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Las cosas que nos conectan

Chic Casillas
Vida y redes sociales
5 min readOct 2, 2015

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Este post nació del comentario que hizo un amigo sobre mi actividad en Snapchat. Ayer en la noche, a falta de cosas interesantes que compartir, decidí platicarle a mis seguidores que usaba muchas cobijas en mi cama. Y es que uso muchas, exagerado. Actualmente uso 6 y de las gruesas. Como sea, ante ese snap mi amigo comentó lo siguiente: “¡Cuando vi eso dije, ya lo perdimos!”

Yo soy una persona un poco insegura y ante un comentario así, en otro momento hubiese cerrado de inmediato mi cuenta de Snapchat. Al menos hubiese borrado ese snap y poco a poco habría dejado de snapchatear tanto por miedo a seguir cometiendo ese tipo de errores y generar esas reacciones. Sólo que esta vez no fue así. Esta vez simple y sencillamente me di cuenta de que yo entendía algo que mi amigo no.

La verdad es que no creo que me hayan perdido. Al contrario, yo más bien creo que me encontraron.

Les voy a explicar porqué. Hace poco me di cuenta de algo nuevo. (Yo y mis revelaciones espontáneas.) Me di cuenta de que mis verdaderos amigos son aquéllas personas de las que conozco más detalles. Mis cuates, en cambio, son aquéllas personas con las que salgo y me la paso bien, pero de las cuáles sé muy poco. Tengo cuates con los que salgo y me divierto muchísimo. Pero generalmente esos ‘dudes’ son gente a la que no conozco tanto. No conozco a sus familias, no sé el nombre de sus perros, no tengo ni idea de qué apodo tenían a los 12 años y mucho menos sé de qué es lo que más se arrepienten en la vida.

En cambio, sé todo sobre mis verdaderos amigos. Bueno, a lo mejor no todo, pero definitivamente conozco muchos más detalles de mis amigos que de los que sólo son cuates. No quiero decir todo lo que sé de mis amigos porque muchas veces esos son detalles privados que no comparten con todo el mundo. Así que yo no soy nadie para compartírselos a ustedes. Sin embargo, hay veces que conozco tan bien a un amigo, que casi puedo predecir cómo va a reaccionar ante algo.

Seguro les ha pasado. Cuando conocen muy bien a alguien, sienten que pueden leerle el pensamiento. Sienten que con una mirada pueden hacerle entender que están incómodos y ya se quieren ir de la fiesta. Yo sé cuando mis amigos estén tristes y porqué sin que ellos me lo tengan que decir. En cambio mis cuates, ¿qué más da? Yo sé que me han dicho qué estudian o dónde trabajan. ¿Qué más necesito saber de ellos? A veces los cuates se pueden convertir en amigos, una vez que conocen suficientes detalles sobre ti y tú de ellos.

Al final, los desconocidos son personas de las que no conoces ningún detalle.

De cualquier forma, los detalles hacen la diferencia. No sé porqué. Tal vez porque los detalles son los que nos hacen ser quienes somos. Entre más detalles conozcas de una persona, más crees conocerla y por lo tanto te es más fácil empatizar con ella. En otras palabras, entre más detalles conozcas de una persona, más fácil te será entenderla y quererla. Sólo estoy especulando respecto a eso. Lo que sí creo es que los detalles son los que nos hacen únicos e irrepetibles.

Las redes sociales supuestamente sirven para conectarnos con otras personas a distancia. Se presume que uno de sus propósito es hacernos sentir más cerca de otros. Lo curioso es que desde mi perspectiva, eso no sucede en la mayoría de los casos. La gente está adoptando las redes sociales para compartir únicamente las cosas que le parecen relevantes de su vida, como las bodas, los funerales y las graduaciones. Pero pocas veces comparten esos detalles de sus vidas que se convierten en ‘chistes locales’ o ‘chistes entre amigos’. Seguramente sólo mis amigos se reirían de unas áxilas europeas, o de un elote.

Otros, en cambio, usan las redes sociales para promocionar su trabajo o para ‘venderse’. Cuando digo venderse, me refiero a que utilizan las redes sociales para mostrar únicamente su mejor cara a los demás. Instagram está lleno de las mejores ‘selfies’ de la gente. A veces ni se parecen en sus fotografías, pero esa es la imagen que quieren que los demás tengan sobre ellos. Suben únicamente las fiestas en las que se la pasaron increíble o el hotel en Nueva York en el que se hospedaron. No estoy diciendo que eso tenga algo de malo. Sólamente estoy diciendo que eso no contribuye a conocer más a una persona.

Todos conocemos a esas personas. Todos hemos sido esa persona alguna vez. Yo no puedo evitar reirme de las fotos de mis amigos donde se editan para verse más delgadxs o tener la piel perfecta. Tampoco puedo evitar reirme de las personas que sólo publican algo cuando están de viaje en Europa. Para mi es muy obvio lo que están haciendo. Están fingiendo. Están actuando para ‘las cámaras’ o en este caso para las redes sociales. Se vuelven un tanto falsos y pretenden ser algo que no son.

Obviamente, así es imposible conocer a la gente y relacionarse verdaderamente con ellas. Lo que ‘conocemos’ es sólamente lo que les gustaría ser, o lo que les gustaría que otras personas pensaran de ellxs. No quiero decir nombres pero tengo amigos que manejan tan bien su imagen en redes sociales, que terminan decepcionando a la gente en la vida real. Hay gente que aún se cree el cuento que les cuentan en Facebook.

Lo que yo estoy intentando en Snapchat, es ser genuino y conectarme a un nivel más profundo con mis seguidores. No quiero hacer cuates o conseguir simples seguidores. Quiero hacer amigos. No quiero crear una imagen falsa e idealizada. Para mi en Snapchat se trata de decir: así soy, conózcanme. Si les caigo bien, podemos seguirnos el rastro y conocernos más. Pero para poder conectarnos realmente, necesitamos compartir detalles.

Y sí, me refiero a que para hacer amigos hay que compartir esos posts tontos que la gente considera ‘spam’. Detalles como con cuántas sábanas duermes o si bebes café todas las mañanas. Detalles como tus sueños o las cosas que te parecen graciosas. Detalles como tus amigos y sus chistes locales. Detalles como tu perro y sus croquetas favoritas. Detalles como tu cama y tu lugar favorito en tu casa. ¿Son cosas insignificantes? Probablemente desde un punto de vista intelectual lo son. Seguro hay cosas más importantes e interesantes sucediendo en el mundo en este mismo momento.

Pero desde el punto de vista de las relaciones interpersonales y los amigos, estos detalles lo son todo. Estos detalles son los que conoce tu familia, tu novia, tu perro y tus mejores amigos. Si quieres hacer amigos y conectar con gente, tienes que estar dispuesto a compartirlos. A algunas personas puede darles miedo compartir, porque es cierto, son esos detalles de los que se puede valer otra gente para herirnos o hacernos burla. Pero para poder conectar con otros es necesario que nos abramos con la gente del mismo modo en que nos hemos abierto a las personas que consideramos nuestros amigos. Eso es, claro, si quieren como yo hacer más amigos en el mundo.

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