Nota libre: Vecinos de Isidro Casanova reclaman a la policía más seguridad

Iara Camila Flores
Radar UAI
Published in
3 min readMay 16, 2019

En los últimos tres meses, una ola de veinte robos por semana sacude a los vecinos de La Matanza

El barrio San Carlos fue siempre uno de los más destacados. Ya sea por la calidad de personas que lo habitan, sus distintas clases sociales o los múltiples negocios que adornan las calles de una de sus avenidas principales, el clima ameno y placentero de un barrio silencioso que no tienen grandes lujos se hace notar en cada esquina o rincón de esta pequeña parte de La Matanza.

O por lo menos así era hace unos meses atrás, cuando el pánico de la inseguridad no habitaba en las múltiples casas, cuando la sombra de un barrio intranquilo no opacaba el bienestar de los vecinos y la hazaña de otros no interfería en la cotidianidad a la que estaban acostumbrados los oriundos de San Carlos.

Ahora la realidad es sumamente diferente, el barrio es víctima de al menos tres hechos de inseguridad por día. Uno de los últimos tuvo lugar en la vereda de la calle Llerena, donde una señora le cebaba mates a su esposo, mientras que este lavaba la camioneta con la cual sale todos los dias sale a hacer fletes. Este fue sorprendido por moto chorros armados quienes bajaron corriendo del transporte con el fin de llevarse su objeto de trabajo.

Afortunadamente, la operación fracaso. “Martín, mi hijo salió de casa con un balde de pintura que teníamos en el comedor y se los lanzo a los delincuentes” nos cuenta Mario, la victima del frustrado robo. “Si me robaban la camioneta me quedaba sin trabajo” agrego.

Ante los múltiples reclamos a la comisaria distrital 2da de San Carlos, el comisario Horacio Britez respondió mediante un mensaje: “Yo ya no soy parte del barrio, ahora vivo en un barrio cerrado de Ituzaingo”. Y luego agrego “No vivo en San Carlos, yo no hago favores”.

Estas respuestas se viralizaron al punto de llevar a los enfurecidos vecinos a auto convocarse en la sociedad de fomento local, para así marchar hasta la comisaria, la cual se encuentra a escasas cuatro cuadras. Las repercusiones de este pedido, llevaron a policías y vecinos a firmar un acta de compromiso para remover al ahora, ex comisario Britez y designar a uno nuevo, en conjunto.

En esta ultima semana, los vecinos instalaron una alarma vecinal como herramienta para ayudar a traer nuevamente la tranquilidad en las calles, donde repartieron pequeños botones con dispositivos directamente conectados a una señal que se emite a los distintos vecinos e incluso a la comisaria.

Poco es de creer que hace un año atrás, seguíamos viviendo en la calma y quietud que solían tener nuestros abuelos o los recientes de mayor edad, donde por la tarde eran mínimos los que se quedaban dentro de su casa a la hora de la merienda, ya que a cierta hora cada familia se dirigía con su silla y su respectivo juego de mate a la vereda, lugar donde pasaban la mayor parte de las tardes de verano, de primavera y alguna que otra rebelde de otoño. También esto era muy lindo en épocas festivas de diciembre, tanto en Navidad como en Año nuevo, al sonar las doce cada familia paseaba de casa en casa repartiendo “felicidades” a los vecinos, compartiendo alguna copa de sidra y restos garrapiñadas, budines y turrón que reposan sobre la mesa del comedor.

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