Las dos caras del cine Argentino

celemazan
2 min readNov 20, 2019

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En la Argentina, salvo casos muy excepcionales, todas las películas tienen subsidio del Incaa. Producir un film para una industria y un mercado pequeño como los locales necesariamente requiere apoyos.

Pero no siempre los subsidios del instituto han estado destinados a apoyar proyectos que después el público premió con su presencia; más bien lo contrario. Basta recordar un dato expuesto por Inca: aunque el año pasado el 40 por ciento de los estrenos fueron de películas argentinas, sólo el 9 por ciento de los espectadores eligió ver alguno de los 130 films que produjo la industria nacional y, de ese total de películas, más de 50 tuvieron menos de 1000 espectadores y unas 20 no llegaron a los 200, aunque, como se denunció oportunamente, los fondos que el Incaa dedica a ese rubro no sólo son millonarios, sino direccionados en función de intereses.

Una encuesta sobre los jóvenes y el cine nacional, hecha entre Abril del 2018 y julio de este año a 1500 jóvenes de entre 16 y 25 años y presentada recientemente por la propia Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina, agrega datos interesantes al tema, ya que son muy pocos los espectadores jóvenes que se sienten atraídos por el cine nacional (el 50% de los entrevistados no vio ninguna película local y entre los que sí vieron, fue sólo una en todo el año), y una de las razones podría ser la falta de difusión, por un lado, y argumentos “divertidos”, por el otro.

Hoy es común hablar con personas a las cual le preguntas acerca de lo que opinan del cine argentino y te dicen que cine argentino no miran. Que es malo, es aburrido, es denso y sobre todo si es antigua, que la calidad es mala.

Cómo se hace para competir con un cine que invierte millones de dólares en producciones audiovisuales; cómo se hace para lograr una buena calidad de imagen y sonido, si ni siquiera se tiene suficiente capital para invertir en buenos equipos. El cine argentino surgió con profesores que estudiaron en Europa, por lo que enseñaron aquí el cine europeo, un cine con una narrativa más lenta, más reflexiva, con planos más lentos e historias más profundas.

Por esa razón nos encontramos con piezas audiovisuales lentas, densas, con planos que duran hasta más de tres minutos y no nos dicen nada. Sumado a todo esto, en la Argentina los dueños de la mayoría de cines que existen son de afuera, por lo tanto los filmes nacionales poco van a estar en cartelera, y siempre la ventaja la tendrán las películas de afuera.

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celemazan
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estudiante de periodismo Uai universidad abierta interamericana 🎥