Sharif

De los deseos solo quedan las pestañas, una canción y un cajón con telarañas.

Y yo solo rindo frente a una copa vacía, tengo de compañía el silencio y su melodía.

Soy amante del derroche, despilfarro la alegría.

Tú siente y compara,dime quien te ampara, dime quien repara, cuando el miedo es el que te mira a la cara.

Yo voy con la esperanza del que todo lo ha perdido y así todo lo que viene es bienvenido.

Yo vengo y perdón si llegué tarde a tu chantaje, pero, me fui de viaje sin peaje a otro paraje.

El futuro era un país en el confín de la distancia, lejana nube gris en la ventana de mi infancia.

Y crecer era sencillo, todo tenía brillo, siempre había una princesa que salvar de algún castillo.

Nadie te cuenta que este cuento es un engaño, que todo es un invento pa que sigas al rebaño, que el tiempo pasa lento pero que vuelan los años, que crecer es aprender a desengaños.

Todos los días son arenas movedizas, un sueño que despierta mientras otro cicatriza.

Sólo éramos niños que crecimos enfadados, cantándole a la vida con los puños apretados.

Creo que la fuerza está en la mente, creo que el poder está en la gente.

El tiempo es insaciable, la vida es increíble, la muerte insobornable.

Creo, que el mundo es un recreo, que la vida es un paseo y no un trofeo.

Si ellos tienen las armas para controlarte, nosotros almas y el tiempo de nuestra parte.

No sé de política ni de derecho, sé de la química que late bajo el pecho.

Creo que se puede vencer al fuerte, tratar de engañar a la suerte, dejar de correr y temer a la muerte.

Creo que el coraje vence al miedo, el ahora al luego, el agua al fuego, el corazón al ego.

Y si la fe ya no me sirve mientras tanto, creo en el mártir no en el santo.

Por supuesto aún tengo mucho que aprender, hoy brindo por los errores que quedan por cometer. La vida es insistir, resistir, exprimir el elixir del existir. Llorar y reír, como el niño que atesora, porque nunca hubo más presente que el ahora.

Mi despedida, dedicada a la vida y a la muerte, a la saliva de mi musa y a la excusa de la suerte.

Dedicación a la razón que no razona, a la amistad que no traiciona,
a las personas de esta vida que sin olvidar perdonan.

Cuando ya no queda nada solo nos recuerdan las palabras, el tiempo es juez, en este juego de ajedrez, solo se vive una vez, pero se mueren demasiadas.

Es mi dedicación esto que canto a la alegría y al espanto a tos los corazones castigados por el llanto a la pena y al quebranto y a las flores que han crecido en el asfalto.

A la infancia en bicicleta que se ha ido, al amor correspondido y al amargo sabor de lo perdido.

Hay sitios escondidos en el corazón donde las palabras no hacen caso a la razón.

Con la mente despierta y los sentidos alerta, ni te compro ni me vendo en este mundo en oferta.

Conforme aprendo voy abriendo las puertas y cerrando las heridas de las vidas ya muertas.

Ya no reniego de lo que la vida enseña mi alma no se empeña a pesar de lo vivido, nunca me gusto hacer leña de, árbol caído.

Perdón si distraído desvarío entre el olvido y la memoria.

Voy, sin rumbo por la tierra redonda, yo y mi sombra, haciendo del camino mi alfombra.

Allá… mas allá de las palabras y el sonido, vamos a llevarte donde hablan los sentidos.

Viaje a lo desconocido, un boli y un papel el equipaje requerido.

Bébete esa lágrima traidora, que llora, huye de la tristeza que devora. Porque aún quedan auroras increíbles y bonitas en esta vida maldita que se evapora y que enamora.

Como el Sol soy libre, libre mientras mi corazón vibre. No creo en las leyes de los dioses de los cielos, porque todo lo divino de la vida está en el suelo.

Y si el ánimo del ánima está anémico, a veces las lágrimas son los mejores médicos.

