Convertirse en adulto en otro país

Micaela Cendra
Radar UAI
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6 min readNov 6, 2019

Como muchos extranjeros, Ilana y Bruna son dos personas que vinieron a la Argentina en busca de estudiar lo que aman. Dejaron absolutamente todo en sus países para empezar una nueva vida que les llevará a pertenecer en el país entre cuatro y siete años. Son conscientes de que es momento de convertirse en adultas.

Recorrido que hicieron Ilana y Bruna. Ciudad de México queda a 7388 km de Capital Federal y Matogroso a 1980 km (Créditos: Iara Flores)

Bruna bajó del avión aquella tarde del 2 de febrero del 2018. Miedo y alegría, esas fueron sus sensaciones. En su mente había solo un deseo, estudiar lo que ama y recibirse de médica dentro de siete años. En Brasil con ese mismo título la tratarían como un “Dios”; acá como un profesional más.

Es brasilera, tiene 20 años y hace dos que vive en Argentina. Estudia Medicina en la UBA desde este año. Comienza bastante tímida y tensa, parece no estar acostumbrada a que alguien la esté entrevistando. Estamos sentadas en los sillones de una conocida cafetería en la esquina de Av. Córdoba y Uriburu.

Sabe que ahora va a estar sola por siete años o más. Que es ella y nadie más. Sus padres ya no están a su lado. Desde Brasil la ayudan económicamente. Esa es su gran mochila, dar todo de sí porque depende de ellos. Es por eso que su rutina diaria es estudiar. Al principio el estar sola le generó bastante miedo.

“Antes quería estudiar ingeniería en Brasil, creo yo que porque mi papá es ingeniero. Ya estaba inscripta para arrancar, pero siempre amé el contacto con las personas, escuchar, hablar y poder entender qué necesitan”. Su prima estudió acá medicina. Después de varias charlas con ella, empezó a imaginarse como una médica y ya no obligada a seguir el mandato paterno.

Es bastante introvertida. Hasta que entró en confianza. Al principio se le iba la voz, luego pudo soltarse. Con el paso del tiempo pude darme cuenta que necesita de la contención de sus padres. Tenerlos un poco más cerca.

Ambas tuvieron que sacar la convalidación de su título secundario, ya que es un requisito formal para venir a estudiar a la Argentina. Bruna realizó el dni argentino, Ilana sacó la visa de estudiante.

Para Ilana su vida acá es bastante rutinaria. Es muy diferente a la que tenía en México. Primero porque es otra ciudad y no tiene a sus padres. Sabe que tiene que adaptarse a eso.

Nació en Ciudad de México. Tiene 20 años, estudia Ciencias de la Educación en la UBA, sede que está ubicada en la calle Puán. Hace cinco meses que vive en Argentina.

Ella es Ilana. Luego de un tiempo pudo mirarme después de estar estudiando por varias horas.

Manifiesta que sus padres siempre supieron que se iba a ir de México. Su hermano de 26 años también se fue a estudiar a Estados Unidos. Sigue los pasos de él. Primero iba a irse a Brasil por un emprendimiento. Una amiga la terminó convenciendo de que venga a la Argentina. “Estuve pensando mucho en el verano y después de dos meses decidí venirme”.

Es más desestructurada y extrovertida. A diferencia de Bruna le gusta vivir sola y con la ausencia de sus padres. Extraña más la comida que le hace su madre que a ella.

Según datos oficiales de la Dirección Nacional de Migraciones, desde 2017 hasta ahora más de 63 mil extranjeros entre 22 y 28 años se quedan de forma permanente en Argentina. Solo alrededor de 5 mil son estudiantes formales.

Bruna estuvo averiguando en otros países diferentes universidades. Llegó a la conclusión que la UBA en Argentina es la más prestigiosa y que justamente en Brasil ese no era el caso. Por el simple hecho de que acá te dan la orden de estudiar y aprender, allá solo te sentas a escuchar.

La Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) es una institución pública de educación superior, creada formalmente en 1822 y abocada a la enseñanza de las ciencias médicas.

