Qué ver en vez de Juego de Tronos

Rafa Zamorano
Punto y coma
Published in
9 min readJul 12, 2016
Drogon en Juego de Tronos. Fuente.

Hace dos semanas que la sexta temporada de la serie favorita de prácticamente todos los espectadores dio a su fin. Fue un final dramático, espectacular y único, como sólo puede serlo Juego de Tronos; concluyó algunas tramas, abrió otras, nos dejó mil interrogantes y, especialmente, nos abandonará durante más de un año dejándonos un vacío en el calendario difícil de llenar.

Así las cosas, ¿qué podemos hacer nosotros para matar el tiempo hasta el ansiado «retorno de la serie»? Pues muy sencillo, pensaréis: ¡buscar series similares! Total, hay cientos o incluso miles de series ahí afuera. Seguro que alguna nos vale, ¿no?

Jon Snow. Fuente.

Es complicado. Juego de Tronos es una serie única. Combina fantasía —sus dragones, sus resurrecciones, los no-muertos que vienen del más profundo de los inviernos — con una intensa verosimilitud y un desafío constante a los cánones narrativos, sea con la muerte de personajes principales o con la notable importancia de las mujeres en la ruleta rusa del poder en Westeros. Es, además, una serie que ha demostrado una vez tras otra ser capaz de dejarnos algunas de las escenas más impactantes del cine — como estas que fuimos mencionando antes de esta última temporada, y como algunas más de estos últimos meses— y que muy pocas películas o series en la historia son capaces de producir.

Pero admitiendo que ninguna serie de temática similar llega al nivel de excelencia de Juego de Tronos, me atreveré con tres sugerencias para espectadores ociosos que busquen llenar el vacío de tiempo —y de emociones fuertes en mundos medievales— que nos deja Juego de Tronos.

Vikings. Fuente.

1. Vikings

La leyenda de Ragnar Lothbrok —tal vez el primer Vikingo cuyos ejércitos se aventuraron fuera de su tierra, especialmente a gran escala— es una de las más antiguas de la historia, y quizá la saga más famosa de la «mitología» oral escandinava. Me guardaré los detalles para no hacer spoilers, pero basta con decir que la serie intenta trasladar a la pantalla las peripecias y aventuras del famoso héroe vikingo y sus familiares y amigos, desde sus humildes comienzos como granjeros hasta sus ataques a gran escala en las costas británicas o francesas.

Dada la escasa tradición escrita del pueblo vikingo, hay altas dosis de ficción en esta producción. Pero la serie está financiada por el famoso «History Channel» y se han hecho amplios esfuerzos por mantener la verosimilitud de la narración, tanto en lo que respecta a la vida cotidiana y los conflictos por el poder en la sociedad Vikinga —un pueblo muy poco explorado en el cine, con tal vez «El guerrero número 13» de Antonio Banderas como su máximo exponente— como en lo que respecta a las sociedades y estructuras de poder en el Reino Unido y la Francia medievales.

Lagertha, de Vikings. Fuente.

Vikings, además de tejer una compleja red de personajes con desarrollos impredecibles y motivaciones férreas, pone mucho énfasis en lo irracional. Es quizá la serie moderna que más complejidad despliega al encarar asuntos religiosos y las dudas espirituales que asolan a los personajes, así como el conflicto interno de estos al debatirse entre los dioses y la fascinante mitología nórdica y el empuje imparable del cristianismo. Vikings tampoco escatima esfuerzos al mostrarnos la crudeza de la época medieval, tratando simultáneamente de mostrarle al espectador el código de honor y las reglas sociales que regían a un pueblo de los considerados «bárbaros».

Con escenas de combate espeluznantes, una presencia de fondo constante de la espiritualidad y lo irracional y, sobre todo, con personajes con virtudes, defectos y un carisma arrollador —Ragnar, su mujer Lagertha o su hermano Rollo son personajes inolvidables — , Vikings es una serie más que digna del tiempo que antes le dedicábamos a Juego de Tronos. La segunda mitad de la cuarta temporada sale en diciembre de este año, así que los que no la hayáis visto tenéis unos meses para poneros al día; y si todo marcha bien, podremos empalmar el final de Vikings con el principio de Juego de Tronos en la primavera de 2017.

Marco Polo. Fuente.

2. Marco Polo

Prácticamente todos hemos oído hablar de Marco Polo y la ruta de la seda, y prácticamente todos hemos oído del gran —grandísimo— imperio mongol de los Khanes. Pero, más allá de sus nombres, pocos en el mundo occidental sabemos algo sobre esta etapa de la historia y sobre este pueblo oriental. Pero por suerte — ¡y me da miedo decir esto!— Netflix acude a nuestro rescate.

Marco Polo cuenta la historia de Marco Polo — ya, ya, que me den un premio a la elocuencia— antes de que se convirtiera en el Marco Polo que pasó a la historia por abrir de forma definitiva una ruta comercial entre Oriente y Occidente. Antes de ser un mercader, Marco Polo dio con sus huesos en la corte del gran Kublai Khan, el último Khan que reinó sobre un imperio mongol unificado que se extendía desde China en el este hasta Persia en el oeste. Pero —y esta es la clave que diferencia a Marco Polo de otras series— el joven Marco no entró en la corte como un hombre de poder e influencia, sino como un mero consejero que le aportaba al Khan un punto de vista diferente.

