Sala Forense del Hospital Central de Horizonte.

Tom Reilly
Relatos e Historias Humor
4 min readDec 28, 2014

2:00 a.m.

— Oh perdone Dr. Young. Creí que no habría nadie…

—No se preocupe. Pase, pase. Haga como si no estuviera. La verdad es que no tenía sueño y quería ver de nuevo el cadáver de ayer, así que hoy he venido más temprano que de costumbre.

—Usted, Don Luis, siempre tan trabajador. Hágase un lado, si es tan amable, que tengo que pasar la fregona bajo la mesa.

—Ya ve usted. Alguien tiene que hacer el trabajo.

—Yo, la verdad, cuando me muera me gustaría que me viera usted. Parece tan correcto y tan responsable…

—Mujer, si es por eso, casi mejor que no la vea, no cree…

—Nada, nada… Ahora que se puede elegir el médico, los pobres podemos aprovecharnos. Ya. Vuelva a su sitio, haga usted el favor. Hay que ver como se pone todo perdido ¿Verdad?

—Qué duda cabe… Los seres humanos en realidad nos reducimos a esto: un poco de sangre, un poco de carne y un mucho de suciedad…

—Qué razón tiene Don Luis, y cuánta. Mi José, que en gloria esté, decía cosas parecidas. Patro, me decía… Patro, los hombres son como las ciudades. Grandes unos, chicos otros, pero todos llenos de ruido y de furia… ¿Qué le parece?

—Su marido, Patro, era un filósofo. Yo, sin embargo, pienso a veces que esta ciudad es como una mujer… Una de esas, ya sabe…

—No me diga más. Mi marido era de La Seda. Leía mucho. Le entiendo… ¿Y este pobre? ¿De qué ha fallecido? Porque mira que parecía guapo el condenado…

—Pues es un misterio. Apareció ayer en mitad de la fuente de la plaza de España en Puenteviejo, así como lo ve, en porretas.

—Este hombre era artista, se lo digo yo…

—¿Artista?

—Claro, ese pelo es teñido. El rojo natural lo conozco bien por mi prima Francess que en gloria esté, pelirroja de nacimiento. Le pusieron Francess porque parecía irlandesa y Paqui sonaba como muy de barrio sabe usté… Hoy los chicos que se tiñen son o artistas o maricones.

—Artista. Curiosa deducción. Quizá acertada. Pero no tiene rastros de pintura ni oleos… ¿Patro, le importa si voy grabando mientras limpia ?

—Por mi no se preocupe usté Don Luis. Yo, como si nada. Si hace el favor de levantar un poco el pie derecho… Es que se le ha pegado algo del muerto.

— Tranquila. Pero no tire nada, déjelo ahí sobre la mesa. Anoto: Posible artista: Exploración de recto a realizar. El cadaver aparece con claros signos de haber sido atropellado varias veces. Las huellas de neumáticos sobre su piel y el aplastamiento de vísceras y huesos del pecho y las piernas son facilmente identificables. Anoto: Sacar molde de las huellas para el comisario Edwards.

—No hace falta, oiga. Son unos pirelli R54 con diseño radial del 96 antes de la adquisición de parte del accionariado por los Bellini, de Alfa y Romeo. Cuando llegaron estos cambiaron todos los diseños. Ya sabe… los italianos…

—Usted me asombra Patro.

—Mi Jorge que en gloria esté tuvo un taller de recauchutados, cuando aun se recauchutaba. Un prodigio de chaval. Lástima que se fuera tan pronto… Usted lo tiene que haber conocido, un chico morenazo, fuerte, con el pelito por aquí…

—Creo no haber tenido el gusto.

—Se lo digo yo. Lo trajeron al pobre el mes pasado y lo enterramos hace tres semanas. Ya sabe, el muerto del metro… El pobre… Tan joven… Aunque claro, usted no se acuerda…

—Sí, ahora caigo. Póngame este hígado ahí, al lado del estómago. Usted se refiere al chico al que empujaron en la línea roja, en Ópera. Salió en todos los periódicos… El estómago, Patro, eso es el pancreas… Lo vio un montón de gente, pero el asesino aun no ha aparecido. Tiene ustéd razón, hice yo la autopsia.

—¿Se fijó en lo guapo que era mi Jorge? ¿Y la pinta de intelectual que tenía con sus gafas redondas? La fastidiaba en el verano cuando se ponía aquellos monos del trabajo para ir por la calle, pero se podía haber ligado a cualquier chicuela del segundo ensache o del barrio de Paradise con solo parpadearla… El pobre… Y no le gustaban las mujeres. Pobre. Para mi que fue uno de sus amigotes.

—¿Era pariente suyo?

—No. Pero como si lo fuera. Mi José que en gloria esté siempre le trató como un hijo. Es que era como un osito… Mi Jorge, claro. Mi José era más bien como una columna. Muy tieso siempre.

—¿Puede usted ayudarme, Patro? Coja de ahí, de los brazos…

—Así. Ahora aguántelo con los codos sobre la mesa. No se preocupe de la cabeza, deje que cuelgue.

—Es que parece que me mira, Don Luis.

—Es un efecto de la luz, no haga caso.

—Jo. Y yo que pensaba que cuando se morían se quedaban tiesos del todo, como mi José que en gloria esté.

—Y así es, Patro. Sosténgale esto debajo de la columna. Aparte un poco el intestino. Así. Ahora pónga el listón. Muy bien. Así se sostendrá. Venga aquí, ahora le levantaremos la pierna y pondremos este otro listón bajo la pelvis.

—Don Luis… ¿Cuál de las dos piernas? ¿La de la mesa o la que está sobre la silla?

— Esta Patro. Se trata de ponerlo… como diría yo… a cuatro patas, para que me entienda.

—Ah, ya entiendo. ¿Así está bien?

—Muy bien.

—¿Quiere que le pase un poco el mocho por debajo? Ya puesta le limpio un poco la mesa…

—No, gracias. Ha sido usted muy amable. Quizá estoy abusando…

—Nada nada Don Luis. Ya sabe que los pobres estamos para ayudarnos. Faltaría más.

—Y de dónde ha sacado usted que yo soy pobre, mujer…?

—Pues si lo sabe todo el mundo que donó usted en vida todo su patrimonio al barrio de Nuevo Horizonte, los terrenos, la fábrica… Que es usted muy bueno, Don Luis, que se lo digo yo…

—Bueno, los habitantes no me daban más que quebraderos de cabeza. No entendieron mis mensajes, ni lo que quería para el pueblo cuando fui además su alcalde. Las charlas sobre el imperio y la emperatriz Isabel no las soportaban especialmente… Ande, no me haga recordar y ayúdeme con los guantes…

—¿Qué va a hacer?

—Usted misma me lo sugirió. Una exploración rectal…

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Tom Reilly
Relatos e Historias Humor

Escritor y guionista. Con el whisky adecuado hago cócteles narrativos con la guinda del ingenio. Mis temas #humor #fantasia #cine y #noir Vita brevis est