Amuletos de Diarenis Calderon

Q de Cuir
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4 min readDec 17, 2020

Fotos cortesía de la autora y diseño por Irian Carballosa

Diarenis Calderon es una de las activistas que integra Nosotrxs, una colectiva que coordina proyectos de artivismo desde una perspectiva feminista, cuir y antirracista. Hoy nos encanta tenerla de invitada en esta sección, para que nos hable de los Amuletos que le han ayudado a transitar sus caminos. ¡Aquí les van!

La cosecha de la lectura y viajar en Bicicleta…

Cuando descubrí que sabía leer apenas alcanzaba la altura de la mesa del comedor y tenía 4 años, eso fue creciendo dentro de mí como alas para llegar a otras geografías, personas, políticas, a otras cuerpas y olores. Inundada de alegría percibía el mundo en otros espacios de letras, aves y florestas. Fui una infanta tranquila, divertida, gustaba de los parques y ambicionaba tener una bicicleta cosa que pronto logré. Por un regalo de mi madre.

A mis 13 años despierto mirando mis senos creciéndose asimismo como la afirmación de mi vivida belleza. Mediando entre conocerme y leer pasaba horas (aprendizaje inconcluso aún) recorrer mis tetas fue una puerta abierta a mi autosatisfacción; desde ahí entendí el enlace de mis manos con mi pelo, con mi piel, con mis pies y los pies ajenos. La bicicleta me daba una libertad permitida y trasladaba mi físico a lugares donde leer y disfrutar en soledad. Cada amanecer en tiempo libre era una aventura literaria unida a la música que me traía paz; así transcurrió la adolescencia avanzando en pedaleos. DESDE ahí convergencias, miedos, huellas y sexualidades me hicieron preguntarme: “¿Quién soy? / Qué siento?”

A la altura de mis 28 años conocí a la primera persona que me dejó sin palabras, su presencia, su pertenencia a su cuerpa, su disponibilidad y consentimiento a escudriñar la vida y su cromatismo encumbraron mis emociones. Una poesía trasvesti, chilena, mapuche silbaba en mis oídos como trueno sordo en tardes de inmenso calor, mi alma sintió conexión; leí sus textos y empaste con su imagen y su manifiesto de vida donde decreta ser marica, loca, militante, hija y tener las alas rotas y el valor para enfrentar la milicia y el amor desnudo. Me encantó.

En una sala de Casa de las Américas cientos de ojos escudriñaban a Lemebel mientras el encuentro sacaba pensamientos y sentimientos de mí, ya puestos en prácticas; su visita fue expansiva, escandalosa y vibrante yo quería vivir todo lo soñado; y no como milagro sino como cuerpa que besaba otras bocas femeninas hacía un tiempo lejano. Sus textos y performance me dejaron saborear el efecto de la militancia y la libertad del arte, la política y la riqueza de expresión al romper la plataforma rígida del sexo. Fue como una orquesta conjugar mis expectativas, experiencias, sus palabras y símiles, descargando fuerte… Fue la orquesta timbrando ritmos de Latinoamérica, tocando una obra perfecta en mi cabeza.

Años después en Santiago de Cuba, una voz empática menciono a Audre Lorde. Tras notar la curiosidad rápidamente la puso en mis manos y su transparente discurso de ser feminista, negra, lesbiana, hermana, guerrera, madre, sanguínea, amante… me dejaba ligeramente húmeda. La sensación de escribir y plasmar su poder ilimitado vinculando erotismo y rompiendo el patriarcado me acogió desde entonces y Audre Lorde es mi hermana de tantas causas, mi compañera de luchas contra vivos y fantasmas, la introducción a amoríos y orgasmos, a experiencias comunales con quien tengo una relación esperanzadora, matemática y literaria que suma y multiplica letras a mi transformación humana.

Posteriormente de conocer a Lorde comparto el dibujo, la conversación, el beso, mis poemas o prosas lo cual tiene más definición. El silencio no vive más en mí. Ahora no hay fronteras ni de fama, ni de leyes, ni intocables diálogos que dejen fuera ninguna de mis partes. Dejar atrás la idea del amor romántico único y de vivir la pausa y el enredo de vestirme con una piel que no resulto ser; es la escena primaria de la expedición. Soy otre y mi autoestima disfruta estas influencias. Como pintura desnuda en la ventana mi convicción es amar y el llanto es confianza y fuerza, la cazuela el término abstracto para compartir con todes. Las preguntas son herramientas para querer una y otra vez, una y otra vez. Y a la vez, a múltiples personas.

El activismo

El terror de vivir en un país racista, fálico y machista desde muy joven me dejó ver el feminismo, la solidaridad y el empoderamiento como mis aliadas para el porvenir y el buen vivir, también como alfombras para entrenar el alma y estar de pie con la diversidad, sororidad, unidad y resiliencia entre otres.

Ser parte de la corriente de activismo en la Isla me ha ubicado en zonas energéticas y de fraternidad reconociendo fortalezas, sabidurías individuales y colectivas. También me ha dejado en ocasiones en el banco de las personas radicales, extremistas y raras. Me importa ser activista feminista y antirracista. Establezco conexiones mayúsculas que están siempre contra cualquier manifestación de bloqueos y reemplazos. Me ha entrenado para subvertir la pirámide del dolor y confiar en las causas justas. Tener sentimientos y posturas similares son correspondencias de las luchas cotidianas con otras personas que admiro.

AMARME es una elección y un regalo como luces de cocuyo titilantes en la madrugada de esa persona que soy…leer, viajar y sentirme activista ha coronado mi existencia y resultan ser mis amuletos.

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