Un hogar donde florecer

Ivety Almanzar
Recoge una Sonrisa
Published in
2 min readMar 17, 2022

De vista a la calle siempre hemos sabido que existen niñas que son abusadas sexualmente y que muchas corren con la suerte de ser escuchadas y en ocasiones reciben ayuda, pero la realidad de la gran mayoría de niñas dominicanas de barrios y sectores vulnerables, es que no cuentan con la orientación y ayuda que necesitan ni de parte de la sociedad y muchas veces ni departe de la misma familia.

Al visitar el Hogar y conocer la realidad de lo que viven a nivel administrativo y lo que tratan de lograr con las niñas es desgarrador y te puede llenar de impotencia el saber que las autoridades no están haciendo lo suficiente por las niñas a las que ya el sistema les han fallado tantas veces y no les puede devolver ni un poco, ahí es donde el servicio que ofrece el Hogar y todo su personal es tan notorio y necesario.

Entre lo mucho que vimos e impactó fue la sonrisa de las niñas, ellas estaban jugando y hablando, no te imaginas todo lo que pudieron vivir y las secuelas que están dejan, así como la impotencia de también saber que quienes se supone les deben de ayudar, amar y proteger no lo hicieron.

El hogar ofrece seguimiento a las niñas y familiares aun después de terminar el proceso, que suele durar dos años y seis meses aproximadamente (aunque muchas pueden durar un año). Entre el seguimiento que se les ofrece está la ayuda psicológica (muchas hasta hasta necesitan ayuda psiquiátrica) .

Da rabia el ver cómo este tipo de instituciones solo cuentan con un presupuesto limitado, con donaciones o apadrinamiento, teniendo en cuenta el trabajazo que hacen, luego vemos instituciones, políticos y demás que cuentan con un presupuesto enorme, pero no vemos en que se gastan el dinero y día tras día nos siguen cobrando impuestos, o creando nuevos.

Este tipo de instituciones no debería de existir, pero lo hacen. No deberíamos tener un índice de un 200% de abuso a niñas solo después del inicio de la pandemia. No se debería de regatear un presupuesto para que las niñas reciban educación, comida, y tratamientos psicológicos. No debería de pasar, pero pasa y por eso debemos de hacer todo lo que esté en nuestras manos para cambiar esas realidades.

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