«Vivir del arte es muy difícil, pero es mucho más complicado hacerlo sin él»
Hoy, en Punto & Coma, entrevistamos al artista español Rafael Cachaldora. Nació en Ourense en 1973, y dedica su vida a las artes plásticas. En los últimos tiempos vio potenciada su faceta artística con la exposición de sus obras en ciudades como Milán y Moscú. Hoy nos habla sobre el significado de ser artista, nos explica su salto al ámbito internacional y la importancia de la tecnología empleada en su obra. También nos cuenta su experiencia como ilustrador de la portada de la antología de relatos breves Uno más lo dejo. Sobre estas y más cosas nos habla el propio Cachaldora a continuación.
¿Cómo pasa un artista de exponer en bares a exhibir sus obras internacionalmente? ¿Cómo se desarrolla ese proceso?
Mi primera exposición la realicé en un café que era una institución en el mundo cultural de mi ciudad, por lo que siempre estos espacios estarán presentes en la manera de mostrar mi trabajo, aunque exponer en un Museo tiene otro punto porque es el entorno natural. La muestra de Moscú fue en la Universidad de la Amistad de los Pueblos. Para ella elegí obras en las que hago homenajes a lugares significativos en faceta artística; entre ellas se encontraba una de Monforte San Giorgio, en Messina, que fue el lugar que acogió mi primera muestra internacional. No suelo publicar en las redes todos los días. Durante la muestra moscovita compartí la imagen de Monforte San Giorgio, y el Comune — que es como se le llama en Italia al ayuntamiento — compartió mi publicación, de la que se hizo eco un periódico siciliano. Este hecho llamó la atención de los responsables de marketing de Messina Città Metropolitana y me propusieron realizar la imagen de esta para las Cartolinas conmemorativas de Messina para la Expo Universal de Milán. Nunca sabes quién puede llegar a ver tu trabajo ni dónde será la próxima muestra; lo que sí sé es que cualquier lugar es digno para mostrar mi obra, en cualquier espacio puede aparecer la mirada que encuentra el arte.
¿Qué tan difícil es vivir del arte hoy en día?
Vivir del arte es muy difícil, pero es mucho más complicado hacerlo sin él. Para mí el arte es el diván en el que me recuesto: no pinto pensando en vender, lo hago pensando e incluso a veces sin pensar, para comunicarme, unas veces conmigo mismo y otras con los demás.
Tu técnica ha tenido cambios con el paso de los años. ¿Qué rol ha jugado la tecnología en tus facetas artísticas?
Aunque hace muchos años ya había tenido contacto con la tecnología para crear, esta forma de trabajar había quedado un tanto relegada ante la magia de los olores y las manchas de pintura real que inundan el estudio. Desde hace unos años sufro varias lesiones en la espalda que no solo afectan a esta, también lo hacen a mis piernas, incluso a veces se me duermen las manos. Esto ha provocado que mi trabajo en el estudio esté a expensas de las condiciones físicas del momento, aunque a veces me da igual el dolor y lo arrastrado que me deja pintar: pueden más las ganas de hacerlo. Cuando empezó el problema, la tecnología regresó a mi forma de trabajar y lo hizo para quedarse, así que el papel que ha jugado en mi obra también ha sido terapéutico.
A nivel logístico también ha sido un salto importante, ya que apretar un botón y enviar una exposición entera o un encargo particular al otro lado del mundo resulta facilísimo, incluso para un hijo de la era «analógica» como yo.
¿Es posible sorprender a través del uso de técnicas anticuadas, o es necesario actualizarse acorde van cambiando los tiempos?
Sí, por supuesto, aunque no creo que las técnicas tradicionales estén «anticuadas». Nunca lo estarán: son insustituibles. Lo de sorprender no es cuestión de la técnica sino de la obra en sí misma. Una de las técnicas que más practico es la que utilizaban nuestros antepasados en las cuevas, el estarcido. No hace mucho tuve la oportunidad de impartir un taller a unos chicos de un colegio de mi ciudad y uno de los más sorprendidos fui yo con lo que ellos fueron capaces de realizar con esta técnica. La calidez — que no la calidad — de un trabajo realizado con estas nunca lo tendrán los hechos con la tecnología.
¿Cuál es la situación actual de las artes plásticas?
Las artes plásticas están más vivas que nunca. La necesidad de expresarse del ser humano y la gran cantidad de medios para hacerlo que existen en la actualidad hacen posible que vivamos un momento dulce.
¿Dónde se encuentran actualmente los mejores exponentes del arte plástico?
En la Red. Hoy todo se encuentra en ella. Se ha convertido en el mayor museo del mundo.
Una de tus ilustraciones fue portada de la antología de relatos breves Uno más y lo dejo. ¿Te piden este tipo de trabajos a menudo? ¿Cómo es la experiencia de ver plasmado tu arte junto a obras de otro estilo, como en este caso la literatura?
Lo que más me piden son retratos o cachaldorizados, como los bautizó un gran amigo. Esta ilustración conjugada con la literatura ha sido la primera, y siempre me muestro abierto a nuevas propuestas. Ver un trabajo mío envolviendo arte — en este caso escrito — fue un regalo.
