¿Renovar o preservar los géneros periodísticos?

Jorge Tirzo
Re-apre(he)nder el periodismo
4 min readOct 31, 2014

Soy de los que cree que el canon periodístico debe renovarse profundamente. Los géneros actuales (el reportaje, la crónica, el perfil, la columna) obedecen todavía a necesidades propias de la era del papel, de la “Galaxia Gutenberg”, como diría McLuhan. Sin embargo, las dinámicas comunicativas actuales piden otro tipo de narrativas que no siempre encuentran respuesta en las viejas estructuras.

Por Jorge Tirzo

Publicado originalmente en El Toque

Hace poco, mientras yo hablaba sobre la hibridación y experimentación genérica, me topé con un contraargumento interesante: Hay quien cree que el canon de los géneros periodísticos debe aprenderse, dominarse y preservarse, para después poder hacer cosas nuevas. Hasta después. “Como Picasso que aprendió el canon para luego cambiarlo”. Sin embargo, creo que ese ejemplo puede echar luz sobre los cambios que experimenta ahora el periodismo.

Hasta el siglo XIX, buena parte de los artistas (escritores, escultores, pintores) operaban bajo el paradigma del realismo. Muchos obtenían fama y fortuna dominando técnicas que acercaban sus representaciones lo más posible a la realidad. Un buen pintor de retratos era aquel que -retoque mediante- lograba mostrar de manera fidedigna la figura de una persona. Un buen escritor era el que aglutinaba todas las voces de todos los sectores en esas kilométricas novelas sociales. Luego todo cambió.

Innovaciones tecnológicas como la cámara fotográfica y el cinematógrafo ocasionaron que buena parte de esos artistas realistas se quedaran sin empleo. ¿Para qué gastar grandes sumas de dinero y de tiempo posando para un retrato al óleo si se pueden conseguir resultados similares con una fotografía en menor tiempo?

Aunque el arte realista continuó teniendo sus adeptos, es imposible negar que el consumo masivo de productos realistas se volcó a este tipo de tecnologías.

Los artistas quedaron en cierta forma libres. Ya no era imprescindible que los productos artísticos fueran realistas, así que dejaron la función mimética y comenzaron a explorar vías expresivas abstractas y conceptuales. Las vanguardias históricas de inicios del siglo XX son en parte una respuesta a esta búsqueda de una nueva razón de ser para el arte.

Los ready made de Duchamp, el expresionismo abstracto de Pollock y el cubismo de Picasso son mutaciones estilísticas y genéricas que pudieron darse gracias a este divorcio entre el arte y el realismo.

El periodismo de inicios del siglo XXI vive una crisis existencial similar a la que vivió el arte cien años antes. ¿Cuál es el sentido de una nota informativa redactada por un periodista en tiempos en que cualquiera puede tuitear una conferencia de prensa o subir una fotografía de una noticia de último minuto?

Creo que algo así debieron preguntarse todos esos pintores de retrato que súbitamente vieron su oficio transformarse por las innovaciones tecnológicas. Está de más decir que a los primeros fotógrafos nadie los llamaba artistas. Existía el prejuicio de que no hacían más que presionar un botón. ¿Suena familiar con lo que ocurre en estos tiempos?

Para algunos, la posibilidad de que millones de personas publiquen información en Internet es un riesgo y una pérdida de tiempo. Así como a la fotografía le llevó décadas posicionarse como un medio valioso para contar historias, creo que a las imágenes publicadas en tiempo real en redes sociales, o a los flujos colectivos de información también les llevará tiempo. Sin embargo, los periodistas podemos ver esta situación más como una oportunidad que como un riesgo.

Los periodistas nos hemos liberado un poco de la obligación de ser quienes capten la información de último minuto. En realidad se ha vuelto algo opcional (altamente recomendable, pero finalmente optativo). Si un medio deja de asistir a las ruedas de prensa, seguro que alguien subirá el boletín a la red, o el video de la charla, o algunos asistentes tutearán el evento, o simplemente se contactará a los organizadores por vía electrónica sin importar el lugar geográfico.

Hace un siglo, los Van Goghs, los Dalís y los Picassos pudieron elegir pintar cuadros realistas, pero en vez de eso decidieron experimentar en otras vías expresivas. Si una cámara fotográfica pintaba un retrato exacto en unos segundos, un cuadro surrealista pintaba el complejo universo de la mente humana. El arte ganó en profundidad conceptual en vez de en forma.

El periodismo está en pleno proceso de renovación. La vanguardia está experimentando con narrativas transmediáticas, flujos sociales, narrativas en tiempo real, curaduría de contenidos, visualizaciones interactivas de datos y muchas otras cosas. Son la versión periodística de los ready made, el collage dadaísta, los cadáveres exquisitos surrealistas y la escritura automática. Cada quien elegirá si seguir pintando paisajes o atreverse a explorar.

Originally published at eltoque.com.

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