Kublai Khan en Marco Polo. Fuente.

Muchos espectadores han criticado este hecho, porque Marco Polo —al fin y al cabo el protagonista de la serie— no es el desencadenante de la acción, sino un «simple» observador a través del cual el espectador ve los sucesos del conflicto entre Kublai Khan y la dinastía Sing. Por algún motivo, a estos espectadores les horroriza que el personaje no sea el hombre más fuerte y poderoso de la sala y que no participe activamente en todos y cada uno de los eventos de la serie; pero esta técnica narrativa se ha usado a diestro y siniestro en la literatura mundial, siendo especialmente célebre en obras como Sherlock Holmes, donde el narrador —el querido Watson— no era el que normalmente llevaba a cabo la acción.

Marco Polo nos da acceso a una cultura medieval diferente a la occidental, a una época llena de intrigas, grandes batallas y situaciones de vida o muerte; todo ello a través de los ojos de un joven perspicaz pero vulnerable, un joven ambicioso pero en ocasiones temeroso, un joven alejado de todo cuanto conocía y que ha de adaptarse a una cultura y sociedad vastamente diferentes a las de su Venecia natal. Por el camino nos cruzamos con un Khan todopoderoso, un villano traicionero, un monje ciego con dotes de combate superlativas, una princesa con mil secretos y más de un guerrero poderoso que puede ser hermano de armas o enemigo acérrimo.

La segunda temporada de Marco Polo salió hace ahora un par de semanas, siguiendo al estreno hace un par de años de la primera temporada en Netflix. Así que para los espectadores que aún no hayan descubierto esta interesante serie, este es el momento perfecto para engancharse a una saga de historia medieval intrigante y educacional, pero también emocionante y — en ocasiones— emocional.

Uthred, el protagonista de The Last Kingdom. Fuente.

3. The Last Kingdom

The Last Kingdom cuenta la historia de Uthred, un niño de la baja nobleza inglesa criado por los Vikingos tras la conquista de estos del norte de Gran Bretaña. Este período de la historia, etiquetado en inglés como las «Dark Ages» o la «Edad Oscura», fue un período duro y cruel, de muchos cambios y sobre el que preservamos relativamente poca información y sobre el que existen muchos mitos. Sí que sabemos que los Vikingos entraron en Gran Bretaña con mucha fuerza y prácticamente se adueñaron de toda la isla, con sólo un reino aguantando el envite: el Reino de Wessex, el último reino sajón de Gran Bretaña y el que da nombre a esta serie.

Basada en la serie de novelas del famosísimo escritor británico Bernard Cornwell —causante directo de mi inusitado conocimiento acerca de las guerras napoleónicas gracias a su serie sobre el gran Richard Sharpe, al que luego encarnó el inmortal Sean Bean en una serie homónima — , The Last Kingdom nos muestra a través de Uthred la tensión entre Vikingos y Sajones a todos los niveles: político, social, militar y, dado su propio trasfondo, también a nivel personal. Uthred ni es del todo Sajón —desde los doce años se crió con Vikingos— ni es del todo Nórdico —pues nació Sajón— así que es el vehículo perfecto para exhibir los conflictos y las diferencias entre nativos e invasores.

Uthred, de The Last Kingdom. Fuente.

El personaje principal, Uthred, es el hilo conector entre una variedad de personajes sajones y vikingos, todos ellos interesantes de por sí y con motivaciones muy claras. Es interesante ver esta serie después de ver Vikings, por cierto: los que en Vikings son niños —tanto los nórdicos como los sajones — , son los que «cortan el bacalao» en The Last Kingdom: adultos hechos y derechos, poderosos, influyentes y que tienen en sus manos el destino de toda su gente.

Una serie tal vez más veloz y vibrante que las dos anteriores —a la par que menos centrada en mostrar los quehaceres diarios de la gente de la época — , The Last Kingdom es un valor seguro en cuanto a entretenimiento. Uthred es un protagonista arrollador pero atrapado en un conflicto interno que lo convierte en un jugador imprevisible en la versión medieval británica del Juego de Tronos. Sólo hay una temporada disponible —aunque se está rodando ya la segunda— así que no requiere un compromiso temporal extenso… Y merece mucho la pena.

Por supuesto que hay otras series fantásticas que ver en vez de Juego de Tronos. Hay desde clásicos —The Wire, The Walking Dead, los Soprano, Breaking Bad— hasta dramas más políticos o sociales —como House of Cards o en menor medida The Newsroom — , entre otras mil opciones. Pero estas tres son mis sugerencias personales para espectadores buscando algo similar a Juego de Tronos, aunque ninguna serie en estos momentos sea capaz de darnos todo lo que la brillante serie de HBO nos da cada semana.

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Rafa Zamorano escribe desde Escocia, donde reside desde hace seis años. Estudia Política Pública y, junto con otros autores, ha publicado el libro de relatos Uno más y lo dejo.

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Rafa Zamorano
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St Andrews alumn. Hoy día en Madrid. Editor de EÑES. Fundador de @PuntoyComaMed.