La música forma parte de mi obra, siempre como banda sonora durante la ejecución, otras muchas veces como «cameo» ya que algunos trazos los ejecuto a su ritmo, e incluso en algunas ocasiones es el guión que me lleva a pintar las sensaciones y las historias que evocan en mí las notas. Me gusta conjugar con otras artes, siempre es enriquecedor.
A los artistas de Uno más y lo dejo les estaré eternamente agradecido por haber elegido una de mis obras para la portada de su antología. Escogieron una que, como su libro, esconde muchas historias dentro: es un tramo de la calle Libertad en Ourense, concretamente en el que se encontraba el Bar Lino, un local en el que confluían en armonía amas de casa, obreros, prostitutas o pandilleros de barrio junto con clandestinos activistas políticos de la incipiente corriente nacionalista gallega. Se acercaban los ochenta… En ella no se ven personas pero sí están sus historias impresas en las piedras.
Ha sido un honor que me incluyesen en su proyecto literario.
¿Cómo es la vida de un artista durante una exposición? Por ejemplo, durante tu exposición en Moscú, ¿cómo eran tus días?
Después de todo el proceso previo, cuando las obras ya cuelgan esperando la inauguración, comienza un cosquilleo en el cuerpo que no te abandona hasta el final de la muestra. En la Exposición de Moscú, básicamente, las sensaciones fueron las mismas que en otras ocasiones, pero en este caso, al no poder asistir por motivos de salud, se viven de otra manera, más intensa si cabe ya que no tienes todo el control sobre la situación. No tuve la oportunidad de estar cerca del público y no puedes ver sus expresiones ni conocer de primera mano sus sensaciones. Por suerte, Mario de Martino, mi comisario, curador y por supuesto gran amigo — que ya es, en cierta manera, una extensión de mí — hizo más llevadera la situación.
Una de las cosas que más me gusta hacer durante una muestra es visitarla mezclado entre el público. Cuando no saben que eres tú el artista que la ha creado, es cuando puedes obtener una «radiografía» más nítida de las sensaciones del espectador ante tu trabajo. Es muy divertido y revelador cuando comentas tu obra con alguien desconocido; podría incluso decir que este acto es en sí mismo una performance.
¿Cómo es el trabajo de un artista hoy día? ¿En qué se basa un día normal? ¿Cuánto de ese trabajo se dedica frente al ordenador?
Supongo que como el de cualquier artista en cualquier época: trabajar, trabajar y trabajar. Las únicas diferencias pueden producirse en los hábitos horarios. A mí me gusta mucho trabajar por la mañana. Aunque el trabajo se extiende a lo largo del día, me encuentro mucho más fresco por las mañanas, lo que no impide que muchas de las obras — a las que les tengo mucho cariño — surgiesen más allá de la media noche.
Un día normal, después del café, trabajo hasta la hora de comer; después de la siesta, normalmente imperdonable, continúo con ello. Antes de la lesión solía perder la noción del tiempo; ahora el cuerpo se encarga de devolverme a la realidad más a menudo, sobre todo cuando pinto, digamos, de manera tradicional… Cuando trabajo con la tablet — que es lo más habitual hoy en día — la obra sigue sumergiéndome en la intemporalidad, por lo que las horas son en muchas ocasiones minutos.
¿Dedicas tanto tiempo a la pintura como a la promoción?
No, pintar es lo principal, porque la obra es tu mejor promoción, aunque no se puede descuidar la difusión de esta propiamente dicha. Hoy las redes sociales son una excelente forma de darse a conocer y de llegar a públicos tan lejanos a los que de manera tradicional sería mucho más complejo llegar.
¿De qué vives, de exposiciones, de ventas, de otros trabajos derivados?
No concibo la vida sin Arte, ya que el Arte es lo que me da vida.
¿Cuándo decides que vas a ser artista, que te lanzas «a la piscina»?
Cuando me doy cuenta de que la vida es un lienzo y pintar bailar desnudo.
Después vienen muchos otros aspectos que te animan a zambullirte; el más importante es saber que con lo que haces puedes despertar emociones en los demás, a veces incluso las mismas que me han llevado a pintar esa obra. Otro de los empujoncitos que ayudan es que se reconozca el estilo propio, lo hace más fácil.
¿Para cuando la próxima Expo?
Realmente, en estos tiempos que corren estás exponiendo continuamente tu trabajo en la red. Tengo varios proyectos en marcha para exponer de forma «tradicional». Aún no tienen fecha concreta por lo que no se cuál de ellos se realizará primero. Curiosamente, al que le falta menos y está más cerca para concretarse es el que se hará muy lejos de Ourense, pero bueno, por experiencia, puede darse la circunstancia de volver a exponer antes aquí en Galicia.
Puedes informarte sobre la obra de Rafael Cachaldora en su página web, y seguirle en Facebook para estar al tanto de cualquier novedad.
También puede interesarte:
Si te ha gustado el texto, por favor compártelo en las redes sociales que uses habitualmente o recomiéndalo en Medium. Puedes mantenerte al tanto de las publicaciones de Punto y Coma en @PuntoyComaMed o en la página de Facebook.
