Lara

Norber Tebes
quiasmo
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3 min readFeb 16, 2019

Lara venía del barro y la frialdad familiar pero cabía en ella en toda ella el amor y sobre todo el darlo como gesto como altruismo como lucha como remedio como lo único posible por no tener un antecedente que le fijara ese darlo tenía ojos verdes como ostras como guirnaldas en el barro Lara venía pisteando como una desgarbada pero con sinceridad con calorcito genuino de barrio Fonavi que te rompe la literatura falluta para chapear y se estrellaba en todo aquello que tuviera aún un ánimo de sorpresa y de humanidad y yo tenía literatura falluta para chapear y chapeaba de hecho pero Lara se me estrelló en la frente y yo solté la soga de mis saberes y dudas encubiertas con artículos de psicología y filosofía que sin embargo a ella le gustaba escuchar fumando acostada en la cama del Adrían los sábados de reunión cuando había alegría Bob Marley prensado las penurialegrías de adolescente obligado a laburar para mantener la casa y había amigos muchos y corría el tinto barato fiado por don Cosme y Lara me llamaba y me pedía que le contara la fábula aquella que decía que en un futuro la palabra oral sería innecesaria porque la gente aprendería a solo mirar a otros para saber intenciones mentiras tibiezas y fumaba acostada en su brazo izquierdo en la cama siempre tendida del Adrián que pasaba al baño a cada rato y nos decía permiso aunque estuviera en su propia casa un día me animé y me acerqué a ella y ella me tiró por encima del mundo a besos así tan por encima que yo sonreía por el mundo hasta que llamaba el marido y le preguntaba dónde andaba que qué hacía que no estaba con los hijos que le parió obligada y ella lloraba me besaba para llorar más se animó a amarme en medio de los disturbios del marido y mi hinchabolismo de amor romántico me amaba desgarbada cenicienta de barrio Fonavi porque me quería después de todo a pesar de todo y cuando venía a casa la pieza mía siempre olía a fin de semana en el río con el tinto barato fiado y me enseñó algunas astucias de la cama polisílabas del placer besitos de arrabal de pueblo húmedo pegado al campo me abrió en colores a estragos un poco fuera de mí hermosa desgarbada Lara me abría en surcos de amor que le plantaban cara al hastío de sobrevivir de todos los días tener que solucionar y poco disfrutar pero el marido pudo más y la obligó a irse de mi pieza que olía siempre a fin de semana a encargarse de los hijos se la llevó ella lloraba y yo lloraba pero para adentro me decía que no podíamos estar juntos porque éramos de Piscis yo me reí sin querer y le contesté que si nos habíamos encontrado por ser de Piscis qué razón habría para irnos de nosotros por la misma razón ella lloraba porque yo le tambaleaba las creencias y ahora cuando me acuerdo de eso pienso que estuve mal que tendría que haberla abrazado un cachito más fuera de mí negador de la astrología si hago fuerza me acuerdo de cómo relumbraban sus ojos verdes en la pieza del Adrián refugio del menemismo cuando caía la noche y ella me pedía que le contara qué cómo era eso de qué inútiles que son las palabras

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