Celebrar, pedir y agradecer en la fiesta de la Medalla Milagrosa
Miles de fieles se acercaron a la iglesia de la Virgen de la Medalla Milagrosa ubicada en Parque Chacabuco. En un ambiente con flores, agua bendita y canciones se encuentra el cura junto a ellos, fieles que esperan una bendición o, rezar y saludar a la Virgen en su día, el 27 de noviembre.
Tal como su nombre lo indica, Maria de la Medalla Milagrosa, convoca mucha gente por sus milagros dentro del ámbito cálido de la iglesia.Tres mujeres están emocionadas delante de la soga que separa a los fieles del altar; una de ellas, mientras llora acaricia la foto que tiene entre sus manos, en la que se ve una beba con un tubo debajo de la nariz.
“Se llama Xiomara y hoy está cumpliendo 9 meses, está viva gracias a la medalla de la virgen que la acompañó desde que nació con muchas complicaciones”.
Xiomara nació con hipertensión pulmonar y dos conductos en el corazón, enfrentándose a muchos altibajos, entre ellos con la gran cercanía de la muerte. Los médicos la dieron por fallecida 3 veces debido a que la niña no reaccionaba entre lapsos de 10 a 20 minutos; por lo tanto, éstos ya la habían desconectado, pero los rezos y la misma medalla milagrosa que la acompañaban en todo momento, la salvaron. Susana, su abuela, había hecho la promesa de llevarla a la iglesia ese día, pero como la beba continuaba con ayuda respiratoria, la situación se tornaba complicada y por eso sólo llevó la foto.
Los fieles llegan en grupos numerosos alrededor de las 18:45. Un grupo de monjas venían desde un convento de Constitución por segunda vez consecutiva, se quedaron durante toda la misa, recorrieron y participaron de la gran fiesta desarrollada con gran despliegue en el lugar..
La interminable fila para tocar la imagen de María rodea la iglesia y el colegio anexado a la misma, donde se realizó un buffet. Desde señoras que recién llegan de buscar a sus hijos del colegio hasta ancianos con sus bastones, forman parte de la larga espera, para poder tener cerca a la virgen y sacarle una fotografía o pedirle lo que necesiten.
En los alrededores, hay varios grupos de personas solicitando una contribución económica. Raul no encuentra trabajo y por eso vende almanaques en varias iglesias, entre ellas, la de San Cayetano. La gente, además lo ayuda dándole un poco de dinero para alcanzar el monto de $5.000, valor al que asciende el alquiler, más el mantenimiento de sus 10 perros y 4 gatos. Mientras él recorre las iglesias, su hijo del corazón cuida a sus mascotas. Raul espera poder conseguir un trabajo ya que su enfermedad no constituye para nada un impedimento.
Minutos antes de que comience la misa, una mujer se arrodilla frente al altar como sinónimo de ofrenda, mientras otra mujer llora y acaricia a su hijo, a ella, hace un par de meses le diagnosticaron una enfermedad en los ojos.
“gracias a Dios ya empecé el tratamiento y la agarré a tiempo pero me emocionó ver a la virgen, no sólo vine por mí, mi papá estuvo complicado de salud y me asusté también cuando él (toca a su hijo) se engripó y estuvo con fiebre. Pero ahora todo se solucionó, la virgen me ayudó siempre”.
Cuando terminó el momento de la comunión, el cura pidió un aplauso para la celebración ya que se habían entregado 10 mil hostias en todo el día. El coro empezó a cantar y todos aplaudían y cantaban felices. Eran las 20 hs y los visitantes seguían llegando. Se empezó a preparar el ambiente para la salida de la imagen de María que recorrería las calles del barrio.
Los chicos del grupo Scout empezaron a pedir paso para el camino donde pasarían los encargados de transportarla. Previamente, el cura bendijo a los fieles y luego la imagen empezó el recorrido. Una ola de aplausos arrancó y más de la mitad de la gente se fue tras de ella cantando y cerrando la celebración sagrada.
Firma: Yazmin Segovia.
