Los movimientos fundamentalistas cristianos han mutado como los virus

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4 min readDec 25, 2019

Por Susana Hernández Martín

Los movimientos fundamentalistas religiosos han mutado como los virus y para la teóloga cuir Margarita Sánchez de León, la mejor manera de comprenderlos es a través del concepto propuesto por algunas feministas de “contramovimiento social”, según explicó durante su presentación Las mutaciones de los fundamentalismos, nuevos retos y nuevas posibilidades, en la VII Jornada Socio-Teológica: Identidades Sexuales y de Género no Hegemónicas, celebrada el 14 de diciembre en Matanzas.

Desde esta perspectiva, cuando surge un movimiento social que tiene un éxito que va contra lo establecido, como reacción a esa victoria o a esos avances surgirá inevitablemente un contramovimiento.

Para la Reverenda Elder de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana, en la actualidad, el contramovimiento fundamentalista no está reaccionando contra la modernidad o las teologías de liberación como hiciera en el pasado, sino que está reaccionando contra las luchas feministas y las victorias de los movimientos que plantean una visión nueva sobre el género, los cuerpos y las familias.

Entre los momentos de triunfo que han llamado la atención del fundamentalismo mencionó el encuentro de Río de Janeiro en 1992 sobre el ambiente, en que se empieza a hablar de la importancia de las mujeres en la transformación del desarrollo económico y la cita en Viena el año siguiente, sobre derechos humanos, donde comienzan a hablar del conflicto de la violencia hacia las mujeres y a introducir la perspectiva de género.

“En ambos espacios, los tratados finales fueron el producto de unos movimientos organizados desde las mujeres y las comunidades LGBTIQ que lograron subvertir algunas visiones que teníamos sobre derechos humanos, sobre desarrollo”, enfatiza.

El encuentro de Beijing, la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad, donde por primera vez se coloca en un documento de la ONU la violencia, no como violencia contra las mujeres y las niñas, sino de género y el Tratado sobre control de armas en 2012, en el que las mujeres lograron hacer vinculante que la posesión y la venta de armas pasa por un asunto de violencia de género, fueron otras de las grandísimas victorias que empezaron a preocupar seriamente a todos estos movimientos que empezaron a hacer alianzas y a trabajar para revertir el espacio ganado por los movimientos libertarios.

Por ejemplo, ante estos avances, la iglesia católica ya desarrolló varias teologías como es el caso de la teología de la ecología humana, que junto a la teología antropológica de la complementariedad expone que hombres y mujeres son iguales pero complementarios, y en esa complementariedad las mujeres tienen que asumir su papel.

“Dicen que esta situación del género, este disloque del entendimiento de lo que es ser familia, de lo que es la sexualidad humana, está produciendo una crisis ecológica humana. Es decir, si el ambiente está en amenaza, el ser humano está en peligro de extinción”.

“El actual papa incluyó algo muy interesante: [el concepto de] colonización ideológica. ¿Qué quiere decir esto? La colonización ideológica se trata de que a mí, en estos avances que están ocurriendo, en estas transformaciones, en estas visiones nuevas de género, en estas visiones nuevas de familia, se me está colonizando, se me está imponiendo una ideología que viene de afuera”.

La teóloga nos advierte que “esto es bien importante, porque se está asumiendo un concepto que nuestros movimientos habían asumido. Somos tierras colonizadas. Pues ahora están diciendo ‘ustedes nos están colonizando ideológicamente’. Eso ha tenido un gran, gran, gran éxito, como concepto”.

Sobre las características del contramovimiento fundamentalista cristiano, mencionó su capacidad para hacer alianzas insospechadas entre denominaciones que antes no podían ni verse, su alto nivel de articulación y organización, y el uso de la tecnología: quienes originalmente me manifestaron contra la modernidad, actualmente están usando la tecnología para su trabajo de educación y formación a niveles increíbles.

Exhortó a les participantes en esta VII Jornada Socio-Teológica a que busquemos más alianzas: “Las feministas [debemos] crear alianzas con los movimientos de la comunidad LGBTIQ, con los movimientos de la clase obrera, con el movimiento ambiental… Hay que mirar por dónde pasan nuestras heridas, crear alianzas en donde tenemos nuestras heridas y olvidarnos de nuestras diferencias”.

“Tenemos que continuar con el proceso que yo he llamado de polinización de la resistencia, tenemos que hablar más entre la resistencia, reconocernos más (…) Hablemos desde nuestras propias vulnerabilidades y desde esas vulnerabilidades, desde esas heridas vendrá nuestra gran victoria”, concluyó.

A esta edición de la Jornada que organizan Abriendo Brechas de Colores y la Iglesia de la Comunidad Metropolitana asistieron integrantes y activistas de diferentes organizaciones, instituciones y colectivos de varias partes del país.

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