El dilema de las redes: la manipulación a través de los datos

Natalie Vielma Vinci
qu4nt
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5 min readNov 16, 2020
Imagen cortesía de Christian Sterk en Unsplash

Hace poco Netflix estrenó su documental El dilema de las redes sociales, en el que distintos expertos y ex ejecutivos de empresas como Facebook, Google, Instagram, entre otros, analizan y exponen los peligros a los que estamos expuestos al descargar y utilizar aplicaciones en nuestros teléfonos o dispositivos electrónicos.

Estas herramientas han conectado al mundo pero también lo han hecho dependiente. Subestimamos su poder y cada vez que descargamos una nueva aplicación somos un poco inocentes en cuanto al efecto que generará en nosotros y cómo puede cambiar nuestra dinámica de vida. Tal vez parezca un poco exagerando a principio, pero les prometo que este documental les hará pensar dos veces antes de revisar cualquier red social o aplicación en sus teléfonos.

Si las redes sociales nos ayudan a estar más conectados con el mundo, a tener amigos y familiares a un clic de distancia y tener acceso a información que es relevante para nosotros, entonces, ¿cómo se puede convertir en problema? Estas son algunas consecuencias de las redes sociales y recomendaciones que expone este documental.

El nivel de adicción a las redes

Cada vez nos cuesta más dejar nuestros dispositivos a un lado y se ha convertido en un mal hábito abrir nuestras redes tantas veces al día como sea necesario. Es algo que hacemos sin pensar y por eso les damos un uso cada vez más recurrente. Las notificaciones son parte de esta adicción puesto que nuestro teléfono no deja de darnos avisos a cualquier hora de cualquier cosa, ya sea de una noticia de última hora, personas que quizás conozcas, algún descuento de un artículo en seguimiento, un me gusta, entre otras. Parece que nuestra vida, sobre todo en las generaciones más jóvenes, es más o menos relevante según en número de likes que obtiene una publicación.

Otra razón de nuestra adicción a las redes es la rapidez con que se actualiza la información. Redes sociales como Twitter tienen información de último momento y nos crean la idea de que percibimos el mundo en el contexto más actualizado. Dejar de verlas por un par de horas nos hace sentir “desactualizados”, lo que provoca esta dependencia a revisarlas a cada momento.

Frente a estos problemas los expertos recomiendan desactivar la mayor cantidad de notificaciones posibles y conservar aquellas que sean realmente importantes. También, dejar el teléfono a un lado unas horas antes de irnos a dormir y tomarnos un tiempo para nosotros y nuestra familia o entorno. Con esto podremos notar a los días cómo la ansiedad por revisar nuestros teléfonos disminuye.

De la información a la desinformación

Leemos por medio de las redes un sinfín de noticias relacionadas a temas que pueden ser de nuestro interés, pero la realidad es que la mayoría de ellas no son ciertas. La información que llega a nosotros tiene más que ver con los gustos, páginas o personas que seguimos que con lo que en verdad sucede. Si de algo están llenas redes son de las famosas fake news. Si te interesa un tema y ves un video o noticia, notarás como las recomendaciones comienzan a girar alrededor de ese único tópico. Esto provoca no solamente que recibas más información de lo mismo sino que pierdes la oportunidad de contrastar esta información con otra de distinta opinión. Esto sucede mucho con temas relacionados a política, religión y estereotipos de belleza. Lo cierto es que las redes compiten por nuestra atención y necesitan tenernos el mayor tiempo posible enganchados en ellas, por lo que son capaces de mostrarnos lo que “queremos ver” y no lo que realmente es. Un juego de manipulación del que no todos somos capaces de escapar. Para contrarrestar este tipo maniobra debes verificar la información en páginas seguras y documentarte así de manera apropiada.

Imagen cortesía de ROBIN WORRALL en Unsplash

La burbuja creada por el algoritmo de recomendación

La tecnología también puede jugarnos en contra e insertarnos en una pequeña burbuja que construye a partir de nosotros mismos. Con esto quiero decir que es a partir de nuestras búsquedas y el tiempo de interacción con publicaciones que el algoritmo de recomendación sabrá como actuar. Nuestro tiempo en Internet y las búsquedas que hacemos pueden llegar a determinar nuestros gustos, edad, ubicación, pero también nuestro estado de ánimo. También se logra determinar el tiempo que dedicamos a cada red y a qué hora las solemos revisar más. De esta manera se logran hacer los modelos de predicción para conocer qué vamos a hacer, quiénes somos y qué puede llegarnos atraer. Esta información que obtienen sobre nosotros gracias a los datos que compartimos termina siendo usada para el beneficio de estas empresas, ya que a partir del conocimiento sobre nuestra psicología pueden llegar a afectar nuestro comportamiento, pensamiento y emociones. A partir de la segunda década de este milenio, los adolescentes han mostrado mayor índice de depresión y los niveles de suicidio han aumentado debido a la influencia que las redes han ejercido sobre ellos. El estar tan expuestos al mundo solamente les ha traído consecuencias a los jóvenes, así como dicen los expertos en el documental: tal vez puedas manejar lo que cien personas piensen ti, pero parece increíble e imposible lidiar con lo que miles de personas tengan que decir. No estamos preparados para enfrentar tal situación.

La empresas crean estos algoritmos con un interés comercial, de modo que se vean beneficiadas aún si eso implica afectar de una forma negativa a sus usuarios. El principal interés es controlar los contenidos que llegan a nosotros, crear el mayor número de interacciones posibles y tener así las herramientas para mantener nuestra atención el mayor tiempo posible.

Imagen cortesia de Ash from Modern Afflatus en Unsplash

“¿Cómo despertar de Matrix si no sabes que ya estás en Matrix? “ Tristan Harris

En Internet y, en especial en las redes sociales, conseguimos modelos que se crean a partir de la información falsa y la información a conveniencia. De esta manera se logran niveles altos de manipulación y adicción que muy difícilmente logramos notar o controlar. Sentimos que estamos conectados con el mundo, pero en realidad estamos conectados con una parte muy pequeña que es la que se nos permite ver. Es muy importante que sepamos diferenciar lo que es verdad de lo que no y aprender a documentarnos suficientemente para formar un criterio propio, buscando información en distintos lugares que nos permitan hacer el debido contraste y crear nuestras propias conclusiones. De la misma forma, no exponernos tanto y tener nuestras redes privadas de ser posible y con esto evitar el acoso y no permitirle a desconocidos llegar a nosotros. Por último, configurar nuestros dispositivos librándonos de muchas notificaciones innecesarias y tener conciencia del tiempo que pasamos en él.

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Natalie Vielma Vinci
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Licda. en Idiomas Modernos. Magister en Lingüística. Profesora de semiótica de La Universidad de Los Andes.