Reutilización, una oportunidad que no podemos permitir pasar por alto
Reutilización, una palabra que en los últimos 50 años de nuestra evolución como sociedad, hemos visto etiquetada de antigua, obsoleta o del pasado; Una cosa de países que no pueden permitirse un consumo alto, visto por parte de los empresarios como un freno al consumo y el incremento de ventas y el crecimiento económico. El monouso y la conveniencia se unieron en un poderoso dúo que ha hecho que la industria de los envases haya hecho -casi- desaparecer los envases reutilizables o los sistemas abiertos de reutilización. Por suerte, antes de que acabaramos con la reutilización de la faz de la tierra, el monouso nos enseñó su cara menos amable… que él, no desaparece. Ya sea plástico, cartón o vidrio. Se va a quedar ahí, por muchos muchos años.
El principal enemigo de la contaminación de los Océanos, no es el plástico, sino el monouso.
Con la evidencia del mal funcionamiento de los sistemas de reciclaje alrededor del mundo y de la clara presión para encontrar soluciones a la crisis de los residuos, la reutilización vuelve a aparecer como una opción en la hoja de ruta del futuro de muchas marcas de gran consumo así como comienzan a aparecer nuevas propuestas emprendedoras que, aprovechando la afluencia y bajo coste de desarrollo de la tecnología así como el cambio a nuevas formas de consumo basadas en el uso y no la propiedad, están apostando por la reutilización como su modelo de negocio.
Por qué la reutilización es la solución
La imagen superior muestra las tasas de reciclaje de diferentes tipos de envases utilizados para bebidas. De izquierda a derecha vamos de un envase de alta calidad y reutilizable -botella de vidrio reutilizable- hasta la derecha de todo donde nos encontramos un envase de un solo uso muy ligero y que ha ganado mucha popularidad en los últimos años, el pouch. La línea que cruza de izquierda a derecha el gráfico nos muestra el reciclaje real (cantidad de envases que son convertidos en materia prima para otro uso) de cada uno de los diferentes envases. Como vemos, pasamos de unas tasas de reciclaje del 90% para el vidrio retornable a unas de casi el 0% -si no fuera por Terracycle- en el caso del pouch. Y algunos diréis, el pouch tiene un 97% menos de material que el envase de vidrio; correcto, no os falta razón, pero todos los análisis de ciclo de vida de envases muestran que los envases reutilizables ganan a los de un solo uso una vez son reutilizados X número de veces. El problema es que por mucho que mejoremos el diseño de este pouch para hacerlo “más reciclable” su reciclaje práctico (más sobre esto en otro post) será siempre el mismo… casi nulo. Para la industria del reciclaje el coste que supone recuperar el material de este pouch y convertirlo en otro producto es mucho mayor que el valor de venta, no sale rentable y por consecuencia jamás podrá ser reciclado.
Curiosamente, si en el gráfico anterior trazamos una línea representando la satisfacción a nivel de usuario que supone cada uno de los envases, esta también se parecería mucho a la del reciclaje efectivo. Las consecuencias negativas de los envases de un solo uso son principalmente: una peor experiencia de usuario y una mala reciclabilidad.
A día de hoy una de las razones por los que las marcas no quieren invertir en desarrollos de propuestas de reutilización es porque el envase es un coste dentro de su modelo de negocio, la estrategia desde que el envase pasó a ser un coste en lugar de un activo ha sido de reducir su coste al máximo, reducir el coste para poder incrementar márgenes en el producto. Si volvemos a la reutilización, el envase pasa a ser un activo de la empresa, un símbolo… Aunque de entrada el coste de fabricación de ese envase sea mayor, se puede diseñar de tal forma, que la experiencia de usuario sea diez veces mejor que en el envase de un solo uso y que la calidad y diseño de ese envase lo hagan tal que el consumidor quiera mostrarlo de forma activa cuando está siendo utilizado. Una vez vacío simplemente se devuelve, se entrega o se guarda y a reiniciar el ciclo. Con un envase reutilizable estamos ofreciendo nuestro producto no solo de la forma más responsable medioambientalmente sino que además lo podemos hacer por el mismo precio a través de la amortización del envase y eliminamos las consecuencias negativas de los envases de un solo uso: mala experiencia de usuario y residuos.
