De estar preso a formar una familia: la historia de Cristian

Katherine Fernández
4 min readJul 11, 2019

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A los 17 años tuvo su primer condena de 9 años y 8 meses. Cayó preso en La Pampa y su adolescencia la pasó en una cárcel. Hoy congrega y tiene una familia.

Cristian junto a su familia

Cristian Ezequiel Córdoba tiene 35 años, una esposa y 3 hijos. Es ingeniero electrónico y todos los días asiste a una iglesia que queda a 6 cuadras de su casa. Toda su adolescencia la vivió solo, entre desconocidos y en un ambiente casi inhumano. Perdió cualquier tipo de propósito que tenía planeado para su futuro. Pero cuando veía que todo caía a su alrededor, encontró en Dios la manera de salvarse a si mismo. Su historia se la contó a Radar UAI:

-¿Te sentiste perdido en algún momento de tu vida?

-Si. En mi uso de razón, a partir de los 11 años yo tenia a mi papá que golpeaba mucho a mi mamá. En ese momento sentí mucho odio, creía que cuando sea grande me iba a poder vengar. Básicamente me fui llenando de odio. Un año mas tarde, empecé a salir a la calle. Me encontré con un montón de realidades. ¿Y que es lo que te da? Cosas totalmente fuera de lo común de lo que te puede dar una familia, como es el cariño, la contención, un abrazo. Eso hizo que a partir de los 13 años yo entrara a “delinquir” junto con pibes de 20 a 25 años. Me daba cuenta de que ellos siempre estaban bien vestidos, entonces un día les pregunte como hacían para estar así, a lo que me contestaron “Si vos queres estar como nosotros, tu costo es agarrar un arma”. Me acuerdo que me congelé al escucharlo. Pero yo era muy chico y acepté.

-¿Que momento sentís que fue el mas impactante de tu vida?

-Cuando murió mi hermano. Nos llevábamos tan solo 2 años: yo tenía 15 y él 13. La primera vez que salí preso de un instituto, Diego quiso hacer lo mismo que yo hacía. Y así fue que un día, la policía lo mató.

-¿Sabías lo que hacías y lo que estaba pasando?

-No, porque uno no sabe lo que hace pero piensa lo que pasa.

-¿Cuanto tiempo transcurrió para que te dieras cuenta de que algo estaba mal en ese momento?

-10 años. La mente te manipula en momentos así y te lleva a hacer un montón de cosas. Por un enojo, por un vacío, por un rechazo. Y vos pensas que hay gente que tiene 15 años de cárcel encima y sigue pasando el tiempo y no se dan cuenta de decir “Listo. Me arrepiento. Hasta acá llegué. Necesito cambiar”.

-¿Cuando decidiste cambiar tu vida?

-Enrealidad nunca tuve vida. Cuando decidí cambiar, fue porque quería vivir. Quería tener una familia, quería sentir un abrazo, quería sentir de que sí se puede. Toque fondo. Ahora yo puedo entender que estando dentro de un pozo, muchos me tiraron tierra para que siga en ese mismo lugar. Muchos me cortaron el teléfono, muchos me rechazaron, muchos me dijeron que me iba a pudrir en una cárcel. Hasta mi propio papá. Pero hoy pude entender que yo en medio de ese pozo era una semilla. Y de que cuanta mas tierra me tiraban, mas me estaba fertilizando para ser hoy la persona que soy.

-¿Qué o quién te ayudo a cambiar?

-Dios. Fue él, no hay otro. Porque todo lo que yo creía antes de encontrarlo fue lo que me llevo a pasar todo lo que pase. Lo pude comprobar cuando un 24 de diciembre del 2011, mientras seguía preso, por primera vez en muchísimo tiempo, me arrodillé y me puse a orar. Entre lágrimas, le pedí solo una cosa: si me daba la libertad, lo iba a servir hasta el último día de mi existencia. Fueron un par de semanas después que estaba en una visita con mi mamá y me llamaron urgente de judiciales. Me dieron un papel que exigía mi libertad inmediata.

-¿Qué importancia tiene hoy en día la iglesia en tu vida?

-La iglesia es el centro de mi vida. Si no la tengo, no estaría hablando con vos ahora. Hace 8 años que voy y todavía tengo que seguir cambiando un montón de cosas. Pero lo que pude aprender y sigo aprendiendo es que tengo que dejarme formar a la manera de Dios y no hacerlo a la manera que yo pienso.

-¿Quién o quienes son tus pilares hoy en día?

-La otra vuelta me hicieron una pregunta: “¿A quién pones en primer lugar, a Dios o a tu hijo?” y yo le contesté que a mi hijo. “Error” me dijo. Yo no entendía el por qué, entonces me explico que si Dios es el centro de mi vida y es el pilar de mi corazón, a mis hijos no les iba a pasar nada. Y ahí fue que aprendí otro principio.

Firma: Katherine Fernandez

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Katherine Fernández

Espacio creado para compartir entrevistas y notas de opinión propia. También textos de mi autoría. Gracias por leerme <3