Mi sangre espesa que se expresa y no sabe fingir, cuando te besa con el boli al escribir.

Me gusta cuando suave te derramas por las ramas de mi corazón, que es árbol y está en llamas, y ya jamás quiero saber nada de otras damas.

Dime todo lo que te provoco cuando te enfoque con el foco que se enciende si te toco.

Aquí arriba sólo hay piel y maquillaje, es debajo donde hace su trabajo el engranaje.

Y si quieres puedes ser como quieren que seas, un barquito de vapor yendo a favor de la marea.

Como un solista de jazz cuando improvisa así es mi estilo como una lagrima sin prisa.

Tu buscas fama mientras yo busco la calma y es que estoy hasta la polla de este circo de fantasmas.

Y los niños de mama juegan a ser delincuentes, quieren morder la fama sin tener aun los dientes.

Y esta va para los míos con la cabeza en las nubes, héroes sin nombre en el naufragio de los lunes.

Bébete el orgullo con doble de azúcar, pues la vida injusta imputa disputas que no desaparecen nunca. Pablo

Que más da el país donde uno nace, la tierra donde se yace, lo que importa es lo que hace el corazón cuando late y late fuerte.

Vaya donde vaya no olvido de donde vengo, sé que donde tengo el corazón tengo mi casa.

Disecciono mi autoestima en cada rima en la tarima, y cuando bajo de ahí encima soy polvo de arena fina.

Y es vivir para ver, compartir para crecer y tener en que creer para huir de enloquecer.

Yo, soy perfec-ta-mente im-perfec-to, en efecto, política-mente in-correc-to, el corazón mi único dialecto, solamente soy el arquitecto de mi templo.

No busques en mis letras lo que tu no tengas dentro, mi canto es puro y profundo cual quejido de flamenco.

Quiero escribir un verso inmortal, que se entienda sin lenguaje, limpio y puro como el sol sobre el paisaje. Quiero una frase que sirva de pasaje en este viaje
lejos del tic tac y su chantaje. Y te regalo una amistad siempre risueña
la verdad sin vanidad ni contraseña.

En algún lugar recóndito, la felicidad viaja de incognito.

Con esta pobre y vana pretensión, de pagarte con palabras las deudas del corazón.

Te quiero regalar un verso triste, una canción de amor para el amor que ya no existe. Mejor dejémoslo en empate, el amor se fue y ninguno pagó su rescate.
Lo malo es nostalgia y su debate, el corazón ya va mejor sólo me duele cuando late.

Todo lo que tengo es un papel y el eco de tus besos resonándome en mi piel.
Ya perdí mil primaveras y el orgullo por buscar en otros ojos la luz que tienen los tuyos.

Tantas palabras y crueles cicatrices y al final lo que más duele es el te quiero que no dices.

Siempre nos quedará una luna muda y el tibio escalofrío de los versos de Neruda.
Ante tus labios de carmín deja que brinde, por el amor y su motín, cuando el dolor al fin se rinde, créeme cuando te digo, que quiero que seas feliz aunque no sea conmigo.

Habito en este mundo que es empresa financiera, donde la vida vale lo que pesa la cartera.

Exageran la eternidad no siempre es duradera y hasta la felicidad tiene las alas de cera.

Será que todo tiene un precio en esta esfera donde el hombre mata al hombre en nombre de una bandera. Yo soy un pobre escritor que canta a su dolor,
el tiempo es mi doctor y la música mi enfermera.

Querrán cortar tus alas, que no te eleves, pero, nada importa si el corazón se mueve.

Querrán q te arrepientas por todos tus pecados, venderte la libertad y que la pagues al contado.

A mí no me interesa lo que me venda la tele, yo no pierdo los papeles por coronas de laureles.

Aquí el mundo gira, a lomos del dinero, el aire que respiras tendrás que pagarlo luego, ciegos por el ego y por el brillo de ese fuego, donde no encuentra sosiego el corazón huye del miedo.

Que no te engañe una fachada reluciente, que lo único que importa está debajo de la piel.