El último éxito del cine español de calidad

Impresiones sobre «Un monstruo viene a verme»

Hugo Aguirre
Punto y coma
6 min readOct 11, 2016

--

Fotograma de «Un monstruo viene a verme». Fuente.

Si me preguntasen sobre el propósito de la vida, respondería que por el mero el placer de vivir esos momentos que hacen que todo valga la pena. Y cuando ya hace unos meses vi el tráiler de Un monstruo viene a verme, tuve la corazonada de que su visionado sería uno de esos momentos que le dan sentido al resto.

Primer tráiler de «Un monstruo viene a verme» con música de Cloud Atlas

Un monstruo viene a verme ha sido dirigida por J.A. Bayona, un director que ya nos ha dejado otras joyas como la tensa y oscura El orfanato, o la ambiciosa y espectacular Lo imposible. Entre el reparto la figura más conocida es Liam Neeson, embarcado en el proyecto más decente que ha conocido desde que abandonó la verdadera interpretación por el cine de acción y las balas. A Sigourney Weaver no recordaba haberla visto desde Avatar. Ha sido la actriz elegida como abuela gruñona — papel que cumple muy dignamente — y, aunque ya no se dedica a matar Aliens, no ha perdido ni un ápice de su duro carácter. El último y más importante papel es para el joven protagonista Lewis MacDougal, que debuta en la gran pantalla. ¡Eso es entrar por la puerta grande!

El actor Lewis MacDougal (Connor en la película) firmando autógrafos en el festival de cine de Londres.

El festival cinematográfico de Londres organizó un preestreno de alfombra roja que contaba con la asistencia de gran parte del casting de la película, todo en una sala espectacular donde pudimos apreciar de primera mano lo que nos deparaba el lanzamiento. Bayona y los actores nos dedicaron unas palabras donde nos contaron lo fantástico que ha resultado trabajar unos con otros. A veces odio esa cortesía británica que viene a no decir nada.

Este artículo no contiene spoilers ni destripes, tan solo me dedicaré a describir brevemente la línea argumental del filme: Connor es un niño cualquiera que sufre una dura infancia en la que su madre se encuentra enferma, su padre no está disponible y en el colegio sufre abusos. En tales circunstancias, Connor debe perseverar… Y para ello cuenta con la ayuda de un monstruo.

El fondo es sencillo: la línea argumental no es particularmente novedosa. Es en la forma donde brilla esta cinta con fuerza propia. Los dibujos, la fotografía, los efectos especiales y un guión emotivo dominan el conjunto y nos animan a ponernos en la piel de un niño que no deja de enfrentarse a continuos desafíos que ponen a prueba su personalidad. De ahí que en esta emotividad resida la mayor fuerza y debilidad de la obra: no es lo mismo empatizar con alguien porque es un desgraciado, que hacerlo porque sientes una conexión real con su historia. Y en esa delgada línea se encuentra Connor: no sabes si sentir lástima por él o implicarte emocionalmente en su lucha.

Bayona comentando sobre que trabajar con estos actores es… fantástico y gratificante. ¡Sorpresa! Quién lo hubiera dicho.

Especialmente importantes en esta película son las historias que se delimitan dentro de la gran historia. Hay que prestar atención a los significados porque la película no es un ejercicio visual banal. Un monstruo viene a verme nos quiere contar un drama de lo que supone crecer cuando se es «demasiado joven para ser un hombre» y «demasiado viejo para ser un niño». Y para ello, qué mejor que el uso de unas fábulas cuyo significado no es tan aparente como pudiera parecer.

El ritmo de le película es bueno y se hace más bien corta, lo cual es conveniente porque no es difícil anticipar el final, así que la cuestión es qué hará Connor al respecto. Los personajes son sencillos, casi arquetípicos: una madre enferma, una abuela dura y un padre desapegado. Todos ellos revuelan mas bien estáticos en torno a un protagonista que es quien verdaderamente ve progresar su personaje a través del metraje. No sabría decir si el Connor del desenlace ha aprendido una lección valiosa, pero al final, como quien dice, la vida son dos hostias bien dadas y lo que hay en medio es poder aguantarles bien, y Connor lo hace, pasa ese test.

El festival de cine de Londres no era muy hollywoodense, combinaba en la alfombra roja vestidos de modelo a casual jeans de andar por casa. Se ve que ya no cuenta la clase sino el dinero del que paga la entrada.

No habría que olvidar al otro gran protagonista: el monstruo. De la mano de Liam Neeson (o más bien voz), el monstruo se nos muestra como una criatura fantástica que no deja de ser una metáfora de esa fuerza interna que todos llevamos dentro, pero que a veces necesita de un catalizador para salir a la luz. El monstruo representa esa parte de nuestra personalidad que nos recuerda la necesidad de luchar, pero también nos instruye en algo tan sencillo como complejo: la vida no nos exige crueldad, amor, sacrificios ni inteligencia en nuestras decisiones; simplemente requiere que vivamos con las consecuencias de nuestros actos.

Un monstruo viene a verme es, curiosamente, una de esas películas que cualquier niño podría ver y podría parecer inocente a sus ojos. Sin embargo, hay mensajes más sutiles para aquellos adultos que sepan exprimir los significados en las fábulas que se les presentan. Esta es una película que es a su vez una lección de lo que significa madurar y hará que algunos adultos se pongan en contacto con ese niño, a veces olvidado, que todos llevamos dentro.

En suma, el filme apuesta por los sentimientos y el derroche de imaginación. Es muy recomendable para todos aquellos que disfrutaron en su momento, por ejemplo, con El laberinto del fauno. Sin embargo cabe la posibilidad de que algunos espectadores se sientan defraudados, ya que Bayona ha apelado a una lágrima fácil con situaciones en las que es demasiado sencillo tomar partido, y en consecuencia abusa del patetismo en muchas escenas.

Para quien quiera conocer el origen de esta historia, «Un monstruo viene a verme» está basada en la novela escrita por Patrick Ness. Fuente.

Y eso fue todo en la gala de presentación de Un monstruo viene a verme. Bueno, eso y encontrarme con James Melville en la cola del baño, el bully en la película que viene a ser el Draco Malfoy de turno. Se ve que los famosos también mean. Así que mientras esperaba le pregunté con gesto de sorpresa… «¿Pero tú no estabas en el hospital?».

Se ve que los monstruos de hoy en día no pegan tan fuerte como los de antes.

También puede interesarte:

Si te ha gustado el texto, por favor compártelo en las redes sociales que uses habitualmente o recomiéndalo en Medium.

Hugo Aguirre Herrainz trabaja para Sony PlayStation y reside en Londres. Implicado activamente en política, con gusto por escribir, y un gran interés en temas de actualidad y polémicos.

Puedes mantenerte al tanto de las publicaciones de Punto y Coma en @PuntoyComaMed o en la página de Facebook.

--

--