El camino a casa

Hayk Darbinyan
quiasmo
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2 min readJun 10, 2017
La foto es mía. Mas fotos así en Instagram @haykodarb.

Había salido de mi casa a las 8 de la mañana, en compañía de mi perro y de mi mochila me dirigí a la montaña. Caminé por horas hasta encontrar un lugar adecuado, donde armé mi carpa y una fogata a su lado.

Al ponerse el sol para dejarle el escenario a las estrellas recordé tus ojos. Recordé como brillaban cuando me veías y como se apagaban cuando me iba.

Permanecí acostado varias horas en un oscuro silencio, un vacío de luz y de sonido que mi cabeza llenaba con recuerdos de lo que fue e ideas de lo que pudo ser.

Pensé en muchas cosas diferentes hasta que finalmente logré conciliar el sueño, solo para ser despertado poco después del amanecer por los alaridos del perro. Resulta que yo había cometido un error grave: confiar en el pronostico climático.

No mas salir de la carpa advertí el granizo que caía del cielo e hice mi mayor esfuerzo para desarmar el campamento, ordenar todo en la mochila y correr a buscar refugio en algún área mas poblada del bosque.

Excepto por algunos golpes menores Mingus se encontraba bien, y yo como estaba un poco mojado y cansado debido a la falta de sueño decidí terminar la expedición y volver a casa. Así habría hecho si no me encontrase completa y absolutamente extraviado en una zona desconocida para mí.

Había perdido de vista el sendero por el que había venido y no sabía para donde iniciar mi trayecto de vuelta. Miré a mi alrededor como buscando alguna pista y lo vi a mi perro mas tranquilo que de costumbre, mirándome a los ojos como pidiéndome que lo siga.

Y así hice, en sus ojos podía ver que sabía como volver a casa, al final decidí confiar ciegamente en su instinto animal. Lo seguí durante lo que deben haber sido aproximadamente 12 horas, porque para cuando llegamos a la ladera de la montaña y, eventualmente, al pueblo, el sol ya se volvía a poner, dando lugar una vez más a las estrellas.

Esta vez las estrellas me recordaban a los ojos de mi guía, aquellos ojos que en mi peor momento me indicaron una vía.

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