Reutilizar… o pagarlo entre tod@s
Pero seamos sinceros, ¿quién en este mundo va a caminar 100, 200 o incluso 25m para devolver envases vacíos, aunque estos sean los más bonitos del mundo?
Realmente no podemos negar el hecho de que hay una cosa en la que los envases monouso ganan: comodidad.
El hecho de que en cualquier momento puedes ir al supermercado y comprar un producto envasado, sin pagar ningún extra por el envase, disfrutarlo al momento sin preocuparte a donde va a terminar ese envase… Todo eso es muy muy práctico… Pero ¿a qué precio? Según The Ocean Cleanup y Deloitte, a España el coste de los residuos que escapan los sistemas de gestión de residuos puede llegar a suponer 1,6 billones de dólares al año.
El coste de gestión de residuos que escapan los sistemas de gestión de residuos en España puede llegar a ser de 1,6 billones de dólares.
Nos hemos acostumbrado tanto al modelo de usar y tirar que a día de hoy parece que hablar de reutilización sea imposible. Pero las modas vuelven, lo único que tenemos que hacer es darle la vuelta al concepto de la reutilización adaptarlo a los tiempos en que vivimos y crear experiencias que sean tan enriquecedoras que lo quieras en envase reutilizable.
Tecnología y redes, nuestro gran aliado
La digitalización de nuestra vida puede ser el gran caballo de troya para acabar con los envases monouso. El cambio en hábitos de consumo, pasando de una economía de posesión a una economía de servicios, dan oportunidad a la creación de nuevas formas de consumo colaborativas que, incentivadas de forma correcta, pueden hacer funcionar sistemas de reutilización en varios sectores y la aparición de un nuevo sector del packaging, el especializado en la reutilización. Ahora pasaré a describir los dos formatos en los que la reutilización puede presentarse.
Circuitos Cerrados
Seguro que la mayoría de vosotros habéis ido a una fiesta popular, festival o feria donde en lugar de ofrecer vasos de un solo uso, los organizadores tienen un sistema donde para pedir una bebida pagas el precio de la bebida, más un depósito de, normalmente 1€, por el uso de un vaso el cual es retornable; Una vez retornado te devuelven el dinero. Este sistema es lo que se denomina un Closed Loop (Sistema cerrado) el consumo de los productos que necesitan de envases siempre tiene lugar en una área limitada y controlada. Aunque en festivales es una práctica muy habitual, es sorprendente no verlo también en exhibiciones, hospitales y otro tipo de espacios donde los envases de un solo uso son muy comunes. Cafeterías de hospitales, estaciones, aeropuertos o museos todos podrían reducir sus residuos de forma drástica implementando sistemas de depósito. Un sistema cerrado es un sitio ideal para implementar una solución de reutilización, las principales razones son:
- Mejora de la experiencia de usuario
- Creación de marca
- Reducción de costes
Si le sumamos la pata de tecnología, aún se pone más interesante. ¿Os imagináis pagar 5€ más a la entrada de una feria para que te dieran una botella de agua reutilizable, poder dejarla en cualquier estación de hidratación cuando te hayas cansado gracias a tecnologías como el RFID, recuperar los 5€ en tu cartera digital del evento y en cualquier momento poder coger otra botella de agua llena en otra estación y hidratarte?
Sistemas cerrados + Reutilización + Tecnología
Un trío ganador para el futuro de las marcas y del Planeta.
Circuitos Abiertos
Otro aspecto muy diferente son los circuitos abiertos, por estos se entiende cuando tú compras un producto que viene con un envase pero lo consumirás en otro momento y/o en otro lugar. Dentro de esta categoría estarían:
- Alimentos envasados
- Bebidas
- Comidas takeaway y delivery
- Cosmética y cuidado del hogar
- Productos eCommerce
El principal problema con todos estos productos es que cuando son vendidos al consumidor, no podemos saber qué va a hacer el consumidor con ellos; es por eso que las marcas de gran consumo decidieron eliminar los envases retornables de nuestra economía hace 30 años (pequeño anexo en el artículo)
Tal y como he contado pero, tenemos que repensar la forma en que estos productos son envasados y crear los sistemas adecuados para que los envases sean recuperados.
