Descripción: El paro que no fue en la estación de Ituzaingó

Juan Cruz Ramallo
Radar UAI
Published in
5 min readMay 2, 2019
Horario de trenes rápidos en molinetes de la entrada de Juncal

Por la ventana de la puerta del furgón de tren Sarmiento se puede visualizar la estación Ituzaingó. El tren va rumbo a once, cinco minutos son los que tarda en llegar de Padua a la estación que tenemos como destino. Son las dos y media de la tarde del martes 30 de abril y el tren se encuentra con poca gente, en el furgón son doce personas, cinco se paran para bajar. Cuando el tren frena en Ituzaingó son tres bicicletas las que esperan para subir, me dan paso para bajar y luego con orden suben uno por uno.

Estamos parados en la estación inaugurada el 4 de enero de 1874, cuando el pueblo pertenecía a Morón y tenía el nombre de Santa Rosa. Todavía no existía el partido de Ituzaingó, no hasta 1995. El nombre proviene de la batalla en la que las fuerzas argentinas, al mando del Gral. Carlos María de Alvear, vencieron al ejército del Imperio del Brasil, el 20 de febrero de 1827.

Es otoño y el cielo está nublado, el sol se intenta asomar de a poco pero no aparece, se siente humedad en el aire y un clima tenso por el paro, aunque la estación se encuentra a veintiocho kilómetros de la plaza de mayo donde se moviliza una marcha. La línea Sarmiento iba a ser la única línea de ferrocarriles que se iba a adherir al paro, pero el lunes por la noche decidió que sus funcionamiento sea normal.

En la estación hay poca gente, en la entrada de la barrera de juncal hay dos molinetes, la puerta está abierta, no hay ningún guarda. Sobre un molinete hay dos latas de cerveza, una Miller color dorada y la otra Andes de color verde agua. Las paredes azules están manchadas de grafitis y nombres, pero hay algo que llama la atención. Escrito con fibrón indeleble se encuentran los horarios del tren rápido, el cual sale de merlo parando en todas a morón, de morón rápido a liniers, y de liniers a flores parando en todas a once, el primer tren rápido sale a las seis menos diez, el último diez y veinte.

Dejo la barrera de Juncal en mis espaldas y veo la estación. Es central, en la izquierda frenan los trenes rumbo a moreno, a la derecha los trenes rumbo a once. Las barreras de Juncal bajan, viene el tren rumbo a moreno. Una familia se apura a cruzar para poder llegar.

Un vendedor espera para subir, tiene una pechera azul que en su espalda dice “Los reyes de la miga”, en su tupper transparente tiene triples de miga, le queda menos de la mitad y al subir al vagón grita “llego lo más rico y más esperado, triples de miga dietético a solo veinte pesos”, se escuchan risas de la gente. Con esa frase ya se los ganó.

El tren, que llevaba en sus vagones publicidad de Makro y no eran los tradicionales vagones azules y blanco, cierra sus puertas y sale dejando ver detrás la Av. Rivadavia, o también llamada Av. Néstor Kirchner. Detrás de la Avenida se aprecia la plaza San Martín de ituzaingó Sur. Dentro de la estación hay un poste de luz con un parlante. Detrás del mismo un árbol.

Hasta el momento la estación no tiene techo, este comienza luego del árbol. Las luces están apagadas, al final de la primer zona techada hay un quiosco el cual está cerrado. Pero antes hay cuatro carteles con publicidad: El primer cartel deja ver una publicidad de Gancia de un lado, del otro una de Telekino; El segundo cartel tiene publicidad de Claro y de la Universidad Siglo 21; El tercero de ambos lados marca publicidad de La Serenísima; y el último tiene una publicidad de Telecentro del lado de los trenes rumbo a once y del lado de los trenes a moreno una propaganda política de Movimiento Evita.

Cruzando el quiosco hay una escalera la cual lleva al paso peatonal subterráneo. El camino se divide por los baños. Los mismos dentro son limpios, están cuidados. Una mujer sale y pregunta, con un acento venezolano, si el andén de la derecha la lleva a morón, la respuesta es afirmativa.

Siguiendo se ubica otra escalera que guía hacia el túnel peatonal, hay cuatro molinetes, aquí si se encuentra el guarda. La gente que entra apoya la sube que marca dieciocho pesos con cincuenta centavos. Entra una chica con su hija y le advierte que no pase de la línea blanca del piso porque es peligroso. Delante hay un quiosco abierto, el quiosquero cuenta que el paro de quioscos es solo de aquellos que cargan sube, el dentro de la estación no lo hace, por eso no se adhirió hoy al paro.

El camino vuelve a dividirse por unas habitaciones donde hay espacio de los trabajadores de la estación. En el lado derecho hay tres ventanas, una está rota y los trabajadores decidieron taparla con madera. Colgada arriba hay una pantalla que marca que pasaron cinco minutos de las tres de la tarde, el próximo tren a once llega en nueve minutos y debajo en rojo hay un aviso “Por medida de fuerza gremial, el miércoles uno de mayo no habrá servicio de trenes”.

En la derecha se observa un edificio grande. Es la parte trasera del nuevo edificio de la municipalidad.

En veinte metros más termina la estación con 5 molinetes, se encuentran aquí dos guardas. Dejan pasar a una señora que muestra un carnet de discapacidad. Aquí no termina nuestro recorrido.

Bajamos al paso subterráneo peatonal por la primer escalera que encontramos, aquella que no tenía molinetes arriba. Bajando la escalera se aprecia un ambiente gris, oscuro. Al llegar abajo hay dos molinetes pero sin guarda, es el motivo por el cual dos jóvenes aprovechan y los saltan. Del lado de los molinetes hay una boletería con una fila de dos personas. En frente de la boletería se encuentra la segunda escalera mencionada donde sí se encontraban guardas trabajando.

Hay dos caminos, uno hacia la derecha que lleva a la municipalidad en la peatonal Eva Perón, el otro a Ituzaingó sur, cruzando por debajo de la Av. Rivadavia y terminando en la plaza San Martín. Las paredes son grises y tienen grafitis tapados, uno solo no se tapó y se encuentra al final del frío túnel, el mismo es verde y dice “Aborto Legal 8A”.

--

--

Juan Cruz Ramallo
Radar UAI

Estudiante de Periodismo en UAI. Socio de Boca Juniors. Juego al rugby en el GEI y vivo en Ituzaingó.