Para ella es muy gratificante mirar para atrás y ver todo lo que creció sus padres estos años, me lo manifiesta con una sonrisa en su cara y sus ojos brillosos. Confiesa que no está en su zona de confort. Por más que le guste estar acá, no siente la misma comodidad que estando en su casa con sus padres. “Yo solamente vine a estudiar y hacer lo que amo”.

Ellos tienen su vida allá. Trabajan y mantienen a su hermano menor de 14 años. Sabe que es un período bastante largo y que ellos no pueden abandonar todo.

Entró en crisis y en pánico. Hace unas semanas tuvo parcial de anatomía. Estaba nerviosa, aún sabiendo que venía estudiando desde hacía meses. “Fue el momento en el que pensé en dejar todo y volverme a Brasil”. Sus padres lograron tranquilizarla. Es ansiosa, se nota que es una persona que quiere todo ya.

Ilana relata que su viaje fue bastante raro. Con muchas emociones encontradas. Tristeza y después alegría. Desde chica que viaja por el mundo. Está acostumbrada a vivir en otros países. Pero esta vez es diferente, tiene que pertenecer acá por cuatro años totalmente sola.

En México la despidieron sus amigos y familia. Cuando llegó a Ezeiza la esperaban unos amigos que conocía. Estuvo un mes sola. Vivía de casa en casa. La mamá vino después de unas semanas para poder ayudarla a buscar un departamento e instalarse.

Hace como un mes y medio le expresó a sus padres que no podía más y que quería regresar. Pasaron muchas cosas, una detrás de otra. Sintió que era demasiado estar sola, sumado a no tener la posibilidad de hablar con sus padres. Acá solo tiene a sus amigos. Sabe que no puede depender siempre de ellos. Asegura que podría haber regresado y que todo le sea más fácil. Pero era una forma de rendirse y eso no va con su personalidad.

Si sus amigos no viviesen acá, ella nunca hubiese pensado venirse a vivir. Son su sostén de cada día.

Ilana en la marcha del orgullo gay con sus amigas más cercanas. (Foto: Ilana)
Como ella relataba, esta con sus amigos viviendo la mayoría de las veces en su casa (Foto: Ilana)

Ninguna de las dos trabaja. Ilana tenía algo de plata ahorrada y ahora la usa cuando sale con sus amigos, pero la mayoría se lo dan sus padres. “Ellos me dijeron a mí y a mi hermano que nos iban a mantener hasta que terminemos la facultad”. Por una parte está buenísimo, pero por otra no tanto. Siente que ella no está haciendo nada.

Ambas coinciden en que no tienen miedo en el sentido de la inseguridad en la Argentina. Creen que hay que cuidarse y ser precavidas pero que eso no les impide dejar de hacer sus vidas diarias. Ilana comenta que Ciudad de México es muy grande y se vive diferente. Allá como acá dependiendo donde vivas es la delincuencia que haya, “el barrio de Belgrano es más seguro que Almagro”.

Bruna vivió hasta el año pasado con su prima. Actualmente comparte un departamento con otra compañera brasilera. “Cuando hablo con otros compañeros extranjeros, sentimos que somos una familia unida y nos ayudamos entre todos”.

Una vez se sintió incómoda cuando una ayudante de cátedra la expuso delante de toda su clase diciendo de forma despectiva “Por tu tono de voz supongo que sos brasilera”. La hizo sentirse distinta a los demás, aún sabiendo que había más extranjeros a su alrededor.

Luego de recibirse piensa quedarse un tiempo viviendo acá para devolverle a la Argentina todo lo que hizo por ella, pero sabe que en un futuro va a viajar por el mundo conociendo otras culturas.

Ilana todavía no sabe qué puede pasar en un futuro. Si se queda, Si se vuelve a México. No tiene nada decidido. Solamente sabe que quiere vivir el presente y disfrutar todo lo que más pueda, sabiendo que no está en su plena comodidad.

Ambas vinieron a estudiar lo que realmente aman. Lo están logrando. Luchan diariamente por mantenerse. No es simple, pero es una forma de también empezar a convertirse en adulto.

Micaela Cendra

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Micaela Cendra
Radar UAI

Estudiante Licenciatura en Periodismo en la UAI/ Productora en “Cómo es posible” por Conexión Abierta/ FP Urban 🎙📷 / “Equalia”