Festejos por el Día del Trabajador

Evento Organizado por Franco La Porta

Sebastian Carusone
Radar UAI
4 min readMay 2, 2019

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El organizador compartiendo actividades con los chicos

Mientras el reloj marcaba las 12:10, me senté en una silla de color amarilla y naranja, destinada al ejercicio en el playón ubicado en la esquina de El Zonda y Las Malvinas, el cual es utilizado para realizar gimnasia número 28 que esta a media cuadra sobre El Zonda por la escuela número 28 que esta a media cuadra sobre El Zonda.

Hay mucho movimiento, más de lo usual.

Niños de entre 7 y 10 años, divididos en dos equipos, juegan un partido de fútbol: uno con camiseta roja con rayas horizontales y el otro con camiseta verde con rayas diagonales; va ganando el primero.

Se sube un hombre bajo, vestido con una camisa color rosa y un jean desgastado a un escenario montado para la ocasión, comienza a hablar. Alaga, con su voz gruesa pero alegre, al arquero del equipo rojo, hasta que en ese mismo momento le hacen un gol. Se escucha como el equipo contrario lo celebra animadamente, mientras que el rojo decide cambiar de arquero: entra por el un niño de tez oscura, alto, con zapatillas negras y guantes color naranja flúor.

Comienza a hablar una señora de pelo rubio y una voz demasiado aguda por el micrófono, saluda a Franco La Porta, el ex candidato a intendente y actual concejal del municipio, quien es el organizador de este festejo por el día del trabajador.

Nuevamente el hombre bajo toma el micrófono y dice: “venimos a compartir un gran día peronista, un gran día del trabajador”.

Se comienza a escuchar una chacarera de fondo, muy movida. A su vez, al costado de la cancha, un grupo de 6 entre hombres y mujeres tocan el bombo.

Estos se desplazan hacia el medio del playón, la música se detiene, comienza un show.

Todos visten de la misma forma: pantalón y camisa negras, acompañados de su instrumento color rojo oscuro.

Enfrente de ellos, le hacen el apoyo moral gente vestida de gauchos y paisanas, con trajes muy coloridos y llamativos.

Una muchacha comienza a zapatear, se escuchan fuertes aplausos.

Ahora es el turno de los hombres: zapatean tres a la vez, se desplazan con mucha agilidad.

Hacia mi izquierda se observan todos los negocios cerrados y la plaza casi vacía, solo en la hamaca verde hay una nena morena, de menos de 5 años, acompañada por una señora.

Hacia mi derecha se visualiza una hilera de casas, todas de color ladrillo con distintos tipos de rejas, la calle llena de autos estacionados.

Ingresa un grupo folclórico al playón, dos parejas bailan una zamba.

Detrás mío, escucho como dos señoras hablan del baile, mientras que tres hombres comentan sobre algún partido de fútbol y que no llego a entender sobre que equipos.

La zamba sigue sonando, mientras los mas chicos corren hacia dos inflables coloridos que se encuentran al costado del escenario, por detrás de este, en la pared blanca que tiene pintado el escudo nacional, una mano haciendo el signo de la paz y una frase con la leyenda “ASOCIACIÓN CIVIL DE LA FAMILIA Y EL TRABAJO”. Frente a esto, se encuentra parado y observando el festival Franco La Porta.

Empieza a sonar otra chacarera, muchas de las personas presentes sacan sus celulares y comienzan a grabar.

Algunos comienzan a sacarse los abrigos, el día comienza a calentar con el sol del medio día. Sin embargo, hay un pequeño soplo de viento que mueve en los arboles las hojas teñidas de marrón por la llegada del otoño.

Sobre Las Malvinas, la calle que se encuentra a mi espalda, casi no circulan vehículos uno o dos con suerte. La gente sigue llegando, se acercan a observar a los bailarines, que se muestran muy concentrados en el baile.

Los minis jugadores de fútbol se van hacia a la plaza, unos solos, otros acompañados de algún mayor.

Se olfatea un repentino olor a locro, y entonces se escucha que anuncian la venta de este más empanadas fritas y chori panes.

Un niño se trepa al arco de fútbol, hace algunas flexiones de brazos, se resbala y cae el piso, se levanta, mientras sus tres compañeros se ríen de él.

Una señorita, que aparenta tener menos de 18 años, con una cámara, comienza a tomar fotos al equipo rojo.

Invitan a subir al escenario a la organizadora del grupo folclórico, quien lleva puesto un vestido largo con detalles de flores. Les agradece a todos y desea un feliz día del trabajador.

La mayoría de los presentes prestan atención, menos dos hombres, que se encuentran jugando con una pelota que tiene las letras YPF en color blanco.

De algún lado se surge un olor bastante desagradable, no sé de donde proviene.

Comienzan a repartir el locro en bandejas de telgopor, la gente hace fila para recibirlas y sentarse alrededor de mesas alargadas color negro.

El mal olor desaparece, y los chicos vuelven a jugar a la pelota.

Aparecen por los costados unos jóvenes con traje de Taekwondo, son cuatro en total. Llegan con maderas, una botella de agua y una paleta color rojo.

Suena otra chacarera de fondo, hay más movimiento que cuando llegué.

Se organiza un campeonato de fútbol para aquellos que quieran participar, solo deben ir hasta una mesita cerca del escenario, donde un joven vestido con jean y remera, los anota. La gente parece entusiasmada por esto.

Sube al escenario el coordinador de las artes marciales y brinda información sobre esta escuela ubicada en José C. Paz.

Se despeja el playón, se ubican los jóvenes con trajes blancos y cinturones negros. Comienzan sus demostraciones.

Son las 13:09, me suena el teléfono, atiendo y escucho una vocecita infantil que me dice “papi ya está la comida”.

Abandono el playón y me dirijo a casa para un almuerzo familiar.

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