Wikipedia Commons

Óleos de la Urbanidad

F. Isaac Loreto
quiasmo
Published in
1 min readMay 29, 2019

--

Un vejete se consume en el cristal podrido del autobús y le llueven atardeceres filtrados por azarosos protectores de Sol. Por el minúsculo agujero del costado se cuela aquel cielo azuloso lleno de rosas que siempre engalana los vestidos de las señoras y las pasarelas de los famosos.

El tiempo está suspendido, dígase pues, consumiéndose dentro de sí. Los fierros mugrosos vibran ante la inmovilidad del ser y las partículas huérfanas descansan inertes y acostumbradas a flotar en su eterno baño de luz cálida.

Visiones de ojos deificados capturan el momento. Se venderá al mejor postor como una rebanada sustanciosa de realidad enlatada y lista para consumirse.

La belleza es una pinche maldita loca hijadesuput… elusiva. Aflora en el valle, escondida a los ojos del mundo. Ahora es un bosque, ahora es una montaña y es cada vez más remota la necesidad de encontrar su raíz original.

Y en medio de todo aguarda la Victoria. Espera triunfal y las llamas de la vespertina estrella han forjado su corona de rubíes, bautizándola como duquesa de los Trópicos.

--

--