Lo importante y lo urgente

Aldo Plouganou
Recuerdos del futuro
4 min readJan 23, 2023

Hace un año decidí que iba a empezar a escribir de esta forma otra vez, “bloggear” porque me digo que necesito aflojar las manos, porque me hace bien organizar las ideas o las preguntas; pero sobre todo, porque la misión de enfrentarme, destruir y pulverizar el pudor con mi escritura por fin dejó de ser importante y se volvió urgente.

Es tan importante esa lucha que encontré la forma de ir tarde trecientos setenta y pico días con el asunto. Enrulando las palabras que coqueteaban con ver si hoy sí, si esta vez sí me metía a escribir, conecté ese deseo con un descubrimiento reciente. Hace tres días en el medio de una cena con gente querida me di cuenta –como esas cosas que caen de la nada, esos chistes que hacen reír muchas horas después o esas lecciones que uno comprende años después de cursar una materia–, que si te quiero, voy tarde y te debo algo, es en toda medida involuntario pero completamente consistente. Lo descubrí ahí porque de la forma más aleatoria recordé que dejé plantada a una amiga a la que le prometí que le llevaría mi libro firmado a su oficina al día siguiente, hace seis meses… Después de reír un poco de mi olvido, caímos en cuenta con la gente que cenábamos que de hecho llevaba un tiempo similar con la misma deuda pero con ellos…

Ríendo fuerte, me fueron cayendo una lista de deudas que tengo con gente importante: un mensaje que no le he respondido a un primo desde el viernes, un mensaje de voz de año nuevo que no he abierto, la escucha de un podcast de mi mejor amigo, ver a mi tía, llevar a mi mamá al cine, jugar un videojuego post apocalíptico con mi hermano, tomar un feca con un amigo músico al que admiro muchísimo, leer el guión de un amigo. Y posta, les juro que podría seguir un párrafo largo más, todo lo anterior son la punta del iceberg.

Sería fácil sentarme acá, desde la comodidad del quinto piso y culpar al capitalismo tardío, a sus dinámicas de poder, a su pésima distribución de los recursos a la conocidísima tendencia de las estructuras laborales a remediar todo demandando más y más y más de su fuerza laboral; no faltaría a la verdad pero no es lo único que pasa… Hay algo que hago mal yo, la verdad es que no tengo la respuesta completa sobre por qué me pasa pero he descubierto que aquí la fuerza que me antagoniza es lo urgente. Como este año de retraso a la decisión de regresar al blog, todo lo que es importante en mi mundo, en mis intereses, objetivos y deseos, me es muy importante así que va tardísimo.

Si despertamos para lo importante por qué hicimos de nuestras vidas occidentales un ritual cotidiano de lo urgente. La fama, el reconocimiento, el viral; hijos pródigos de la urgencia. Quizá algo no nos quiere felices y por eso lanzó un hechizo para poner lo urgente a impedir lo importante. De alguna forma este conflicto está en todo, como en la sanidad de un vínculo amoroso, si hay que resumir la premisa para lograrlo es básicamente encontrar una forma de lograr lo importante en el medio de lo urgente de cada día –recibirse con cariño, escuchar al otro, entenderse, hacerse reír, hacer el amor, construir intimidad. Tal vez inventamos lo urgente para distraernos un poco de las cosas importantes que nos dan miedo, como la muerte y sin querer terminamos obnubilados como palomillas rebotando frente al foco de luz.

También es posible que el problema no sea colectivo y sea sólo mío. Con lo urgente todo va joya, estoy en este instante una semana adelantado con la mayoría de las cosas urgentes y en algunos casos hasta 5 meses, no es joda… Mientras escribo esto tengo perfectamente claras las próximas tres cosas urgentes que voy a resolver en tiempo y forma. Por eso decidí hace 30 minutos que este año de retraso para lograr estas letras se había convertido en una urgencia –y justo así sí las escribí, ahora de pura bronca con lo urgente voy a borrar esta entrada y postergar un año más… Es broma pero me da bronca en serio.

Bueno, me voy porque ya empieza a urgir hacer esas cosas que les decía. Sólo quiero reconocer como última idea lo mala idea que es bloggear en 2023, ya era malísimo la década pasada, ahora se siente como abrir una tienda de cacería de mamuts o una refaccionaria de carrozas. Y sí, tengo una debilidad por las cosas a barlovento; pero bueno, por lo menos queda la certeza de que voy a escribirlas porque se siente importante hablar de eso y no urgente.

An airplane flying low, behind a fluffy fragmented cloud refracts the orange of the sunset making a contrast of the intense blue in the sky. Un aeroplano volando, detrás una nube acolchonada pero fragmentada refracta la luz del atardecer contrastando con el intenso azul en el cielo.
© Plouganou (2022)

--

--

Aldo Plouganou
Recuerdos del futuro

Cineasta argentino-mexicano. No puedo vivir sin escribir, duermo con la persiana abierta para ver el cielo y mi patronus es un Daniel Ravinovich.