Tal y como esquematiza la fundación Ellen MacArthur Foundation en su libro Reuse, los modelos de reutilización se pueden clasificar en cuatro categorías:
- Rellenado en casa: Los recipientes reutilizables son rellenados en casa, ya sea porque son comprados en una tienda ya rellenados o porque llegan rellenados a tu casa a través de una suscripción.
- Retorno desde casa: El usuario devuelve desde casa los contenedores vacíos que son intercambiados en ese momento por otros de llenos.
- Rellenado en tránsito: El usuario llega con el envase vacío al establecimiento que tiene los productos preparados para ser servidos en los contenedores que trae el cliente.
- Retorno en tránsito: El usuario del sistema puede devolver el envase vacío en cualquier establecimiento de la ciudad o en cualquier punto de entrega.
Dependiendo del tipo de producto que estés vendiendo, tu estrategia de reutilización puede gravitar hacia un tipo de solución o otra. También puedes combinarlas para ofrecer más flexibilidad. Entraré en más detalle en cada una de las estrategias así como ejemplos en futuros posts.
Llamada a emprendedor@s
A las grandes empresas les cuesta muchísimo virar y crear nuevos modelos de negocio o de consumo, somos normalmente los emprendedorxs los que nos decidimos a tirar hacia delante con una nueva idea que lo va a revolucionar todo. Realmente la reutilización abre una puerta tremenda a nuevas formas de innovar en como nos relacionamos con el packaging y los usos que a este le damos. En los últimos años ha habido una gran tendencia de tecnologizar el packaging de un solo uso, pero como he explicado en el principio, la indústria del packaging se ha enfocado en reducir costes, así que implementar tecnologías estilo RFID o NFC supone una subida de coste casi imposible de asumir para cualquier marca.
Por contra, el packaging reutilizable pasa a ser un activo de la marca o del proveedor del envase con lo que añadirle tecnología para trazabilidad, recolección de datos de impacto o para personalizar la experiencia del usuario o las necesidades individuales pasa a ser una posibilidad.
También se abre toda una nueva ventana de oportunidades en lo que a diseño de packaging se habla. Hasta día de hoy, todas las opciones de envases reutilizables para comida preparada o para café habían sido diseñado con la venta final a un consumidor como objetivo. Con la aparición de los negocios de packaging como servicio, nuevas necesidades de tipologías de envases y de requisitos aparecen.
Las oportunidades son infinitas, y estamos solo viendo la punta del iceberg de lo que será una de las revoluciones más importantes en el gran consumo. La conveniencia y la economía circular como drivers principales, ponemos al usuario en el centro de la ecuación; sSolo tenemos que hacer encajar todas las piezas del puzzle para hacer, de nuestro futuro algo que valga la pena vivir y no un vertedero.
Apéndice
Historia de la reutilización
Según me cuentan mis padres y abuelos, antes de los 80 todo iba en envases reutilizables, era lo más normal del mundo tener que rellenar tus bidones de vino en la bodega, comprar la carne en una fiambrera o llevar un cesto para las verduras. En España incluso teníamos un sistema de retorno de envases con fianza, según leo y me cuentan se le llamaba el casco, y se utilizaba sobretodo para las botellas de bebidas, especialmente La Gaseosa.
A diferencia que nuestros colegas europeos del norte, en España se creó el Sistema Integrado de Gestión (SIG) y se promovió por parte de las embotelladoras, la transición a un sistema único de un solo uso sin opción a convivencia con un sistema de retorno de envases incentivado por parte del consumidor. De esta forma se relega la reutilización al sector HORECA, donde los bares y restaurantes aún disfrutan del sistema de depósito y retorno de envases.