E-sports: La próxima revolución deportiva

Albert Grau Carbonell
Punto y coma
Published in
4 min readFeb 23, 2016

La condición que para mí define si un deporte es «popular» es la siguiente: si en algún momento la cara de un jugador de dicho deporte es más grande que la de Cristiano en el Marca, ese deporte es mediático. Resulta fácil, por tanto, imaginar mi sorpresa cuando, en pleno Marca del pasado 17 de febrero, me encuentro a estos cinco chicos ocupando una posición destacada:

Marca. 17 Febrero 2016

Y no diré solo que me sorprendió: me fascinó. Estos chicos, desde su aparente anonimato, han creado una comunidad que mueve millones y que, como se lee bajo el titular de la noticia, está compuesto por equipos patrocinados por nombres que podríamos encontrar perfectamente en la LPF o la ACB. Estoy hablando del «League of Legends», un juego online de ordenador que ha cautivado a miles de jugadores en todo el planeta y cuyas finales están llenando los mismos estadios donde se celebran los juegos olímpicos. Y este es solo un ejemplo — otros títulos como «Dota 2» o «Starcraft» también están desarrollando comunidades masivas.

Estamos hablando de ligas en las que los jugadores tienen salarios fijos que la mayoría de nosotros envidiaría

El mundo de los videojuegos lleva creciendo a un ritmo descomunal desde hace aproximadamente una década, y no se le ha dado la importancia que merece. Estamos hablando de ligas en las que los jugadores tienen salarios fijos que la mayoría de nosotros envidiaría; jugadores que entrenan a tiempo completo y participan en torneos cuyos premios se cuentan en millones de euros.

Os dejo el anuncio del mundial de 2014 de League of Legends, con música compuesta especialmente para esta ocasión por Imagine Dragons (se dice que jugadores habituales del mismo juego):

Y luego está mi parte favorita: la universalidad. No es que todo el mundo pueda dedicarse a jugar 8 horas al día, 365 días al año, pero cualquiera puede entrar en el mundillo desde su habitación y en muchos casos de manera gratuita. Si eres lo suficientemente bueno puedes llegar arriba, y una vez allí destacarás automáticamente. Es consecuencia directa de que los juegos te crucen con gente a tu nivel aleatoriamente — si eres muy bueno, te cruzarás con los mismos profesionales que puedes seguir en directo por internet.

[…] se elimina prácticamente cualquier barrera discriminatoria— más allá del poder adquisitivo necesario para tener un ordenador y conexión a internet

Lo precisaré: si juegas al fútbol en Barcelona y eres bueno, las probabilidades de que un ojeador de un equipo importante te encuentre son incomparables a las de un chico de un pueblecito en los Pirineos. En los juegos online, en cambio, este factor se elimina igual que se eliminan muchas barreras socioeconómicas, sobre todo — y tristemente — porque no sabes contra quién estás jugando: solo lo ves jugar.

Estos factores son muy importantes. Primero, porque se elimina prácticamente cualquier barrera discriminatoria — más allá del poder adquisitivo necesario para tener un ordenador y conexión a internet. Segundo, porque abre un nuevo campo en el que brillar a una comunidad muchas veces caricaturada como es la comunidad de videojugadores. Tercero, y desde mi humilde opinión, creo que a la larga esta tendencia destrozará el cliché de que los nerds, los chicos que no hacen «deporte» y se pasan el día jugando, son unos perdedores. Hacer lo que a uno le gusta no es perder en la vida, y chicos como los de la imagen más arriba lo demuestran día a día.

Quizás debamos ir preparándonos para ver videojuegos en televisión los sábados por la noche

Podemos ir más allá y plantear la siguiente pregunta: ¿merecen estos e-sports tanta devoción como el fútbol o el baloncesto? ¿Es necesaria la misma cantidad de práctica y talento para brillar, o estamos hablando de adolescentes a los que se les da bien jugar al ordenador? Os animo a que lo descubráis vosotros mismos. Yo no entendía este mundo hasta que le di una oportunidad, y estos días he acabado viendo partidas de la LCS — la Champions League del League of Legends, lo mejorcito de Europa — solo para ver lo bien que juegan los profesionales.

En todo caso, mi previsión es que se acerca un cambio de mentalidad, sobre todo si el avance de este mundo sigue al paso de los últimos años. Quizás debamos ir preparándonos para ver videojuegos en televisión los sábados por la noche.

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Albert Grau Carbonell recientemente se graduó en Física y ahora escribe desde los Países Bajos, donde estudia un Máster en Nanomateriales. Escribe en el Libro de a Bordo desde hace seis años.

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Albert Grau Carbonell
Punto y coma

Físico, divulgador, expatriado y escritor aficionado.