votantes de que intentó conseguir un gobierno de concentración contra viento y marea: no solo tuvo que lidiar con otras fuerzas políticas sino con una dura oposición por los barones del partido, que no se encontraban cómodos con el acercamiento a Podemos. Pablo Iglesias, por otro lado, habría sufrido un duro castigo por aquel reparto de sillones y aquellas líneas rojas que dificultaron cualquier posible acuerdo. Para cuando Podemos quiso sentarse a negociar fue demasiado tarde para un PSOE en el que Sanchez ya tenía muy poco espacio para maniobrar.

Viñeta sobre el voto útil, vía Antonio López Muñoz. Fuente.

El voto útil

Ciudadanos mostró un talante negociador que no parece haberle afectado positivamente. Es tal la facilidad con la que ejerce de intermediario entre PSOE y PP que a parte del electorado le resultará difícil entender para qué se les necesita. La parte más sencilla de responder esta noche es por tanto el transvase de votos de Ciudadanos al PP. Es decir, un buen número de votantes descontentos con el PP que castigaron al partido en diciembre han vuelto al redil para asegurarse de que Unidos Podemos no acceda al gobierno.

Ilustración del desafío de la «gobernabilidad». Fuente.

La gobernabilidad

«Gobernabilidad» es una palabra de la que se ha abusado durante meses. Todos los partidos han intentado utilizarla a su favor sin explicar en que consiste un gobierno en funciones. El ejecutivo no se ha disuelto y la cámara legislativa se ha renovado, ¿cuál es el problema? Un gobierno en funciones tiene la capacidad de asegurar la gobernabilidad, y la cámara legislativa puede buscar hacer pactos puntuales para crear leyes sin tener un acuerdo de legislatura. De hecho, Bélgica ha estado 541 días sin gobierno y no le salió caro.

Entonces… ¿por qué se habla de que se necesita con urgencia un gobierno?

Porque conviene polarizar a la población para que cambie su voto. El PP buscaba conseguir que la mayoría del electorado llegase a la conclusión de que son la única opción viable, y que es ellos o nadie. Unidos Podemos también buscó unas segundas elecciones donde reforzar su posición y se vio casi triunfante entrando en el gobierno con el apoyo de los socialistas. El PSOE y Ciudadanos convirtieron la falta de gobierno en su arma electoral para culpar a los otros partidos de la «deriva» de un país sin gobierno. Ninguno de ellos explicó qué diferencia ha existido entre estos seis meses y la última década de gobierno.

En realidad lo que nos debería preocupar a los españoles es tener calidad democrática, porque esta calidad es la que aseguraría el funcionamiento del país más allá del eventual reparto de escaños. La elección de gobierno es una cuestión de asientos y poder político que tiene su importancia pero no detiene el normal funcionamiento de un país bien estructurado. Los partidos pueden encontrar puntos de encuentro y legislar en ese sentido mientras el gobierno en funciones pone en marcha aquellas acciones legislativas que gozan de apoyo. Es decir, en vez de buscar pactos de legislatura entre rivales que no pueden permitirse ceder líneas rojas, tal vez los partidos políticos deban comenzar por pequeños acuerdos aquí y allá que les permitan aprender las dinámicas de una democracia no bipartidista. Una vez esa calidad democrática esté asentada será posible librarse del fanatismo partidista y dar lugar a acuerdos mayores. España debe ver esta etapa sin gobierno como una transición, un aprendizaje de nuevos valores de entendimiento entre ideas políticas variadas y diferentes que no ha existido hasta ahora. No es el fin del mundo, sino la oportunidad de evolucionar hacia una democracia más diversa y representativa.

Mapa mostrando los casos de corrupción en España (de noviembre de 2015). Fuente.

La corrupción

La segunda preocupación de los españoles en las encuestas no parece tener ningún impacto en el voto. El problema aquí sería uno de percepción. Los votantes de partidos corruptos creen que con la detención de miembros corruptos se desechan las manzanas podridas y queda un partido limpio al que no hay porque ajustarle cuentas. Es decir, se justifica una dinámica por la que lo erróneo no es ser corrupto sino que te descubran. Se prima la cercanía política en vez de la honestidad en un alarde de fanatismo político que impide cualquier intento de regeneración seria en los partidos tradicionales. Por ejemplo, la comunidad de Valencia ha votado mayoritariamente al PP a pesar de tener más de cien miembros del partido envueltos en casos de corrupción.

Representación de las consecuencias de Brexit. Fuente.

El Brexit

No hay indicios de que este aspecto pudiese haber cambiado el sino de las elecciones en favor de ningún partido. Sin embargo, es cierto que algunos analistas apuntaban que los resultados tras las elecciones británicas influirían de manera positiva al PP y PSOE como partidos pro-europeos y en contra de Unidos Podemos por una percepción «antisistema» apuntalada por sus rivales políticos.

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Hugo Aguirre Herrainz trabaja para Sony PlayStation y reside en Londres. Implicado activamente en política, con gusto por escribir, y un gran interés en temas de actualidad y polémicos.

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